El Parlamento Europeo ha aprobado la modificación de una serie de directivas relacionadas con la normativa de comercialización y etiquetado de la miel, entre otros productos, es lo que se llevaba reclamando desde hace varios años por apicultores y asociaciones agrarias, y al fin se materializa en beneficio de productores y consumidores.
El Parlamento Europeo aprueba la norma para incluir el origen y porcentaje en el etiquetado de la miel, en la enmienda se especifica que se deberá incluir en la etiqueta el país de origen en el que la miel fue recolectada en la parte frontal del envase, y si se trata de una mezcla de mieles se deberá incluir la lista de países de origen, así como los porcentajes exactos de dicha mezcla, con una tolerancia más menos del 5%. Recordemos que en el año 2019, la CE rechazó que se detallara en el etiquetado de la miel su procedencia y los porcentajes de las mezclas.
Por cierto, merece la pena recordar que en el año 2020 el Ministerio de Agricultura de España modificó la norma sobre la calidad de la miel para que se indicara en el etiquetado el país de procedencia de la mezcla de mieles, pero sin indicar los porcentajes. Como ya comentábamos en este post, se trataba de un pequeño paso hacia delante, pero insuficiente, ya que no aportaba claridad y transparencia en el etiquetado de la miel.
Al fin se aprueba una reglamentación que se ha estado solicitando desde el año 2014 y que acaba con la falta de transparencia de las etiquetas de la miel, haciéndose frente al mercado de las mezclas cuyo propósito ha sido siempre poder vender más barato y obtener mayor rentabilidad, siendo una competencia desleal que afecta a las empresas que sí se preocupan de informar al consumidor.
En la enmienda se explica que dada la estrecha conexión que existe entre la excelencia de la miel y su lugar de origen, resulta crucial evitar cualquier malentendido por parte del consumidor en relación con la calidad del producto. Para ello, la Directiva 2001/110/CE se encargaba de establecer pautas sobre el etiquetado del origen de la miel, y específicamente el artículo 2, apartado 4, de dicha Directiva, que requería que la etiqueta indicara el país o países de origen en los que se recolectó la miel. Además, si la miel procedía de más de un Estado miembro o de un tercer país, la obligación de mencionar los países de origen podía ser reemplazada por una de las siguientes opciones, según correspondiera: «mezcla de mieles de la UE», «mezcla de mieles no procedentes de la UE», «mezcla de mieles procedentes de la UE y no procedentes de la UE».
Las diversas normativas adoptadas por los Estados miembros basadas en esta Directiva, podrían haber confundido a los consumidores y entorpecido el funcionamiento del mercado único. En sintonía con los objetivos del conocido Pacto Verde y la Estrategia «Del Campo a la Mesa», cuya finalidad es empoderar a los consumidores para que elijan con conocimiento de causa, incluyendo el conocimiento del origen geográfico de sus alimentos, y con el fin de preservar la eficiencia del mercado interior en la UE mediante la armonización de las normas de etiquetado, se considera necesario revisar las reglas sobre el etiquetado del origen de la miel.
En favor de la transparencia y a fin de satisfacer el interés particular de los consumidores por el origen geográfico de la miel en relación con sus características y calidad, se propone que el país o países de origen figuren en la etiqueta en el mismo campo visual que la indicación del producto. Claro, que dada la limitada capacidad de los envases individuales de miel, especialmente los envases de desayuno, y las consiguientes dificultades técnicas, se sugiere que exclusivamente en estos pequeños envases, cuando la miel proceda de más de un país, sea factible indicarlo utilizando los correspondientes códigos ISO de país. Anteriormente la norma eximía a estos envases la obligación de enumerar todos los países participantes en la mezcla de mieles.
A esto hay que añadir que se respalda la creación de un laboratorio de análisis de referencia que ayude a controlar y detectar posibles fraudes de adulteración de la miel. Recordemos que hace unos meses podíamos conocer el resultado de una investigación para determinar la prevalencia en el mercado de la miel adulterada con azúcares, y según los resultados, un 46% de las muestras de miel importada por Europa estaba adulterada, por ejemplo, con jarabes de azúcar obtenidos a partir de la remolacha azucarera, el trigo o el arroz.
Como dicen aquí, se considera que al fin se da respuesta a las demandas de los consumidores europeos y en especial al sector apícola comunitario. Podéis conocer más detalles a través de este artículo en el que se detalla la propuesta de Directiva del Parlamento Europeo y del Consejo para la modificación diferente directivas para mejorar la transparencia de productos como la miel.
Foto | Ahd Photography
Foto 2 | Alabama Extension