Hoy conocemos los resultados de una investigación realizada por un equipo de la Facultad de Medicina de la Universidad de California en colaboración con el Instituto Salk (Estados Unidos), en la que se concluye que el ayuno intermitente podría prevenir la diabetes. Los expertos destacan los beneficios del ayuno en la salud metabólica, y especialmente en la prevención de la diabetes tipo 2, enfermedad crónica que afecta a millones de personas y que se relaciona principalmente con factores externos, como seguir una dieta poco saludable y un estilo de vida sedentario.
A diferencia de la diabetes tipo 1, que es una enfermedad de origen genético y se caracteriza por la incapacidad del páncreas para producir insulina, la diabetes tipo 2 se desarrolla cuando el organismo no emplea de forma eficiente la insulina o no la produce en la cantidad necesaria, lo que provoca un aumento de los niveles de glucosa en la sangre. Sin embargo, la diabetes tipo 2 es en gran parte prevenible realizando cambios en la alimentación y el estilo de vida en general.
Una de las estrategias más prometedoras para la prevención de la diabetes tipo 2, según el estudio mencionado, es el ayuno intermitente. Se trata de un patrón alimenticio que alterna periodos de ingesta de alimentos con periodos de ayuno. Existen varias formas de practicar el ayuno, por ejemplo, la alimentación restringida en el tiempo, que implica comer sólo durante unas horas al día, generalmente es una ventana de ocho horas para comer y ayunar el resto del día.
También se puede seguir la dieta 5:2, se trata de un plan alimenticio en el que se come normalmente cinco días a la semana y se restringen las calorías de los dos días restantes. Otra práctica es el ayuno en días alternos, este es un método conocido como «Eat Stop Eat«, en el que se propone realizar un ayuno de 24 horas una o dos veces por semana. Todas estas modalidades de ayuno se basan en el principio de que los periodos de ayuno permiten al organismo entrar en un estado metabólico que favorece la quema de grasa y la regulación de los niveles de azúcar en sangre.
Los expertos explican que el mecanismo que está detrás de los beneficios del ayuno intermitente se relacionan con los ritmos circadianos, es decir, los ciclos biológicos que siguen un patrón de 24 horas y que regulan las múltiples funciones del cuerpo, incluido el metabolismo. Estos ritmos circadianos afectan al modo en el que el organismo procesa los azúcares y las grasas, dependiendo de la hora del día en la que se consumen alimentos. Comer en horarios descontrolados o a deshoras, puede alterar estos ciclos naturales contribuyendo al desarrollo de problemas, como el síndrome metabólico, enfermedad que se caracteriza por un aumento de la grasa abdominal, hipertensión y niveles anormales de colesterol o triglicéridos, todo un conjunto de factores que incrementan el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.
La investigación realizada ha demostrado que la alimentación restringida en el tiempo puede mejorar de forma significativa varios marcadores clave en la salud cardiometabólica, en personas con prediabetes (condición donde los niveles de glucosa en sangre son más elevados de lo normal, pero no lo suficientemente como para ser diagnosticados como diabetes tipo 2) y con síndrome metabólico. Entre los beneficios que han observado los expertos, se encuentran la reducción de los niveles de glucosa y colesterol, la pérdida de peso y especialmente de grasa abdominal, así como la mejora de la sensibilidad a la insulina que, como sabemos, es uno de los problemas principales en la diabetes tipo 2.
La relación entre la dieta y la diabetes tipo 2 no se limita al momento en el que se come, también a qué se come. Como apuntábamos no hace mucho, el consumo de alimentos ultraprocesados que son ricos en azúcares, grasas saturadas y aditivos, se ha relacionado con un mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2. Lamentablemente los alimentos ultraprocesados suelen estar presentes en la dieta de muchas personas, ya que se trata de alimentos más económicos y con una mayor disponibilidad, pero por desgracia, su impacto negativo en la salud es muy significativo.
Por otro lado, algunos estudios sugieren que ciertos alimentos como los que contienen fibra dietética, proteínas de alta calidad y grasas saludables, pueden ayudar a prevenir la diabetes porque se mejora la sensación de saciedad y se logra mantener los niveles de azúcar en sangre bajo control. Por cierto, recordemos que el consumo moderado de café y cafeína ha demostrado tener un efecto protector frente a múltiples enfermedades cardiometabólicas, incluyendo la diabetes.
Los investigadores explican que la combinación del ayuno intermitente con una dieta rica en nutrientes, parece ser una estrategia eficaz para prevenir la diabetes tipo 2 y para mejorar la salud en general. Al respetar los ritmos circadianos, el organismo optimiza los procesos metabólicos, mientras que una alimentación equilibrada aporta los nutrientes esenciales para mantener la energía y la sensación de saciedad. Hay que añadir que la reducción de la grasa abdominal, tipo de grasa muy ligada a problemas metabólicos, es otro de los beneficios más notorios de seguir un ayuno intermitente.
Hay que decir que aunque este tipo de ayuno ha ganado popularidad como estrategia para la pérdida de peso y mejora de la salud, los investigadores comentan que es necesario realizar más estudios a fin de comprender exactamente los efectos del ayuno intermitente a largo plazo. De momento, los primeros resultados obtenidos son prometedores, y muchos investigadores y expertos en nutrición coinciden al decir que el ayuno intermitente, cuando se realiza de forma adecuada y se combina con una dieta equilibrada, podría ser una estrategia accesible, económica y efectiva para reducir el riesgo de diabetes tipo 2.
Ahora se planean nuevas líneas de investigación sobre el ayuno intermitente, ya que se perfila como una poderosa herramienta para luchar contra la creciente epidemia de diabetes, así como otros trastornos metabólicos. Podéis conocer todos los detalles de la investigación a través de este artículo publicado en la página del Instituto Salk, y en este otro artículo publicado en la revista científica Annals of Internal Medicine.
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