La alta restauración occidental en Pekín es todavía una apuesta complicada, el fast food, los vinos o diversos productos de alimentación occidentales ven incrementada la demanda a pasos agigantados, pero no sucede igual con la alta restauración occidental.
Con la llegada de los juegos olímpicos, algunos chefs occidentales han decidido abrir un restaurante en Pekín para ofrecer su cocina, quizás pensando que igual que los productos que antes hemos mencionado, su oferta de restauración también sería muy bien aceptada, aunque parece que no es así.
Los nuevos restaurantes occidentales se enfrentan a varios problemas, pero sobre todo se enfrentan a un fuerte tradicionalismo gastronómico, los pekineses prefieren gastarse el dinero en un restaurante chino por muy caro que sea el menú en lugar de disfrutar con las exquisiteces que brinda la gastronomía francesa o cualquier otra gastronomía occidental. Aunque parece que no ocurre igual en las demás ciudades chinas, Singapur o Shangai sí son buenas apuestas.
Según algunos chefs occidentales que se encuentran instalados en Pekín, aun deberán pasar un par de años para que empiece a despegar la gastronomía que ofrece la alta restauración occidental en la capital china. Evidentemente, los cambios son muy drásticos, los pekineses no están acostumbrados a los aperitivos, a servir los platos de uno en uno, o a que sean retirados de la mesa los platos de los comensales a la vez, tampoco están acostumbrados al pan, a los cubiertos o a los distintos productos de importación que se ofrecen.
La gastronomía china brinda todos los platos con mucha rapidez, casi todos a la vez, se colocan en el centro de la mesa y son todos compartidos por quienes se sientan a disfrutarlos. Esto nos recuerda cuando comenzaron a proliferar los restaurantes chinos en España, los comensales se sorprendían por la rapidez con la que llegaban los platos, muchos no estaban acostumbrados a este tipo de servicio. Los responsables de estos restaurantes comenzaron a adoptar las formas occidentales y empezaron a servir los platos uno a uno, a respetar las costumbres occidentales, de hecho, es la mejor manera para poder introducirse.
Lo mismo ocurre con los restaurantes occidentales de Pekín, los platos se sirven al estilo chino si el comensal lo desea, tal y como están acostumbrados los habitantes de la capital, de hecho, es una buena forma de dar a conocer poco a poco las exquisiteces y gustos occidentales.
Además, si los clientes solicitan algunos productos característicos de su cocina como pueden ser las salsas o el pan, aunque parezca que no combinan con el menú occidental, también se encuentran entre las posibilidades, claro, igual que muchos restaurantes chinos aquí sirven nuestro pan tradicional.
Para poder introducirse en Pekín hay que comprender las pautas y costumbres del modelo gastronómico, no se puede llegar e intentar “educar el paladar de los clientes”, es como si los restaurantes chinos que se instalaron en nuestro país hubieran intentado por la fuerza obligarnos a aceptar sus sabores.
Posiblemente en un corto plazo de tiempo y acorde a la occidentalización del país, los restaurantes occidentales de alta gastronomía serán más valorados y populares, China también es una buena apuesta para este sector de restauración, aunque es más lenta.