Cada año se comercializan miles y miles de litros de bebidas alcohólicas falsificadas, es decir, bebidas que se han producido ilegalmente e imitan a conocidas marcas pero que, en muchos casos, pueden suponer un riesgo para la salud de los consumidores. Pues bien, con motivo de la incautación de vodka falsificado en algunos comercios de Coatbridge y Glasgow (Escocia), la agencia de normas alimentarias de Escocia (Food Standards Scotland (FFS)) ha dado a conocer una serie de directrices para saber cómo detectar una bebida alcohólica falsificada.
Se trata de un conjunto de directrices simples y básicas que ayudarán a detectar si la bebida que pensamos adquirir es fraudulenta. Estas directrices también serán de utilidad para los minoristas, ya que en muchos casos son los primeros que han sido estafados con partidas de vinos y bebidas alcohólicas con los criterios que a primera vista muestran la autenticidad.
El precio es algo que puede llamar la atención, un precio muy rebajado debería hacer sospechar, ya que es el primer gancho para atraer a los consumidores. El etiquetado es otro aspecto a tener en cuenta, en ocasiones los productos falsificados tienen etiquetas deficientes y errores ortográficos, aunque hay buenas falsificaciones y esos errores son muy sutiles. En este caso, muchas empresas graban el código de lote de la bebida con láser, tanto en la contra etiqueta como en la base de la botella, y a no ser que sea una bebida muy cara, las falsificaciones no integran esta característica.
El tapón debe estar bien sellado, si hay rotura lo mejor es descartar la bebida, incluso si se trata de una botella genuina hay que descartarla porque podría haber sido manipulada. Los minoristas deben trabajar con las autoridades reguladoras y con proveedores de confianza, de este modo será muy difícil que puedan adquirir una partida falsificada. Otro detalle es el registro sanitario, si es inexistente, directamente se debe descartar y proceder a la denuncia correspondiente.
Si la bebida tiene mal sabor u olor, es signo de que existe un problema, por ejemplo, el vodka debe verse completamente transparente, sin partículas ni sedimentos visibles en la botella. Si se es consumidor de una marca en particular, el cambio de aroma o gusto será rápidamente detectado y por tanto, hay que rechazar la bebida, ya que como hemos comentado, una falsificación puede ocasionar un problema de salud.
Lamentablemente el fraude alimentario crece en todo el mundo de una forma alarmante y cada año Europol (Oficina Europea de Policía) y la Organización Internacional de Policía Criminal INTERPOL, incautan miles de toneladas de alimentos y bebidas fraudulentas o peligrosas para la salud del consumidor. Se calcula que en la actualidad, al menos una cuarta parte de las bebidas alcohólicas de todo el mundo son ilegales, lo que da una idea de la envergadura de este tipo de fraude.
La FSS explica que aunque estas falsificaciones puedan parecer correctas a primera vista, tener un sabor adecuado, un buen aroma, un contenido y una graduación en principio correcta, esta falsa calidad puede causar efectos adversos para la salud, ya que se desconoce cómo se ha elaborado la bebida, el verdadero porcentaje de alcohol o si la bebida contiene algunas sustancias químicas que podrían resultar tóxicas.
Aquí explican que se calcula que en Reino Unido el vino, la cerveza y los licores falsificados causan una pérdidas de ventas cuantificadas en unos 200 millones de libras esterlinas, y en el caso de la Unión Europea, se calcula que esa cifra alcanza los 3.000 millones de euros. Podéis conocer más detalles sobre las recomendaciones de la Food Standards Scotland sobre las bebidas alcohólicas falsificadas a través de este artículo en su web.
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