Otra sencilla elaboración de panecillos para picar es la de esta receta de caracolas de pan. Hemos incluido tres especias que han proporcionado un rico y ligeramente picante sabor a este tentempié, pero se pueden añadir las especias que más te gusten de las que tienes en tu despensa.
Las Caracolas de pan especiado las puedes servir acompañando casi cualquier plato, si es para aperitivos quedan muy bien si son pequeñas, pero si quieres acompañar con ellas un plato principal, puedes darles un tamaño mayor, siempre modificando el tiempo de horneado según sus necesidades.
Ingredientes
- 300 gramos de harina de fuerza
- 25 gramos de aceite de oliva virgen extra
- 7 gramos de levadura fresca de panadero
- 4 gramos de sal
- 160 gramos de agua (aprox.)
- comino en polvo
- jengibre en polvo
- mezcla de cinco pimientas recién molidas.
Elaboración
Disuelve la levadura en el agua tibia o frotándola con la harina con la yema de los dedos hasta deshacerla del todo. Mezcla harina, levadura, agua, aceite de oliva y añade la sal.
Amasa hasta obtener una masa elástica, homogénea y algo pegajosa. Haz una bola con ella y ponla en un cuenco engrasado con aceite de oliva. Cúbrela con un paño, el que siempre utilizas para fermentar el pan y deja a temperatura ambiente durante una hora o hasta que doble su volumen.
Pasado este tiempo, vierte la masa en la superficie de trabajo ligeramente enharinada y extiéndela con el rodillo, como si estuvieras preparando la masa de pizza, pinta con un poco de aceite de oliva y espolvorea entonces las especias por toda la superficie.
Enrolla la masa desde uno de los extremos hasta formar un cilindro, corta entonces rodajas de un centímetro de grosor aproximadamente y ve dejando las caracolas sobre la bandeja del horno cubierta con papel vegetal o una lámina de teflón. Vuelve a cubrir con el paño y deja levar una hora más.
Precalienta el horno a 220º C. Cuando esté a la temperatura adecuada y la masa haya hecho su segunda fermentación, baja la temperatura a 200º C y hornea las caracolas de pan hasta que estén doradas, unos 10-15 minutos. Cuando las retires del horno, pásalas a una rejilla para que se enfríen y queden bien crujientes en su base.