El pasado mes de marzo el algoritmo NutriScore se actualizó para mejorar su eficacia, el comité científico del etiquetado nutricional formado por expertos independientes de los países donde se ha instaurado, España, Bélgica, Alemania, Francia, Holanda, Luxemburgo y Suiza, se encargó de evaluar su eficacia y consistencia, a fin de hilar más fino a la hora de puntuar los productos alimenticios.
Dicha revisión, que ha durado casi un año (se inició en julio de 2022), tuvo en cuenta las investigaciones científicas en materia de alimentación, la evolución de los productos en los supermercados y el uso real de NutriScore por parte de los consumidores. Los expertos explicaron en su momento que de este modo se podía obtener una calificación más precisa en coherencia con las recomendaciones nutricionales.
Como decíamos, el algoritmo del etiquetado NutriScore se actualizó el pasado mes de marzo, pero los cambios no serán efectivos hasta finales del presente año, a partir de entonces, los fabricantes de productos alimenticios tendrán un periodo de dos años para adaptar el etiquetado a sus productos según los nuevos cálculos que ahora realiza. Son varias las modificaciones que se han realizado en el algoritmo, e implica varios cambios de relevancia, por ejemplo, ahora se distingue entre productos lácteos endulzados y sin endulzar, las diferencias entre distintos tipos de queso, valora mejor los alimentos integrales y ricos en fibra, así como otros productos como la pasta, el arroz o el pan.
NutriScore valora mejor los pescados grasos y reconoce su aporte nutricional en el marco de una dieta saludable, califica con mayor precisión los productos en base a su contenido en sal y azúcar, y otorga una mejor puntuación a los aceites ricos en grasas saturadas, como el aceite de oliva, de colza, de nuez, etc., así como a aquellos productos que los contienen.
Sobre estas líneas podéis ver una imagen que ilustra ese cambio, un queso emmental con el algoritmo sin revisar arrojaba como puntuación una “D”, con la revisión realizada, ahora la puntuación mejora y pasa a ser “C”, y esto es debido a su bajo contenido en grasas saturadas y sal en comparación con otros quesos.
En lo referente a las bebidas, la puntuación de NutriScore cambia notablemente, y es que las bebidas lácteas y las bebidas vegetales estaban integradas en el apartado de alimentos, de este modo ahora puede obtener una calificación más favorable la leche desnatada y semidesnatada, diferenciando los diferentes tipos de leche según su contenido graso. Con las bebidas lácteas azucaradas ocurre algo similar, son puntuadas en base al contenido de grasa y azúcares.
Como se puede apreciar en la imagen bajo estas líneas, un producto como el Nesquik pasa de una valoración de “B” a una valoración de “D”, dado que se trata de un producto que debe mezclarse y consumirse en estado líquido, es obvio que los cálculos se realicen según el modo en el que se consume, es decir, como bebida.
Los expertos comentan que otro cambio significativo es la degradación de los productos alimenticios que contienen edulcorantes, que ahora obtendrán puntuaciones más bajas. Esta es una buena noticia en especial para las gaseosas, ya que evitará que los fabricantes modifiquen la receta de su producto sustituyendo azúcares por edulcorantes con el fin de obtener una mejor puntuación.
Bebidas como el agua no varían su puntuación, siendo “A”, ya que se trata de la única bebida que recomiendan las organizaciones sanitarias internacionales, el resto de bebidas, incluidas aquellas que son bajas en calorías, se clasifican en el rango de B a E, tampoco cambian las puntuaciones de jugos de frutas, néctares y batidos, el algoritmo los califica en el rango de C a E.
Merece la pena recordar que la puntuación de este etiquetado se basa en la codificación con cinco colores y letras, que van del rojo al verde en cinco niveles (cinco letras). El verde informa que la calidad nutricional del producto es óptima, y el rojo destaca el elevado contenido en grasas, azúcares o sal del producto alimenticio, por lo que no es recomendable que se consuma de forma regular.
Según leemos en la página de la organización de consumidores Foodwatch, se sigue solicitando que el etiquetado NutriScore sea obligatorio en Francia, aunque ya sabemos que la CE declinó esta opción explicando que no se comprometía con su introducción y que propondría otro tipo de etiquetado nutricional obligatorio y armonizado a finales del año 2022 (algo que se pospuso). De momento, varias organizaciones siguen solicitando la introducción obligatoria del etiquetado NutriScore, pero parece que la CE lo tiene claro y por ahora se muestra firme en su negativa.