Según una investigación desarrollada por científicos de la OMS (Organización Mundial de la Salud) y concretamente del IARC, el glifosato posiblemente es cancerígeno para los seres humanos. Recordemos que se trata de uno de los herbicidas más utilizados en el mundo y está principalmente relacionado con los cultivos transgénicos, se cultiva soja y maíz modificados genéticamente para soportar la acción del glifosato, de este modo se eliminan las malas hierbas sin que estos alimentos puedan verse afectados por la acción de este herbicida.
Anteriormente la OMS y la EPA (Agencia de Protección Ambiental) catalogaron al herbicida como un producto levemente tóxico, pero la nueva investigación determina que es mucho más peligroso de lo que se creía. A principios de este mes, investigadores de once países se reunieron en el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer, una de las instituciones que trabaja para la Organización Mundial de la Salud, tenían como misión evaluar la relación entre determinados herbicidas y el riesgo de sufrir cáncer en seres humanos, tras los resultados obtenidos se cataloga al glifosato como un probable agente carcinógeno junto a otros productos fitosanitarios como el malatión (insecticida organofosforado sintético de amplio uso en agricultura) y el diazinón (insecticida organofosforado usado para controlar insectos en el suelo).
Anteriores investigaciones ya concluían que el glifosato es muy tóxico para los seres humanos, como por ejemplo la que llevó a cabo en el año 2009 el Laboratorio de Embriología Molecular de la Universidad de Buenos Aires, sin embargo, sus conclusiones distaban mucho de las que en su momento había emitido la OMS y la EPA. Ahora esto ha cambiado y se pasa de clasificar al glifosato como un herbicida levemente tóxico, a un herbicida que puede provocar cáncer. En el comunicado del IARC se reconoce que anteriormente se han realizado varios estudios sobre el tema con conclusiones similares, pero también destaca otras investigaciones que concluyeron lo contrario, investigaciones que se llevaron a cabo en Estados Unidos, país por excelencia en la producción de alimentos transgénicos.
Según la OMS, el uso agrícola de glifosato ha aumentado considerablemente desde que empezaron a cultivarse alimentos modificados genéticamente con la finalidad de que fueran resistentes a la acción de este herbicida. Actualmente se utiliza, además de en los cultivos, en aplicaciones forestales, en zonas urbanas e incluso en los hogares, se ha detectado glifosato en el aire, en el agua y en los alimentos, por lo que la población en general está expuesta a este herbicida pero en un nivel bajo. Principalmente las personas más expuestas son los que viven cerca de los campos de cultivo que se fumigan con el producto.
Hay que tener clara una cosa, el glifosato es considerado probablemente un producto cancerígeno ya que existen pruebas limitadas de carcinogenicidad en los seres humanos, pero existen suficientes evidencias de que provoca cáncer en los animales con los que se ha experimentado. Esto se puede interpretar como que la OMS ha elevado el nivel de alerta sobre este herbicida pero no llega a las conclusiones obtenidas por otros estudios que lo consideran una sustancia que provoca cáncer. Según la OMS, aunque se ha observado una relación entre cáncer y glifosato, no se pueden descartar los defectos en los procedimientos de investigación, la posibilidad de que la relación sea fruto del azar, etc.
El año pasado científicos de la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer ya apuntaron un vínculo entre la exposición a los plaguicidas y el cáncer, realizaron una revisión de 44 investigaciones que se realizaron a partir del año 1980. Con los datos obtenidos se concluyó que las personas que estaban expuestas al glifosato tenían el doble de probabilidades de sufrir un tipo determinado de cáncer. Cada vez aparecen más estudios que apuntan la relación entre el cáncer y los productos fitosanitarios que se utilizan en la agricultura, pero son los organismos internacionales como la OMS quienes deben emitir un veredicto definitivo, así como la advertencia de que se deben evitar los alimentos que hayan sido expuestos a este herbicida.
Aquí nos explican que el uso del glifosato ha provocado que, igual que los insectos, las malas hierbas han desarrollado resistencia al glifosato. Syngenta explicaba en su momento que la resistencia que estaban adquiriendo las malas hierbas en los cultivos era creciente y real, ya en el año 2000 se detectó por primera vez la presencia de nueve plantas que habían desarrollado la mencionada resistencia. Esto ha provocado que se vuelvan a utilizar otros herbicidas convencionales que son muy tóxicos para el medio ambiente y para los seres humanos.
Teniendo en cuenta estos datos, no es de extrañar que cada vez más consumidores quieran que los alimentos transgénicos se etiqueten como tales, pudiendo ejercer su derecho a saber y elegir los alimentos según sus creencias y convicciones. La conclusión del Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer, es otro motivo más para que las empresas y miembros del congreso estadounidense a favor de los alimentos modificados genéticamente, intenten por todos los medios evitar que prospere una legislación que obligue a identificar estos alimentos.
El siguiente paso posiblemente sea llevar a cabo nuevas investigaciones que puedan certificar la relación glifosato-cáncer, para considerar que la relación es una realidad y no una posibilidad. A través de este enlace (Pdf) podréis acceder al comunicado de la OMS sobre el glifosato y otros productos fitosanitarios, también podéis consultar el estudio que ha sido publicado en la revista científica The Lancet Oncology.
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