El pan ha sido un símbolo de sustento en diversas culturas alrededor del mundo y en la actualidad, aunque sigue siendo un alimento esencial, su mercado ha cambiado bastante, y con ello las preferencias de los consumidores han evolucionado. Podemos encontrar pan artesanal, elaborado siguiendo técnicas tradicionales pero beneficiado por innovaciones tecnológicas. Este pan ofrece una calidad inigualable que preserva sabores y texturas únicos, en contraste con el pan industrial, que se ha masificado, principalmente porque se ha priorizado la rapidez, la cantidad y el precio sobre la calidad.
También podemos hacer pan en casa, por supuesto. De hecho, quizá es lo único positivo fruto de la pandemia, y es que muchas familias se aficionaron a la elaboración de pan casero. Pues bien, el 16 de octubre, Día Mundial del Pan, celebramos la historia, el arte y la tradición. Es un buen momento para recuperar esas recetas de pan casero que tanto satisface sacar del horno. Cómo huele la casa con el pan recién horneado…
El Día Mundial del Pan, establecido por la Federación Internacional de Panaderos (UIB) en 2006 (y que coincide con el Día Mundial de la Alimentación), pretende rendir homenaje a uno de los alimentos más antiguos y universales en la historia de la humanidad, destacar su importancia en la dieta cotidiana, su valor cultural y la labor de los artesanos panaderos a lo largo de la historia. Sobre las propiedades nutricionales del pan, merece un capítulo aparte, pero esto no debe restar ningún tipo de valor a la celebración de uno de los primeros alimentos procesados por el ser humano.
Y su simbología es enorme, en muchas culturas se entiende que compartir el pan es una muestra de hospitalidad. Como curiosidad, os vamos a contar el origen de una palabra tan común como ‘compañero’, ¿sabíais que proviene del latín ‘cum panis’? Y ¿qué significa cum panis? Pues leyendo a nuestro amigo Alfred López, aprendemos lo siguiente: La traducción literal es ‘con pan’ (cum: con panis: pan), y su significado está relacionado con compartir pan o comer de un mismo pan, llegando hasta nosotros como ‘compañero’.
Hay quien cree que pudo originarse en un momento histórico ‘La Última Cena’, en la que Jesucristo compartió el pan con sus compañeros de mesa (los doce Apóstoles), siendo una costumbre trasladada a los religiosos que difundieron su mensaje evangelizador, tomando el pan la forma de ‘hostia consagrada.
Existen más de 100.000 tipos de panes diferentes en todo el mundo, varían por los ingredientes, las fórmulas, la forma, el método de cocción… Y aunque se puede obtener un pan simplemente mezclando harina, agua y levadura, un buen panadero también debe conocer el comportamiento de las masas, la función de la fermentación y sus tiempos, o cómo afecta la temperatura e incluso el clima, entre otras cosas.
Y no es complicado, es cuestión de interés y dedicación, no se puede obviar que detrás de cada hogaza o cada barra de pan bien horneada, hay un panadero artesano que dedica horas, pasión y técnica. Conocimiento de los ingredientes, tiempo y paciencia, horneado adecuado y no dejar nunca de investigar y experimentar, porque la panadería artesana también evoluciona.
El Día Mundial del Pan no sólo merece saborear una buena rebanada de pan en el desayuno, un par de ellas para mojar en los huevos fritos o un rico bocadillo para merendar. El Día Mundial del Pan también es para reflexionar sobre el valor de este alimento en la humanidad y no dejar que se pierda su historia, tradición, cultura y significado, compañeros.
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