Según Aidan Hollis, un investigador del Departamento de Economía de la Universidad de Calgary (Canadá), se realiza un uso poco racional de los antibióticos en la industria agroalimentaria, algo que está derivando en una crisis de salud mundial. El profesor considera que se trata de una amenaza a la salud pública y propone frenar la situación mediante el pago por el uso no humano de antibióticos, es decir, poner un impuesto. Como ya explicábamos en la propuesta de un impuesto en la carne, parece que todo se debe arreglar a base de aplicar tasas.
Hablando de Estados Unidos, el autor de esta investigación explica que el uso del 80% de los antibióticos, corresponde a la ganadería y a la agricultura, siendo la principal razón el incremento del aumento de la producción. Se liberan excesivamente antibióticos al medio ambiente y en consecuencia, todo tipo de microorganismos patógenos están generando resistencia frente a los fármacos, lo que deriva en la ineficacia del uso de los tratamientos disponibles, algo que terminaría pasando factura a la salud a escala mundial. Por ello, el economista considera que la situación se podría aliviar con un impuesto al uso no humano de los antibióticos, del mismo modo que existen tasas como los derechos de tala de las empresas madereras o las regalías que deben pagar las compañías petrolíferas.
Aidan Hollis concluye que la medicina moderna está basada en los antibióticos para poder acabar con las infecciones, si no se cuenta con antibióticos eficaces, las cirugías serían muy arriesgadas, se pondrían en juego las terapias contra el cáncer, e incluso el uso de estos fármacos en infecciones de carácter ordinario, pudiendo llegar a convertirse en peligrosas patologías y acabar con muchas vidas. Esas bacterias que pueden resistir la acción de los antibióticos evolucionan rápidamente siendo un riesgo potencial creciente, no se habla sólo del uso de antibióticos en los alimentos que se producen, estas bacterias resistentes se pueden propagar a través del medio ambiente por otros canales y pueden infectar a cualquier persona. En los tratamientos, los fármacos actuales no tendrían el efecto esperado.
Los productores están centrados en mejorar sus rendimientos, ya hemos hablado en otras ocasiones del uso no terapéutico de los antibióticos en animales en Estados Unidos y sus consecuencias. El profesor apunta que el uso de estos fármacos es rentable para los productores, pero no es algo significativo, no se genera tanto, parece ser una rentabilidad bastante limitada. Para el experto, el uso y valor real de los antibióticos es lograr reducir el número de muertes de personas por enfermedades, todo lo demás es trivial. Dado que legislar en este tema es un reto, recordemos el post Nueva política de la FDA sobre el uso de antibióticos en los animales, establecer un impuesto por el uso de estos fármacos es algo de sentido común, está práctica estaría orientada a disuadir el uso de estos fármacos en la cadena alimentaria.
Según leemos aquí, dicho impuesto haría que no fuera una práctica rentable, al incrementar costes se alienta a agricultores y ganaderos a utilizar otros métodos, como por ejemplo la vacunación, el objetivo es evitar que se utilicen los medicamentos con carácter preventivo para que los animales no enfermen, que lleguen a ser adultos sin problemas. Para el economista, parece que la única salida propuesta es aplicar una tasa. Claro, que ésta debería ser elevada para que no resultara rentable utilizar los antibióticos para prevenir enfermedades, ya que aunque el margen de beneficios fuera poco significativo, seguro que se seguirían utilizando las mismas prácticas que hasta ahora.
Otra medida sugerida es un tratado a nivel internacional, es decir, que este impuesto de los antibióticos se aplicara en todos los países del mundo, la razón es que los microorganismos patógenos no entienden de fronteras, además apunta que sería un aliciente para los gobiernos, ya que podrían tener una fuente de ingresos extra para sus arcas. Por último y como era de esperar, el profesor critica la nueva política de la FDA, como ya hemos explicado, es una reglamentación en la que se determina un límite de carácter voluntario y este tipo de legislaciones no suelen tener la respuesta esperada. Siendo el economista canadiense, plantea una pregunta, ¿el gobierno de Canadá va a tomar alguna medida que permita controlar el uso de los antibióticos con fines no humanos?
Sobre estas líneas podéis ver un gráfico en el que se detalla cuál es el uso de los antibióticos. El 80% de estos fármacos se utilizan en la ganadería, la agricultura o la acuicultura. Para el experto, una prohibición no solucionaría el problema, es muy complicado supervisar todos los canales de producción de alimentos, sin embargo, un impuesto sería mucho más fácil y rápido para motivar a buscar otras alternativas. Podéis conocer todos los detalles de esta noticia a través de este artículo publicado en The New England Journal of Medicine.