Según los resultados de un estudio realizado por expertos del Departamento de Ciencias Médicas y Quirúrgicas de la Universidad de Bolonia (Italia), beber café ayuda a mantener la presión arterial baja y si, además, se combina con leche (café con leche), tiene efectos antiinflamatorios, así se concluía en este estudio realizado por investigadores de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Copenhague (Dinamarca).
A esto hay que añadir otra investigación realizada por expertos de la Universidad Jacobs (Alemania), cuyas conclusiones sugerían que un consumo regular de café filtrado, podría ofrecer protección contra el contagio de COVID-19. Al parecer, el ácido clorogénico (CGA) presente en el café inhibe la interacción y acoplamiento del virus a las células humanas, aquí podéis conocer todos los detalles.
Volviendo al estudio inicial, los resultados sugieren que las personas que consumen café de forma habitual, tienen la presión arterial más baja, tanto a nivel periférico como a nivel de la presión aórtica central, hasta el punto de que los resultados confirman los efectos positivos de la bebida para reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Los investigadores explican que llevaron a cabo una encuesta a un grupo poblacional italiano formado por 720 hombres y 783 mujeres que participaron en el estudio observacional del Brisighella Heart Study, en el que se analizaba la asociación entre el consumo de café y los parámetros de la presión arterial central y la presión arterial periférica.
Este es el primer estudio que determina la mencionada asociación, confirmando los datos del efecto positivo del consumo de café en el riesgo cardiovascular. Lo cierto es que durante mucho tiempo se han señalado las consecuencias negativas para la salud por el abuso del café, sin embargo, durante los últimos años se han realizado varios estudios que destacan diversos beneficios para la salud, además de los citados, se puede añadir la reducción del riesgo de sufrir determinadas enfermedades neurodegenerativas, diabetes, enfermedades hepáticas, etc.
Los expertos italianos comentan que se sigue sin aclarar a qué se deben estos efectos que no parecen estar relacionados directamente con el papel de la cafeína, pero, merece la pena retomar la lectura de este post en el que hablábamos de una investigación realizada por expertos de la Universidad McMaster (Canadá), en la que se daba a conocer el mecanismo que facilitaba que la cafeína contribuyera a combatir las enfermedades cardiovasculares.
Los investigadores explican que la cafeína es sólo uno de tantos componentes presentes en el café, y no es la única sustancia que juega un papel activo, se puede poner como ejemplo que se han constatado efectos beneficiosos para la salud por la ingesta de café descafeinado. Se sabe que la cafeína puede incrementar la presión arterial, pero parece que otros componentes bioactivos del café contrarrestan los efectos de la cafeína y, por tanto, se produce un resultado final positivo en lo referente a los niveles de la presión arterial.
Se realizaron comparativas de los niveles de presión arterial y los hábitos de consumo de café en el grupo sujeto al estudio, además, se tuvieron en cuenta diferentes datos clínicos, como los antecedentes de otras enfermedades, estilo de vida, etc. Según los expertos, los resultados son muy claros, la presión arterial periférica fue significativamente más baja en las personas que consumían de una a tres tazas de café al día, en comparación con las personas que no consumían café. Además, se pudo confirmar por primera vez que estos efectos también se apreciaban en la presión aórtica central, con valores similares a los resultados de la presión arterial periférica.
Los resultados parecen confirmar los efectos positivos del café en la reducción del riesgo de enfermedad cardiovascular, sin embargo, es necesario realizar nuevas investigaciones más detalladas y que puedan demostrar causalidad, porque tener como base una encuesta estadística no es algo que se pueda considerar concluyente. Podéis conocer todos los detalles de la investigación a través de este artículo publicado en la revista de la universidad, y en este otro publicado en la revista científica Nutrients.
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