En Promarca, asociación que engloba a los fabricantes de productos de gran consumo, nos plantean una pregunta acerca de algunos productos alimentarios, «¿Alguna vez has comprado una copia pensando que era la marca original?». Se realiza esta pregunta tras identificar envases alimentarios que consideran engañosos por sus similitudes con los de las marcas de fabricante. Según Promarca, algunos ejemplos los han identificado realizando visitas a los supermercados o detectándolos en las páginas web de las diferentes cadenas de distribución.
En el post podéis ver algunos de los productos seleccionados por esta asociación como ejemplos de envases alimentarios potencialmente engañosos, explican que no existe evidencia de hasta qué punto los consumidores se han podido confundir al creer comprar un producto de una marca cuando en realidad era un producto de marca de distribuidor. La asociación asegura que existen estudios que demuestran que las imitaciones de los envases aumentan la posibilidad de que se realicen compras erróneas, incluso se puede llegar a pensar que el producto de marca de distribuidor lo elabora la marca de fabricante a la que se imita, también pueden hacer creer que tienen la misma calidad o reputación.
Las copias imitan formas, colores, etiquetado, tipo de letra, denominaciones, etc., a estas copias que traen a la memoria un producto de marca las denominan ‘parasitarias’. Según algunos estudios realizados, hasta el 40% de los consumidores asegura que se ha confundido en alguna ocasión al comprar productos por la similitud de los envases, estas copias desvían las ventas y la lealtad de las marcas a las de sus competidores, llegando a incidir en un 10% de las ventas. Promarca denuncia que este tipo de copias que la realizan las marcas de distribuidor provocan que las primeras marcas pierdan las ganas de innovar, pues las imitaciones aparecen muy pronto en el mercado. Claro, quien imita se aprovecha de la inversión que una marca ha realizado, beneficiándose de los logros obtenidos.
La copia de envases provoca la pérdida de los derechos de la propiedad intelectual, esto lleva a una tasa de innovación más baja y por ende, a la reducción de la tasa de desarrollo de nuevos productos. Si una marca de distribución juega limpio, se encuentra frente a una desventaja competitiva y de costes, se argumenta que las copias parasitarias cuentan con una reputación exagerada, estas copias destruyen la distinción de la marca y convierten el producto en genérico a los ojos del consumidor. Para algunas marcas la solución pasa por realizar una mayor inversión desarrollando nuevos envases que les permitan distanciarse de las copias, aunque después se encuentra que esos diseños vuelven a ser copiados. En Promarca explican que hay muchas más probabilidades de que un consumidor compre un producto con un envase similar al de uno de una marca establecida, que un producto del mismo precio cuyo envase sea diferente.
Evidentemente las marcas intentan velar por sus intereses, no quieren que sus envases y formatos sean imitados ya que como hemos indicado, pueden confundir a los consumidores afectando a su habilidad de encontrar el producto que buscan. Quizá algunos consumidores se equivoquen, pero en tiempos de crisis económica, los usuarios miran con más detenimiento los productos y los precios, precisamente son los precios de los productos de marca de fabricante el elemento diferenciador, la calidad lo es menos de lo que años atrás se pensaba.
Es cierto que algún producto ‘parásito’ puede tener un grado de similitud elevado con su modelo, pero otros ejemplos que nos proporcionan no se les puede considerar copias, hay palabras y descripciones genéricas, colores y formatos que quizá no se pueden atribuir como propios de una marca, sería un error decir que son copias. En todo caso, os invitamos a ver las imágenes y aportar vuestra opinión, ¿consideráis que todos los productos con marca de distribuidor que aparecen en la fotografía, son copias de las marcas de fabricante? ¿Son todos envases alimentarios engañosos que pretenden confundir al consumidor?
7 comentarios
En mi caso es más probable que por error me lleve un producto de marca independiente que uno de marca blanca. Creer que uno, sin mala fe por parte del super, puede comprar un producto por error es un poco decir que los consumidores somos tontos y compramos mirando los colorines. No me gusta ese planteamiento.
El primer ejemplo es evidente, es una copia descarada. Aunque también es cierto que hay que decir que quien compra las Lays gourmet sabe a lo que va y no se confunde.
El resto de ejemplos simplemente no hay por donde cogerlos: Para confundir el envase de yogur de Danone con el de Auchan, hay que hacer mucho esfuerzo. Los colores principales son distintos, un logo es azul y el otro rojo. En lo único que coinciden es que tienen una cuchara con yogur. No pretenderán en Danone que los demás envases lleven una foto de un jamón serrano. Si vendes yogur tendrás que poner uno en el envase.
Lo mismo para el café, una caja tiene fondo oscuro, la otra amarillo. Las tazas son de distinto tamaño y color. Las letras son de distintas tipografías. ¿Qué pretenden? La idea de vender café mostrando una taza es exclusividad de Nestlé por lo visto.
Alguna copia puede haber pero de ahí a decir que pierden un 10% de ventas por esto, me parece un poco descarado.
Totalmente de acuerdo Coninaor, de ahí nuestra reflexión «Es cierto que algún producto ‘parásito’ puede tener un grado de similitud elevado con su modelo, pero otros ejemplos que nos proporcionan no se les puede considerar copias, hay palabras y descripciones genéricas, colores y formatos que quizá no se pueden atribuir como propios de una marca, sería un error decir que son copias.»
Saludos
Personalmente todo pero todo, va dirigido al engaño , en mayor o menor medida, aunque la trampa esta hecha igual. Incluso , hablando en profundidad, no habría que consumir tales productos , ni originales y mucho menos los truchos , porque las papas crujientes te harán crujir los huesos, el café natural de esta marca es super trangénico así que te iras de este mundo por el , sin saber que te mato…en fin mejor apartarse de este consumismo que parece no hacernos pensar y decir que ni uno ni otro, volvamos a las raíces de la buena alimentación que es lo que nos hará vivir mucho mejor.
Como bien dice Aldo todo lo de estas marcas originales o parásitas todo se basa en el engaño y el uso de productos nocivos que nos venden como de calidad. Por ejemplo que tiene que decir danone de otras marcas cuando ha sido condenada en varios países (Menos en España donde nos lo tragamos todo) por publicidad engañosa en relación con las propiedades «beneficiosas» inexistentes en sus productos. Esa es la inversión en innovación y el juego limpio de esta marca y de otras muchas como ella…
Tenemos que volver a consumir local y orgánico y eliminar de nuestra dieta todo estos productos elaborado dañinos para la salud. Veríais como las tasas de cáncer, obesidad, diabetes, alergias, etc irían bajando cada vez mas.
Todos engañan. ¿No habéis visto el envase de Lays donde pone «artesancis» y parece que pone «artesanas»? sólo tenéis que buscarlo en google
Vale, está mal que se copien diseños, pero también el campo es limitado. Me explico con el café, ya que lo usas de ejemplo, este producto implica unos colores propios y en un envase puede faltar el grano, pero lo que atrae es una taza humeante y con cremita. ¿Estás imitando? no se hasta que punto. De todas maneras los envases, los diseños nos engañan en muchas ocasiones quien no ha visto esas etiquetas que afirman que la natillas son «caseras» (¿no pasaron por la fábrica?) o esos zumos de fruta recién exprimida (¿pero cuando?)… Y tantos otros ejemplo, recordemos como caso extremo aquella CocaCola con menos de 1 Caloría que contenía alrededor de 800 calorías, y no mentían el truco está en la C mayúscula. Más que cuidar si se copian, las marcas debieran cuidar de no inducir al error en sus etiquetas ¿o no?
Juan
Diego, ¡¡es verdad!! Jamás me habría fijado tanto si no llegas a mencionarlo. Un saludo