A todos nos han podido asaltar las dudas sobre la higiene y la calidad de la carne con la que se elaboran los kebabs en los establecimientos que se han instalado en nuestro país, han saltado varias veces las alertas, por lo que es normal que se desconfíe y más sabiendo que en casi cualquier área de la alimentación estamos limitados de información, nos encontramos con la negativa de identificar ciertos ingredientes en los alimentos, con noticias de fraudes alimentarios…
Con respecto a los kebabs, la última alerta de la que hablamos fue la adulteración que se realizaba con el kebab de cordero en Reino Unido, un análisis realizado por la FSA (Food Standards Agency) concluía con que algunos establecimientos de dicho país ofrecían kebabs de cordero con otras carnes de calidad y valor comercial inferior. Pero hoy nos quedamos en España para conocer el análisis de kebabs realizado por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU). El titular que ofrecen es ‘Los kebabs suspenden en higiene y mezclan carnes de diferentes animales’.
Vivimos en una localidad no muy grande en la que hay varios Doner Kebab, de los que sólo un par tienen clientes habitualmente. El resto de locales están prácticamente vacíos cada vez que hemos pasado por delante, cualquier día de la semana, tanto a mediodía como por la noche. Y vemos los cilindros de carne a veces girar, a veces parados… y pensamos ¿quién se los come?, ¿cuántos días lleva recalentándose? Hay que decir que estos establecimientos son, en algunos casos, los nuevos locales de comida rápida o fast food, básicamente porque se puede comer mucho por poco dinero, y también porque el servicio suele ser rápido. Seguramente vosotros también tenéis alguna idea o concepto sobre los Doner Kebab de vuestra ciudad.
El caso es que en OCU han analizado 25 kebabs de 25 locales de Madrid para saber de qué se componen y qué está comiendo quien los consume. Se trata de kebabs de ternera completos (con queso y salsas), que una vez solicitados en el establecimiento pertinente, se guardaban en un envase refrigerado y se llevaban al laboratorio. De los 25 kebabs que compraron sólo uno era de únicamente de carne de ternera.
Los análisis de laboratorio dieron como resultado que los kebabs ‘de cordero’ contenían distintas carnes, pollo, pavo y caballo, por lo que hablamos de fraude. La mayoría de kebabs de cordero incluían pollo, 20 de los 25 analizados. En 6 de las muestras el porcentaje de pollo y ternera era 60-40, en 11 era al revés, 40% de pollo y 60% de ternera, y en las 3 restantes sólo había menos de un 1% de pollo que podría ser a causa de la contaminación cruzada que puede darse en el mismo local por cortar distintos kebabs con los mismos cuchillos y por posarlos en la misma superficie. En 13 de las muestras de kebab se halló carne de pavo, y en 7 carne de caballo, pero también en cantidades inferiores al 1%, que es el límite legal impuesto por la Unión Europea.
El laboratorio también ha dado resultados sobre la calidad y la higiene de estos kebabs, y en general, esta se define como aceptable o con un aprobado justo, informan de que 9 de las muestras llevaban más tendones y fibras de las deseables, y en general, que apuran a fondo el hueso, puesto que los kebabs presentan mucho calcio en su composición.
Sobre la higiene, destacan que todas las muestras de kebab mostraban estar faltas de ella, no encontraron salmonella ni listeria, pero sí enterobacterias coliformes y en cantidades elevadas, síntoma de contaminación fecal quizá por lavar mal los vegetales o por una deficiente limpieza de las manos. Anotan que ninguno de los cocineros de los establecimientos utilizaban gorro ni guantes.
El análisis también ha comprobado el aporte calórico de los kebabs, aunque hace algunos años se consideraba una comida equilibrada por componerse de carne, ensalada y pan, la realidad es que un kebab completo con sus salsas, patatas fritas y refresco puede representar tres cuartas partes de la energía necesaria diaria de un adulto.
En la tabla del análisis de kebabs podéis ver las kilocalorías que contienen, entre otra información de interés para los madrileños, en muchos casos superan a las ‘temidas’ hamburguesas de los gigantes McDonalds y Burger King. Destacar que el contenido en grasas variaba entre el 17 y el 30%, cuando la carne de ternera asada tiene aproximadamente un 11%. Y la grasa animal hay que sumar la de las salsas, de las patatas fritas si se consumen, y la del pan. También destacan el elevado contenido en sal de estas elaboraciones, si queréis conocer más detalles podéis acceder a la web de la OCU.
Foto | LWYang