Se ha solicitado al MARM (Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino) que aplique normas de coexistencia entre cultivos transgénicos y cultivos tradicionales, la solicitud parte de la UPA (Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos), fruto de la preocupación ante el notable crecimiento del cultivo de transgénicos en nuestro país.
Hace unos meses, conocíamos un estudio realizado por el ICTA (Instituto de Ciencia y Tecnología Ambiental) de la Universidad Autónoma de Barcelona, en el que se concluía que los alimentos transgénicos y los alimentos ecológicos no pueden coexistir. La principal razón que lo impide es la contaminación genética, da igual que los campos de cultivos transgénicos estén separados por varios kilómetros de los cultivos ecológicos o tradicionales, el polen transgénico puede terminar alcanzando a estos cultivos. Así se mostraba en la tercera parte del documental La guerra de los cultivos transgénicos, las investigaciones que realizaron un grupo de expertos franceses mostraban la existencia de polen a 1.000 metros de altura, polen que podría desplazarse ayudado del viento a largas distancias y contaminar otros cultivos.
También sería interesante recordar el post Alimentos transgénicos en España, consecuencias reales, en él conocíamos un informe facilitado por Greenpeace en el que se denunciaba la grave contaminación transgénica que se estaba produciendo en España. Cada vez son más los agricultores que se abocan al cultivo de alimentos transgénicos, con este tipo de alimentos buscan mayor comodidad, menor trabajo y por supuesto, mayor rentabilidad. Por ello, quienes no desean alimentos modificados genéticamente piden una normativa que les pueda proteger, ya que son los más perjudicados.
La UPA pide una normativa que permita minimizar los riesgos de contaminación genética y que, en el caso de producirse, se determinen las correspondientes responsabilidades. Actualmente, si un cultivo ecológico es analizado por el correspondiente organismo de certificación ecológica y aparece material transgénico, automáticamente toda la cosecha se descalifica y no se puede vender como alimento ecológico. Esto es algo que se ha estado produciendo durante los últimos años y cada vez con más notoriedad.
Establecer unas normas de coexistencia entre transgénicos y cultivos tradicionales será una tarea realmente complicada, de momento la UPA ya ha solicitado una reunión con la Comisión Nacional de Biovigilancia, organismo creado en el 2003 con el propósito de asesorar en cuanto a organismos modificados genéticamente se refiere.
También se encarga de informar sobre el establecimiento, desarrollo y aplicación de los planes de seguimiento de variedades transgénicas y de velar por la coexistencia entre cultivos convencionales, ecológicos y transgénicos. La Comisión de Biovigilancia no se ha reunido desde hace cuatro años, algo que se podría interpretar de muchas maneras dada la creciente preocupación sobre la coexistencia de los cultivos en buena parte de las regiones españolas.
La UPA cree que es el organismo más adecuado para debatir y elaborar la solicitada norma de coexistencia, sinceramente creemos que este organismo no va a velar por los intereses de los productores de cultivos tradicionales y ecológicos. La UPA manifiesta que apuesta por los beneficios de la biotecnología pero no tal y como se está aplicando, los alimentos transgénicos encierran riesgos que poco a poco se van desvelando, un ejemplo es el estudio realizado en la Universidad de Viena en el que se mostraba que los alimentos transgénicos pueden provocar infertilidad.
Concluyendo, los agricultores ecológicos o tradicionales quieren desarrollar su labor sin que se sientan amenazados por los cultivos transgénicos, y la pregunta es: ¿es posible aplicar una normativa que ofrezca seguridad?, posiblemente no. Como decíamos en su momento, al final disfrutaremos de una alimentación biotecnológica obligada y los alimentos ecológicos se convertirán en algo excepcional, a no ser que cambie la situación, algo poco probable.