En el espacio, las rutinas diarias más simples y cotidianas, como por ejemplo disfrutar de una taza de café, se transforma en un gran desafío por la falta de gravedad. Los astronautas a bordo de la Estación Espacial Internacional (ISS) pueden tomar de su dosis diaria de café, pero la preparación y el consumo de esta bebida es completamente distinta a como lo hacemos en la Tierra.
¿Cómo bebe café un astronauta en el espacio? En la ISS el agua necesaria para preparar el café se obtiene mediante un sistema que recicla líquidos y extrae la humedad del aire. El sistema se denomina Sistema de Recuperación de Agua (Water Recovery System, WRS), y forma parte del Sistema de Soporte de Vida y Control Ambiental (Environmental Control and Life Support System) encargado de mantener las condiciones adecuadas para la vida humana en el espacio.
Una vez que se calienta el agua, se procede a introducirla en una bolsa con café liofilizado, y ya está listo el café para que los astronautas puedan tomarlo a través de una pajita, de este modo evitan que el líquido flote descontrolado tal y como podéis ver en el vídeo. Sin embargo, el sistema no convencía a algunos astronautas como Don Pettit, un científico conocido por su gran creatividad y su capacidad para resolver problemas en el espacio con soluciones ingeniosas. Don Pettit quería poder disfrutar de una taza de café de un modo similar a como se disfruta en la tierra, y así es como comenzó a gestarse la taza de gravedad cero.
En el año 2008 este astronauta trabajó para crear una solución innovadora, su idea inicial fue improvisar una taza de café con un trozo de plástico procedente de su archivo de datos de misión. Esta taza tenía forma de lágrima, es decir, era alargada y estrecha en un extremo, algo que facilita que las moléculas de café se adhieren a las paredes internas del recipiente permitiendo que el líquido permanezca en su lugar. Esto resulta adecuado para las condiciones de microgravedad del espacio. Los moradores de la ISS pueden beber sorbiendo directamente del borde de la taza por un flujo controlado, su forma ayuda a que el café fluya hacia la boca a medida que el astronauta sorbe, sin tener que depender de la gravedad.
Las versiones iniciales de esta taza ideal para beber café en el espacio se crearon con materiales que estaban disponibles en la Estación Espacial Internacional, como el citado plástico de un archivo de misión, y es que la flexibilidad y ligereza son importantes para su uso en el espacio, donde el peso es un factor crucial. Otro dato interesante es que la forma de lágrima ayuda a minimizar el volumen de la taza, algo esencial en un entorno con espacio y recursos limitados. El caso es que esta particular taza sentó las bases de la taza de café Zero Gravity, y como comentan aquí, se trata de un invento que hizo historia al convertirse en el primer producto patentado en el espacio en el año 2015.
La invención de la taza de café Zero Gravity demuestra que con un poco de ingenio y conocimiento científico, se pueden dar soluciones para disfrutar de esos pequeños placeres, como tomar una taza de café en el espacio, aunque eso esté al alcance de muy pocos. Por cierto, recordemos que se han diseñado cafeteras especiales para poder preparar café en el espacio, un ejemplo es el de la cafetera más conocida, la ISSpresso diseñada por la compañía italiana de ingeniería aeroespacial Argotec en colaboración con Lavazza y la Agencia Espacial Italiana.