Hoy podemos saber que Hong Kong se convierte en el tercer mercado del mundo que permite la venta de carne de cultivo celular. Se trata de un gran avance que consolida su posición como líder en innovación tecnológica en Asia, situando la ciudad como un referente en la adopción de alimentos producidos de forma ética y sostenible. Este paso viene dado por la startup australiana Vow, que ha introducido dos productos de carne de cultivo celular de codorniz japonesa bajo la marca Forged Parfait.
Estos dos productos ya están disponibles en el exclusivo bar The Aubrey que se localiza en el Hotel Mandarin Oriental, en pleno corazón del distrito financiero de la ciudad. Según los responsables de la empresa Vow, el lanzamiento de la carne cultivada en Hong Kong supone un hito tecnológico, pero también una apuesta por redefinir la alta cocina, al combinar la sostenibilidad y la innovación en una propuesta gastronómica única.
Como ya hemos explicado en otras ocasiones, la carne de cultivo celular también conocida como carne cultivada o carne in vitro, se produce a partir de células animales cultivadas en un entorno controlado. Estas células son alimentadas con una mezcla de nutrientes que incluye aminoácidos, sales y azúcares, mientras se desarrollan en biorreactores que replican las condiciones necesarias para el crecimiento celular. El resultado es una carne que imita con precisión la textura, el sabor y el valor nutricional de la carne tradicional, pero sin el impacto ambiental asociado a la ganadería y sin necesidad de sacrificar ningún animal.
Hablando de la marca Forged Parfait, la empresa Vow seleccionó células de codorniz japonesa optimizando su sabor y textura, para crear una carne ligera y versátil, con un intenso perfil de sabor umami. La carne se presenta cocida, lo que facilita la integración en las elaboraciones culinarias pudiéndose servir tanto fría como caliente. Con este enfoque la empresa busca ofrecer una experiencia memorable, que posicione la carne de cultivo como un producto gourmet deseado, aunque claro, esto es algo que realmente decidirán los consumidores.
¿Qué supone la introducción de la carne de cultivo en Hong Kong
La introducción de la carne de cultivo en Hong Kong es una muestra de la independencia que tiene su sistema regulador alimentario, cuyo funcionamiento, de momento, está separado del resto de China. Mientras que el gobierno chino aún está trabajando en un marco para regular la carne cultivada, Hong Kong ha tomado la delantera reforzando su imagen como una de las principales ciudades de la innovación, y quizá ya piensan en crear un marco regulatorio para la agricultura de cultivo celular.
Por cierto, el pasado mes de abril el gobierno chino anunciaba una inversión de 80 millones de yuanes (unos 10,5 millones de euros) para establecer un centro científico dedicado a la carne de cultivo celular y a las proteínas alternativas, este paso para algunos era una clara muestra de que el gigante asiático está apostando de forma decisiva por este sector. Pero se podría decir que se trata de un paso tímido, ya que la inversión es poco significativa, en todo caso será interesante ver la evolución.
Hong Kong se une a Singapur y Estados Unidos siendo los únicos mercados donde la carne de cultivo celular ya está disponible comercialmente. Recordemos que Singapur fue el primer país en dar luz verde a esta tecnología en 2020, donde empresas como Eat Just y Good Meat han lanzado menús completos a base de carne cultivada e incluso opciones para la entrega a domicilio. Por su parte, Estados Unidos dio un gran paso el año pasado al aprobar la carne de pollo cultivada de empresas como Upside Foods y Good Meat, con chefs de renombre sirviendo estos productos en restaurantes exclusivos.
Impacto ambiental y ético de la carne de cultivo celular
La producción de carne de cultivo celular representa una revolución tecnológica, y también una respuesta a los desafíos ambientales, éticos y sociales que plantea hoy en día la ganadería intensiva. Como ya hemos comentado en otras ocasiones y según los estudios realizados, esta tecnología puede reducir hasta un 92% las emisiones de gases de efecto invernadero, un 94% la contaminación del aire y un 66% el consumo de agua, en comparación con la producción de carne convencional. Hay que añadir que se elimina la necesidad de criar y sacrificar animales, lo que aborda las preocupaciones crecientes de los consumidores por el bienestar animal.
Las empresas de este nicho de mercado proporcionan otros argumentos, aseguran que los consumidores también pueden beneficiarse de un producto más limpio, ya que la carne de cultivo no necesita antibióticos ni hormonas, y tiene un menor riesgo de contaminación por microorganismos patógenos. En términos de sostenibilidad, es una opción que podría jugar un papel clave en la lucha contra el cambio climático y la inseguridad alimentaria.
Por cierto, recordemos el informe elaborado por la OMS (Organización Mundial de la Salud) y la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) sobre la seguridad de los alimentos obtenidos a partir del cultivo celular. En este informe preliminar se identificaban posibles peligros potenciales en cada uno de los pasos de la producción de la carne de cultivo a fin de que se puedan solucionar, y así poder alcanzar un sistema alimentario saludable y sostenible. Queda mucho por aclarar hasta asegurar que esta tecnología no traerá otro tipo de problemas y complicaciones.
De momento, la carne de cultivo está limitada debido a que no logra alcanzar la paridad de precios con la carne tradicional, pero la industria de este nicho de mercado está trabajando para escalar sus procesos y reducir los costes. Empresas como Vow comentan que han optado por introducir sus productos en restaurantes de alta cocina, destacando el carácter exclusivo y la calidad del producto. Por otro lado, está acción también sirve para familiarizar a los consumidores con esta nueva categoría alimentaria, rompiendo barreras culturales y generando interés.
Algunos estudios apuntan que en Singapur la aceptación de la carne cultivada ha sido notable, hasta un 70% de los consumidores que la han probado, afirman que sabe igual o incluso mejor que la carne convencional. Pero no olvidemos que cada vez hay más preocupación en Singapur por el consumo de carne de cultivo celular, expertos y consumidores expresan su inquietud acerca de la seguridad alimentaria de este tipo de alimentos, de todo ello hablábamos en este post.
Y es que a pesar de su potencial, la carne de cultivo se enfrenta a retos complicados, los altos costes de producción y la limitada capacidad para la producción a nivel industrial, son obstáculos que las empresas deben superar para facilitar el acceso de los mercados a estos productos. También será crucial desarrollar campañas educativas que informen a los consumidores sobre los beneficios de estos nuevos alimentos y abordar posibles preocupaciones sobre su origen y seguridad. Hay que añadir que los marcos regulatorios en mercados clave como Europa y China aún están en desarrollo, las regulaciones serán determinantes para garantizar que la carne de cultivo pueda competir en igualdad de condiciones con los productos cárnicos tradicionales.
De momento y como dicen aquí, Hong Kong es el tercer mercado del mundo que permite la venta de carne de cultivo, pero en nuestra opinión, es posible que la decisión no sea algo que apruebe el Centro Nacional de Evaluación de Riesgos de Seguridad Alimentaria de China, sobre todo sabiendo que está trabajando en la creación de un marco para la evaluación de la seguridad de la carne cultivada para todo el país.
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