Hace unos días la Comisión Europea publicó un anuncio de licitación para un estudio sobre el impacto de un proyecto de ley que obligaría a identificar el origen de la leche en las etiquetas de los envases y productos alimentarios en los que la leche figura como ingrediente. Dicho estudio tiene como objetivo evaluar la necesidad de informar a los consumidores y los beneficios que ello conllevaría, la CE considera que incrementar la información disponible sobre el origen de los productos a los consumidores, es un paso más en el camino hacia la transparencia y la confianza.
Del mismo modo que el etiquetado de origen es obligatorio en alimentos como la miel, la carne de ave de corral, el aceite de oliva, el vino, etc., se pretende que en un futuro todos los alimentos tengan identificado su origen. El estudio sobre el etiquetado de origen de la leche en la Unión Europea deberá evaluar la situación y el posible impacto de este etiquetado en la leche y en otros alimentos, la información recogida sobre el comportamiento del consumidor en relación a los diferentes tipos de indicación de origen, o la intención de pagar más por un producto de proximidad o nacional, estos serán algunos de los condicionantes para hacer efectiva una legislación que identifique la procedencia de la leche en la UE.
En este estudio se examinará y cuantificarán las cargas y costes en la cadena de suministro, sobre todo cómo afectará a las pequeñas y medianas empresas, procesadores, agricultores, minoristas, etc. Seguramente los consumidores aprueben medidas como la identificación del origen de la leche, especialmente aquellos que queremos conocer el origen de los alimentos, siendo un condicionante para comprar un producto u otro, la verdad es que ofrecer esta información facilita que los consumidores conozcamos y elijamos según nuestros criterios y convicciones, el derecho a saber de los alimentos no debería vetarse. Parece que la intención de la CE de etiquetar la leche no ha sentado nada bien a algunas organizaciones, la EDA (Asociación Láctea Europea) está en contra de identificar el origen de la leche o la leche presente como ingrediente en algunos productos lácteos, asegura que lo único que va a crear son complicaciones innecesarias para la industria láctea, apuntando además que es necesario que se evite este tipo de legislación.
La EDA argumenta que no es necesaria la identificación y argumenta razones económicas y prácticas, además declara que esta información no va a ayudar a los consumidores a elegir los alimentos correctamente, por lo que considera que no es relevante. Es de suponer que son los consumidores quienes deben determinar si esta información es relevante o no, algunos consumidores quieren conocer el origen de los alimentos y ello condiciona la compra a realizar, están en su derecho a saber, nos sorprende que la EDA ponga tantas pegas, ¿qué problema hay en la identificación?
La Asociación Láctea Europea explica que el etiquetado de origen obligatorio se traducirá en un complejo sistema de regulaciones con ninguna información útil adicional, en lo que respecta a la calidad de los alimentos que puede adquirir el consumidor. De acuerdo, no se identifica la calidad, pero para algunos consumidores la procedencia es importante, sobre todo para aquellos que siguen una línea proteccionista y desean adquirir productos nacionales para ayudar al tejido agroalimentario nacional, o simplemente porque les inspira más confianza el alimento que se produce en un determinado país.
La convocatoria de licitación del estudio se lanzó como respuesta a la demanda de la industria lechera del Reino Unido, que instaba a la Comisión Europea a impulsar un proyecto de ley identificando en las etiquetas el origen de la leche, como una medida que apoyaría de forma eficaz a los proveedores de leche del Reino Unido, y como medida para estimular, informar y ayudar a los consumidores. La EDA, por su parte, contrarresta estas afirmaciones alegando todo lo contrario, declara que el suministro de leche, la disponibilidad, el precio, la calidad o la sostenibilidad de los procesadores de leche europeos, no son aspectos que necesariamente deban ser unificados, la EDA explica que un producto lácteo puede contener varios ingredientes con diferentes orígenes y la composición varía en función de su disponibilidad, pudiendo cambiar varias veces al año.
Por ello es muy complicado determinar el origen del producto lácteo, a la hora de realizar una evaluación de la viabilidad del etiquetado de origen de la leche se debe tener en cuenta la variabilidad de los ingredientes de los productos lácteos, así como su impacto en la disponibilidad y costes. Finalmente, la EDA concluye que la UE debe centrarse en eliminar las barreras comerciales, el proteccionismo y consolidar el mercado interior para que sea más fuerte. Muchas trabas pone la EDA, trabas que parecen querer evitar que los consumidores puedan ejercer su derecho a saber y a elegir los alimentos que crean oportunos según sus convicciones, gustos u opiniones.
A través de este enlace podréis acceder al Estudio sobre el etiquetado de origen obligatorio para la leche.
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