Las avellanas son un fruto seco muy apreciado por sus cualidades nutritivas y por su sabor. Su denominación viene dada por el nombre en latín del arbusto del que surgen (Corylus avellana), el avellano común, un arbolillo de entre 2 y 5 metros de altura y que en estos momentos ha dado sus frutos, es en otoño la época de recolección.
Cuentan que su origen está en Asia Menor y actualmente, los principales países productores de avellanas son los que gozan de climas templados, como España, Turquía e Italia, también en Estados Unidos, concentrándose en los estados de Oregón y Washington. En nuestro país, el cultivo del avellano se extendió en el siglo XIX, cuando la filoxera hizo mella debiéndose arrancar miles de viñas, dando paso a los cultivos de frutos secos y a su valor como alimento. Contamos además con una avellana de calidad, la Denominación de Origen Avellana de Reus.
Todos conocemos cómo son las avellanas, un fruto blanquecino con una piel fina oscura, una cáscara dura y lisa. Su forma es redonda y algo ovalada, según la variedad puede cambiar ligeramente, la Corylus avellana racemosa es redonda, estriada y grande, la Corylus avellana glandulosa es gruesa y algo cónica, y la Corylus avellana máxima es globosa, redonda, de tamaño mediano.
Nos encantan las avellanas, es uno de los frutos secos que más nos gustan, tanto para tomarlas como tentempié como para incluirlas en postres o en elaboraciones saladas. Este fruto seco se puede consumir crudo o tostado, entero, molido o en pasta, e incluso se extrae de él su aceite.
La avellana es un ingrediente básico en distintos productos y preparaciones de repostería, como el nougat, la crema de chocolate y avellanas (Nocilla, Nutella…) o el praliné entre otros, pero es fácil incluirlas en nuestra dieta en múltiples recetas, en Gastronomía & Cía hemos preparado muchas recetas con avellanas.
Como el resto de frutos secos, las avellanas forman parte de los alimentos destacados en la dieta mediterránea, sus cualidades nutricionales son muy apreciadas, aunque son un alimento muy energético, consumido con moderación nos beneficia en distintos aspectos, como en la regulación del colesterol y la prevención de enfermedades derivadas.
Las avellanas son ricas en proteínas, ácidos grasos monoinsaturados, calcio, fibra y vitaminas, predominando la Vitamina E. 100 gramos de avellanas proporcionan alrededor de 650 kcal., por eso conviene consumirlas con moderación y están muy indicadas para deportistas o personas que realizan habitualmente grandes esfuerzos físicos, así como para los niños en edad de crecimiento.
Ricas y sanas, no dudes en disfrutar de una ración de avellanas si te apetece, unos 25-30 gramos, es la cantidad recomendada.
Foto | Steffenz