Este sábado hemos vuelto a ver en las noticias que hablaban de la normativa relacionada con la prohibición en hostelería de utilizar aceiteras rellenables, aunque en los medios online llevan un par de días tratando el tema, y es que afirman que bares y restaurantes vuelven a utilizar las aceiteras rellenables a causa de la acusada subida de precio del aceite de oliva virgen extra.
La normativa que prohíbe el uso de aceiteras rellenables (Real Decreto 895/2013 de 15 de noviembre) se instauró en España en el año 2014, y al principio fueron muy pocos los bares y restaurantes que cumplían con la nueva ley, especialmente los establecimientos de hostelería de ticket medio y bajo. Al margen de este tema quedan los restaurantes de alta cocina que no sólo ofrecen aceite de oliva virgen extra, sino que suelen disponer de AOVE de calidad premium.
Y dos años después, la cosa no parecía haber mejorado, recordad que os lo explicábamos en este post titulado ‘Sigue sin cumplirse la normativa de las aceiteras irrellenables’. Ya entonces el sector hostelero aludía a los altos precios del aceite de oliva virgen extra para no cumplir con la normativa (así como el coste medioambiental) y para cumplirla, había quien utilizaba el truco de poner el ‘oro líquido’ con hierbas aromáticas, así, en lugar de considerarse aceite, se consideraba un aderezo.
Parece ser que desde la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos de Andalucía (UPA Andalucía) se ha denunciado que está aumentando el número de establecimientos de hostelería que se saltan la norma de 2014, la que obliga a presentar el aceite de oliva virgen extra en envases de 250 mililitros, de 750 mililitros o en monodosis, debidamente etiquetados y con un sistema que impida el rellenado una vez se agote el contenido original. Entiende y reconoce que se debe al precio actual de este producto, pero asegura que esta mala práctica perjudica al sector olivarero y que tira por tierra el buen nombre del aceite de oliva virgen extra.
Así que están reclamando que se refuercen los controles y las inspecciones en el sector hostelero para evitar que aumente el número de establecimientos que incumplen la normativa de las aceiteras irrellenables. En estos casi diez años que lleva aprobaba la obligación del uso de aceiteras irrellenables, los controles y las inspecciones han brillado por su ausencia, ¿se hará más y mejor a partir de ahora?
Lo cierto es que es una situación muy complicada para todos, la crisis económica en toda su amplitud afecta a todos los sectores. La hostelería y la restauración, por mucho que en las noticias afirmen que han tenido un buen verano, no es del todo cierto, y ya sabemos por la gran crisis que han pasado con la pandemia, son muchos los que aún no se han recuperado de las consecuencias. Pero también es real que la situación de los olivareros es muy crítica.
Según el vicesecretario general de Agricultura de UPA Andalucía, Francisco Moscoso, los olivareros de esta región que encabeza la producción de aceite de oliva virgen extra de España (con un 80% y que representa el 40% de la producción europea), no se están beneficiando de los precios actuales del aceite, porque el de la pasada cosecha ya lo tienen vendido, es que además se tienen que enfrentar a una segunda mala cosecha consecutiva, y poco tendrán para vender para de la producción de aceite de oliva virgen extra de la temporada 2023/2024.
A ver qué opináis vosotros, el aumento del precio del aceite de oliva virgen extra ¿es motivo para que el sector hostelero no cumpla con la normativa de las aceiteras irrellenables?
2 comentarios
No me parece mal siempre que se use aceite de la misma calidad. Es absurdo decir que tira por tierra el buen nombre del aceite.
Todos sabemos lo que significa lo del «buen nombre del aceite»: que ganan menos dinero si se rellenan las aceiteras. Por favor, seamos honestos.
Me parece bien que la hostelería rellene las aceiteras. Si el establecimiento pone un aceite de mala calidad, pueden perder clientes, así que no les interesa.
Los fabicantes se han subido a la parra con el precio del aceite y eso tiene una reacción en la hostelería.