Sostener una copa de vino por el tallo puede favorecer la degustación de la bebida por varios aspectos, aunque el principal y el más conocido por la mayoría es porque si la copa se sostiene del cuerpo o cáliz, el calor de la mano provoca que también se caliente la copa y en consecuencia, que se caliente el vino.
Y ya conocemos la importancia de tomar las bebidas a la temperatura adecuada, y generalizamos diciendo bebidas porque no sólo sucede con el vino, aunque hay muchas que, evidentemente, se pueden tomar calientes, a temperatura ambiente o frías. Pero hablamos de vino y vamos a compartir con vosotros las ocho razones por las que sostener la copa de vino por el tallo y no por el cuerpo.
Si vosotros conocéis alguna razón más, será bien recibida porque a todos nos gusta saber más. Y si os apetece, seáis consumidores ocasionales o habituales de vino, comentadnos si normalmente cogéis la copa por el tallo a sabiendas de que cogiéndola por el cuerpo se calienta la bebida.
Pues ya lo sabéis, sostener la copa de vino por el tallo con la yema de los dedos no es simplemente una cuestión de etiqueta, también puede mejorar significativamente la experiencia de cata por los siguientes motivos:
1. Sostener la copa por el tallo ayuda a evitar calentar el vino con el calor de las manos. Esto es importante para todo tipo de vinos, pues la temperatura a la que se toma esta bebida influye tanto en su aroma como en su sabor.
2. Sostener la copa por su tallo también permite una mejor visualización del color del vino, especialmente a quienes les guste apreciarlo, dado que el detalle visual proporciona pistas sobre sus características y su calidad.
3. Al sostener la copa por el tallo podemos moverla fácil, cómoda y suavemente para facilitar la aireación del vino. No es postureo, hacerlo puede liberar aromas y mejorar la experiencia de cata.
4. Al coger la copa por el tallo no dejamos las huellas dactilares en el cuerpo de la copa, un pequeño detalle, pero puede afectar negativamente la presentación visual del vino.
5. Que la mano sujete la copa de vino por el tallo y lo más alejado posible del borde del cuerpo, por donde se bebe, reduce la transferencia de olores corporales o de productos como perfumes, que podrían interferir con la apreciación de los aromas del vino.
6. Se gana estabilidad al sostener la copa por el tallo en lugar de por el cuerpo, especialmente si nos encontramos en un entorno en el que la mesa puede estar inestable, además, ayuda a prevenir derrames accidentales de vino.
7. Hay quien considera que sostener la copa por el tallo es una señal de respeto hacia el vino y hacia el anfitrión o la bodega que lo ha proporcionado, pone en valor al producto que se está catando, además de mostrar cierto nivel de refinamiento.
8. Cuando te acostumbras a sujetar la copa de vino por el tallo, acabas percibiendo que es mucho más cómodo que sostenerla por el cuerpo, sobre todo cuando se debe tener en la mano durante largos ratos, cuando se disfruta de un cóctel de pie, cuando se degustan varios vinos en una cata…
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