Hoy conocemos un estudio desarrollado por The Food Foundation, organización independiente del Reino Unido que se dedica a mejorar la salud y el bienestar de las personas a través de la alimentación, en el que se concluye que los alimentos vegetales integrales son la opción más saludable y sostenible, conclusión a la que han llegado también otros estudios.
Pero hay algunas diferencias, el estudio realizado por The Food Foundation ha analizado 71 alternativas de proteínas vegetales comparando sus beneficios nutricionales, ambientales y su precio, con los de las opciones cárnicas tradicionales. Los resultados confirman lo que muchos expertos en salud y sostenibilidad ya han declarado en reiteradas ocasiones, que los alimentos vegetales integrales como, por ejemplo, las judías, son una alternativa accesible, beneficiosa y eficaz tanto para el ser humano como para el planeta.
En este estudio se dividieron las alternativas vegetales en tres categorías: productos de nueva generación como los que ofrecen las empresas Beyond Meat y Quorn, alimentos procesados tradicionales como el seitán y el tofu, y los alimentos menos procesados como son los cereales y las legumbres. En el marco medioambiental, los datos muestran que las tres categorías tenían una huella medioambiental significativamente inferior a la de la carne, ya que emitían menos gases de efecto invernadero y se utilizaban menos recursos, por ejemplo, menos agua para su producción.
En una comparativa con los productos cárnicos sobre el contenido en calorías grasas saturadas y fibra, los investigadores aseguran que los alimentos vegetales contienen menos calorías, un menor contenido en grasas saturadas y una mayor cantidad de fibra dietética, por lo que son productos con factores clave para una alimentación saludable. Claro, que no todas las opciones son iguales, aunque las alternativas vegetales más procesadas tienen un perfil nutricional favorable frente a la carne, tienen hasta un 18% más de contenido en sal y hasta tres veces más sal que las alternativas alimentarias menos procesadas.
Recordemos que de este tema ya hablábamos en el post Las “carnes vegetarianas” contienen niveles muy elevados de sal, algo denunciado por organizaciones como ‘Action on Salt’, equipo de consenso del Reino Unido que trabaja para reducir el consumo elevado de sal y prevenir sus efectos sobre la salud. Lo cierto es que, como ya hemos comentado en varias ocasiones, la mayoría de las alternativas vegetales a la carne contienen numerosos aditivos y están altamente procesados, tienen baja calidad nutricional y un contenido deficiente en proteínas, además de los mencionados niveles elevados de sal.
A todos estos problemas hay que sumar el precio, estas carnes vegetales alternativas son significativamente más caras, hasta un 73% más por cada 100 gramos de producto. Al respecto, os recomendamos leer este estudio de mercado que llevó a cabo WWF (World Wildlife Fund), donde encontraréis algunas explicaciones interesantes. La realidad es que muchos alimentos vegetales que se producen como alternativa a la carne se encuentran en fase de desarrollo y aún se tardará un tiempo hasta alcanzar la paridad con el precio de la carne. A esto hay que añadir el procesamiento, y es que cada proceso aumenta el precio del producto, si además añadimos todos los pasos habituales en la cadena alimentaria como es el envasado, el transporte, los intermediarios, etc., al final los productos llegan a los consumidores a un precio excesivo.
Desde The Food Foundation comentan que la preocupación por la salubridad de los alimentos vegetales está en aumento entre los consumidores y en este estudio se identifican una gran variedad de opciones para quienes buscan reducir el consumo de carne, realizando especial énfasis en alimentos como las legumbres por todos los beneficios que aportan, siendo una alternativa saludable, rentable y sostenible.
El informe del estudio proporciona conocimiento sobre las repercusiones que tiene la transición hacia una dieta basada en alimentos vegetales, tanto para la salud pública como para la sostenibilidad ambiental. Dicha transición, no sólo beneficia a los consumidores, también brinda oportunidades para que las políticas públicas y las empresas promuevan opciones más saludables y sostenibles.
Es evidente que hay diferencias notables entre los productos vegetales concebidos como alternativa a la carne, y como ya mostramos en su momento, no son necesariamente saludables ni honestos, por ello es preferible optar por alimentos mínimamente procesados, como las legumbres, las semillas y los cereales. Podéis conocer todos los detalles del estudio de The Food Foundation a través de este artículo.
Foto 1 | Depositphotos