Las redes sociales han transformado la forma en la que nos relacionamos con la comida, se generan modas y tendencias que van desde lo que parece inofensivo hasta lo que puede considerarse verdaderamente peligroso. Continuamente podemos ver en plataformas como TikTok, que ganan popularidad nuevos desafíos alimentarios, y en este sentido, hay uno que ha generado preocupación entre los profesionales de la salud, hablamos de la dieta de la sardina.
Esta particular dieta es promovida por algunos usuarios de la red como un método para mejorar la salud metabólica y alcanzar un estado de cetosis avanzada (el cuerpo produce un alto nivel de cetonas para obtener energía, a partir de la descomposición de grasas en lugar de carbohidratos), lo que implica consumir únicamente sardinas durante días, semanas e incluso meses. Por supuesto, esta dieta no está respaldada por ningún profesional de la nutrición, y seguirla puede conllevar graves riesgos para la salud.
La dieta de las sardinas está relacionada con la conocida dieta cetogénica, un régimen alimentario bajo en carbohidratos y alto en grasas, que ha ganado seguidores en los últimos años especialmente por su capacidad de facilitar la pérdida de peso. La cetosis es el estado que se persigue alcanzar, como ya hemos comentado, es un proceso en el que el organismo utiliza grasas como fuente principal de energía en lugar de glucosa, lo cual puede ser útil para algunas personas, pero siempre que se realice bajo supervisión médica. Sin embargo, la versión de la dieta cetogénica que propone comer únicamente sardinas durante largos periodos de tiempo, se aleja significativamente de la forma en la que la cetosis suele recomendarse en entornos médicos y nutricionales.
Una de las principales preocupaciones que aparecen con estas modas alimentarias, es la gravedad de la absoluta desinformación. Es una lástima que plataformas como TikTok se hayan convertido en un vocero de consejos dietéticos y recomendaciones realizadas por personas que carecen de la formación necesaria para entender las implicaciones que tienen sus consejos (y también carecen de valores). La dieta de la sardina, como otras dietas extremas o dietas milagro, refleja el peligro de seguir consejos no verificados basados en experiencias individuales o en teorías sin ninguna base científica.
@glucosa.prueba Reto de las sardinas!!! Recuerda con aceite de oliva!! #sardinas #dictoraboz ♬ original sound – Glucosa prueba
La propia promotora de esta dieta, la doctora Annette Bosworth, también conocida como la Dra. Boz (la que aparece en el vídeo), ha tenido problemas legales con su licencia médica que fue revocada, lo que debería ser una alerta para aquellas personas que consideran sus recomendaciones. Con un poco de sentido común se puede comprobar que la falta de variedad en esta dieta específica, puede llevar a deficiencias nutricionales graves. No se puede negar que las sardinas tienen beneficios nutricionales interesantes, son una excelente fuente de proteínas, ácidos grasos omega-3, tienen diferentes vitaminas y minerales, etc.
Sin embargo, el hecho de que un alimento sea nutritivo no significa que pueda ser consumido en exclusividad y en grandes cantidades sin consecuencias. Un consumo excesivo de sardinas conlleva riesgos como la exposición a metales pesados y concretamente al metilmercurio. Y si bien es cierto que las sardinas se encuentran entre las especies con los niveles más bajos en comparación con otros peces (ver aquí), un consumo en grandes cantidades podría acumular esta peligrosa neurotoxina en el organismo, afectando el sistema nervioso y a los riñones, entre otros órganos.
Además, las sardinas enlatadas suelen tener un alto contenido de sodio, lo que puede ser problemático para personas que tienen hipertensión o problemas renales. El contenido en purinas en las sardinas (estas se descomponen en ácido úrico que luego se elimina del cuerpo a través de la orina), también pueden agravar enfermedades como la gota. Lo cierto es que son varios los ejemplos que demuestran que un enfoque radical de una dieta basada exclusivamente en sardinas puede ser en el mejor de los casos, desequilibrado, y en el peor de los casos, un serio riesgo para la salud.
El auge de la dieta de la sardina, así como de otras tendencias similares, pone de manifiesto cómo las redes sociales influyen en los hábitos alimentarios de sus usuarios. Recordemos este estudio de la Universidad de Aston, en él se concluía que la exposición constante a ciertas tendencias en las redes sociales podía modificar las conductas alimentarias, tanto para bien como para mal. El problema radica en que la mayoría de estas modas no proceden de fuentes confiables, sino de personas influyentes que no necesariamente tienen formación en nutrición y que persiguen la notoriedad.
El fenómeno de la información viral ha llevado a que prácticas peligrosas como por ejemplo comer tierra, o seguir dietas extremas y perjudiciales como la que hoy tratamos, u otras como la dieta de la limonada, la dieta cetogénica extrema, la dieta de la naranja, y así un largo etcétera, llegue a millones de personas en pocos días y sin que se considere el grave impacto negativo que pueden tener. Tal como ha sucedido con otras modas virales, como la geofagia o la tendencia de consumir café con cebolletas, se pone de manifiesto el riesgo de confiar en fuentes no oficiales para algo tan importante como la alimentación.
Como comentan aquí, cuando se trata de realizar cambios en la dieta y especialmente si se busca perder peso o mejorar algún aspecto de la salud, es primordial contar con la orientación que puede brindar un profesional, que son los únicos cualificados para diseñar una dieta que se adapte a las necesidades específicas de cada persona, ya que consideran factores como enfermedades preexistentes, el uso de medicamentos, la tolerancia a ciertos alimentos, etc. Por último, recordar que las dietas extremas pueden llevar a trastornos alimentarios y en especial a los más jóvenes, que son más susceptibles a la influencia de las redes sociales.
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