Ayer, el Parlamento Europeo aprobó una serie de reglas que restringen el uso de antibióticos en las granjas de producción animal, en la nueva reglamentación se apunta claramente que los antibióticos no son para mejorar el rendimiento o compensar la mala crianza animal. Estas reglas tienen como objetivo frenar la propagación de bacterias resistentes a los antibióticos, recordemos que según recientes investigaciones, en las granjas de la Unión Europea se han encontrado más de 400 genes de resistencia a los antibióticos, sobre todo en granjas de cerdos y pollos.
Se prohíbe el uso de los antibióticos u otros fármacos con fines no terapéuticos en animales, sólo se podrán utilizar bajo prescripción del veterinario en los casos en los que exista un alto riesgo de infección. Muchas investigaciones han demostrado que el uso y el abuso de los antibióticos, tanto en seres humanos como en animales de granja, ha facilitado la proliferación de bacterias resistentes, poniendo en riesgo una de las herramientas con las que cuentan los profesionales sanitarios para combatir las enfermedades causadas por las bacterias, por lo que las nuevas reglas son recibidas satisfactoriamente por los expertos en la materia.
La nueva reglamentación autoriza a la Comisión Europea a seleccionar aquellos antibióticos que se deben reservar sólo para los tratamientos humanos como un paso más a la hora de combatir la proliferación de bacterias resistentes a los fármacos. Otra cuestión que aborda la reglamentación es la importación de productos alimenticios, los importadores deberán respetar la prohibición y los alimentos derivados de los animales deberán cumplir la legislación, no habiéndose producido mediante el uso no terapéutico de los fármacos. Claro, que aparecen algunas dudas, ¿qué ocurre con el CETA o Acuerdo Integral de Economía y Comercio entre Europa y Canadá?
Merece la pena destacar que el tratado es también un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos, ya que el 85% de las empresas estadounidenses cuentan con filiales en Canadá, y en este país se acepta el uso de los antibióticos con carácter no terapéutico. No es extraño que se puedan encontrar bacterias resistentes a los antibióticos en casi el 80% de la carne que se comercializa en el país. A pesar de que el riesgo está sobradamente demostrado, la FDA (Agencia de Medicamentos y Alimentación de Estados Unidos) sólo se ha limitado a dar recomendaciones y no a poner en marcha una legislación que prohíba su uso. Ya veremos si realmente se frenan los alimentos procedentes de Canadá que se han producido probablemente usando estos fármacos, algo que no creemos probable, recordemos que el CETA supone un riesgo para la seguridad alimentaria según varios grupos ambientalistas e investigadores independientes.
La legislación dispone incentivos para promover el desarrollo de nuevos fármacos antimicrobianos, así como períodos más largos de protección para la documentación técnica, sobre nuevos medicamentos y la protección comercial de sustancias activas innovadoras. También protege las inversiones significativas en los datos generados para mejorar un producto antimicrobiano existente o para mantenerlo en el mercado, es decir, brinda aún más los intereses de las farmacéuticas, que son mayoritariamente las que desarrollan estos fármacos.
Otro paquete de medidas que se ha preparado es para los piensos suplementados con fármacos, se trata de un conjunto de nuevas normas más responsables para producir, comercializar y utilizar estos piensos para la alimentación animal a fin de hacer frente de un modo más eficaz a la resistencia de las bacterias a los antibióticos. De momento, aunque se han aprobado el conjunto de reglas en el Parlamento Europeo, es necesario que sean adoptadas formalmente por el Consejo de Ministros y posteriormente se publicará en el Diario Oficial de la UE.
Países como Estados Unidos o la India deberían tomar ejemplo, recordemos que en el caso de la India, el país se considera el epicentro de la crisis mundial de la resistencia a los antibióticos, ya que está utilizando colistina, considerada una de las últimas armas contra las bacterias polirresistentes, de forma no terapéutica en las granjas avícolas. A través de este enlace (Pdf) podréis conocer las nuevas normas y en este otro el comunicado emitido por el Parlamento Europeo.
Foto | Elizabeth Prata