El pasado mes de noviembre podíamos conocer a los candidatos al Premio a la Mentira Publicitaria más Insolente del Año 2021, concurso organizado por Foodwatch en el que se proponen cinco productos alimenticios que destacan por dar un mensaje confuso o fradulento al consumidor, como su carácter saludable, por ser sostenibles y respetuosos con el medio ambiente, por proporcionar a los consumidores datos incorrectos o erróneos, etc.
Uno de los productos nominados fueron las cápsulas de café de Mövenpick, que se presentaban como biodegradables y compostables, pero nada más lejos de la realidad. El caso es que JJ Darboven, la empresa responsable de la elaboración y comercialización de las cápsulas, ha anunciado que deja de publicitar el producto engañosamente en respuesta a la petición de Foodwatch.
Según la organización alemana, JJ Darboven jugaba con la legislación, ya que los consumidores debían verificar localmente si la empresa de residuos de su zona apoyaba la norma DIN EN 13432, en caso contrario las cápsulas debían desecharse en el cubo de basura residual. Foodwatch explicaba que estas cápsulas no podían ser recicladas y compostadas y las empresas de residuos debían incinerarlas, por lo que no se podían anunciar como más respetuosas con el medio ambiente.
La empresa de café ha emitido un comunicado en el que explica que hasta la fecha, muy pocas empresas de tratamiento de residuos han equipado sus plantas de modo que se pueda realizar el compostaje deseado, de hecho, el 95% de las empresas alemanas de procesamiento de residuos no pueden reciclar plástico compostable, de ahí que las cápsulas acaben siendo incineradas.
Prácticamente toda la industria de procesamiento de residuos rechaza el plástico compostable en el contenedor de basura orgánica porque, incluso si la descomposición se lleva a cabo, el material se descompone en dióxido de carbono y agua, y no tiene ningún efecto positivo en el compost. Por supuesto, tampoco se pueden compostar a nivel doméstico, ya que la descomposición sólo se da en condiciones industriales, en este sentido merece la pena destacar que la Agencia Federal de Medio Ambiente, concluye que los plásticos biodegradables no son más sostenibles que los plásticos convencionales.
La organización de consumidores lamenta que a día de hoy varias cápsulas de café y otros productos, se presenten en envases que afirman ser compostables o biodegradables a pesar de que son procesos que actualmente no se pueden llevar a cabo. Es necesario acabar con este tipo de engaños pseudo-verdes que buscan captar a los consumidores que se centran en la compra de productos más sostenibles y respetuosos con el medio ambiente.
Foodwatch explica que las cápsulas de café de JJ Darboven, son sólo un ejemplo de un problema fundamental, la industria alimentaria quiere camuflar sus prácticas dañinas para el clima y el medio ambiente con promesas publicitarias verdes, por ello, es imperioso que el gobierno frene este tipo de mentiras publicitarias verdes en productos que no son ecológicos. Como ya comentamos aquí hace unos años, este tipo de premios son eficaces para forzar cambios en la industria alimentaria.
Desde que se pusieron en marcha los premios Goldener Windbeutel, algunas empresas han rectificado y han realizado los cambios oportunos que benefician a los consumidores, aunque no han reconocido 100% su error y han argumentado todo tipo de excusas que en ocasiones caían por su propio peso, pero lo importante es que rectificaron. Como hemos comentado en otras ocasiones, sería interesante que en nuestro país se llevara a cabo una iniciativa similar, unos premios promocionados a bombo y platillo que puedan llegar a la opinión pública, quizá sean más efectivos y rápidos que las denuncias que realizan las organizaciones de consumidores.
Podéis conocer más detalles de la noticia a través de la página oficial de Foodwatch Alemania.