Investigadores de la Facultad de Medicina Charles E. Schmidt de la Universidad Atlántica de Florida, han llevado a cabo un estudio en el que se relacionan los alimentos ultraprocesados con el riesgo de tener peor salud mental, véase como ejemplo la ansiedad o la depresión. Los expertos comentan que, hasta la fecha, se dispone de algunas evidencias que asocian el consumo de alimentos ultraprocesados con la depresión, pero los datos de los que se dispone son limitados.
Se sabe que los patrones dietéticos pueden influir en la salud mental, por ejemplo, si son deficientes suelen carecer de nutrientes esenciales, tienen un índice glucémico alto y un elevado contenido en azúcares añadidos que pueden provocar síntomas adversos para la salud mental. Por ello, se llevó a cabo esta nueva investigación con el objetivo de determinar si las personas que consumen grandes cantidades de alimentos ultraprocesados, tienen de forma significativa peores síntomas de salud mental.
Lo cierto es que hay mucho que investigar y en especial sobre la composición de este tipo de alimentos que contienen todo tipo de aditivos, recordemos que, según explicábamos aquí, los consumidores apenas estamos informados sobre la composición de los alimentos procesados y ultraprocesados, productos que contienen algunos aditivos (colorantes, conservantes, emulsionantes, saborizantes…) y que algunos son controvertidos y todavía no han sido evaluados por la EFSA (Agencia de Seguridad Alimentaria de la Unión Europea).
Los expertos explican que, si bien los alimentos ultraprocesados pueden ser convenientes por ser económicos, rápidos de preparar y listos para consumir, se han elaborado con formulaciones industriales que integran sustancias alimenticias procesadas como aceites, azúcares, grasas, almidón o proteínas aisladas, y apenas contienen ingredientes integrales, son el resultado de complejos procesos físicos, biológicos y químicos, como la hidrólisis, la refinación y extrusión, etc., que dan lugar a productos alimenticios que lamentablemente son deficientes y carentes de ingredientes originales y naturales.
Los investigadores consideran que se trata de un tema importante que debe ser investigado en profundidad, hay que tener en cuenta que en Estados Unidos, más del 70% de los alimentos envasados se clasifican como ultraprocesados, representando sobre un 60% de las calorías consumidas por los ciudadanos estadounidenses. Los datos son similares a los proporcionados en otros estudios, recordemos que un estudio de Foodwatch Holanda, revelaba que un 70% de los productos que se comercializan en los Países Bajos son ultraprocesados, dato comparable en otros países europeos.
En la investigación, los expertos analizaron los patrones dietéticos mediante la clasificación de alimentos NOVA, el nivel de depresión, los días de mayor nivel de ansiedad y la cantidad de días donde la mala salud mental se exacerba, de 10.359 personas mayores de 18 años que participaron en la Encuesta Nacional de Examen de Salud y Nutrición (NHANES) de Estados Unidos. Tras cotejar los datos, se observó que las personas que consumían mayor cantidad de alimentos ultraprocesados en comparación con las que consumían menor cantidad, tenían incrementos estadísticamente significativos de síntomas de salud mental adversos. Los investigadores consideran que los resultados se pueden aplicar a todo Estados Unidos, así como a otros países occidentales que cuenten con un consumo similar de alimentos ultraprocesados.
Los expertos explican que los procesos a los que son sometidos estos productos alimenticios reducen su valor nutricional a la vez que aumentan el aporte calórico por lo que hemos comentado antes, tienen un reducido contenido en proteínas, fibra, vitaminas, minerales, etc., y un elevado contenido en grasas saturadas, sal y azúcares añadidos. Por tanto, este trabajo tiene importantes implicaciones clínicas y de salud pública, ya que los datos proporcionan evidencias sobre los efectos adversos para la salud mental por el consumo de alimentos ultraprocesado.
De todos modos es necesario llevar a cabo nuevas investigaciones que permitan corroborar los datos actualmente disponibles, además de probar diferentes hipótesis que se han formulado a partir de dichos datos. Para finalizar, merece la pena destacar que, según el Instituto Nacional de Salud Mental del país, casi una de cada cinco personas adultas tiene problemas de salud mental, lo que aumenta la necesidad de investigar en profundidad este tema. Podéis conocer todos los detalles de la investigación a través de este artículo publicado en la página de la universidad, y en este otro publicado en la revista Public Health Nutrition.