Recientemente, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) emitió un fallo que establece un precedente importante en el etiquetado de productos vegetarianos y veganos en la Unión Europea. Según la sentencia, los Estados miembros de la UE no pueden prohibir a los fabricantes de alimentos alternativos a la carne el uso de términos cárnicos como «salchicha», «hamburguesa» o «filete» para describir productos elaborados con proteínas vegetales, siempre que no exista una legislación nacional específica que lo prohíba.
Esto significa que aunque un país como Francia haya intentado regular el uso de estas denominaciones para proteger, supuestamente, a los consumidores, no puede implementar una prohibición general que limite el uso de esos nombres que designan productos cárnicos. El fallo del TJUE surgió tras un conflicto en Francia, donde el gobierno del país aprobó un decreto que prohibía a las empresas de alimentos veganos y vegetarianos, usar nombres tradicionalmente asociados a la carne para describir sus productos.
Francia argumentó que esta medida buscaba garantizar la claridad y transparencia de la información para los consumidores, evitando que se confundieran al comprar alimentos vegetales etiquetados con términos propios de la industria cárnica. Sin embargo, un grupo formado por asociaciones vegetarianas y empresas como Beyond Meat, impugnaron el decreto argumentando que violaba el Reglamento (UE) n.º 1169/2011, por el que se regula el etiquetado de los alimentos en Europa. Finalmente, el tribunal falló a favor de este grupo afirmando que en ausencia de una denominación legal específica, las empresas tenían derecho a utilizar términos cárnicos para describir sus productos vegetales.
El debate en torno a este tipo de etiquetado no es nuevo, ya en 2019 la Comisión de Agricultura del Parlamento Europeo propuso prohibir el uso de términos como «hamburguesa» y «salchicha» en productos que no contuvieran carne, argumentando que estos términos debían reservarse exclusivamente a alimentos derivados de animales. La Vegan Society, una organización que defiende los derechos de los veganos, reaccionó de inmediato asegurando que prohibir esos términos, violaría los derechos de los consumidores veganos y los privaría de información clara sobre las alternativas vegetales disponibles en el mercado. Esta sociedad argumentaba que la normativa europea, exige que la información alimentaria sea precisa para facilitar a los consumidores que puedan tomar decisiones informadas, y que en el caso de términos como «hamburguesa», son familiares y útiles para identificar cómo se pueden cocinar y consumir los alimentos alternativos de origen vegetal.
Lo cierto es que Francia ha sido el escenario central europeo de este debate durante años, uno de los últimos intentos se llevó a cabo a principios de 2024, el gobierno francés volvió a intentar implementar una normativa que prohibiera el uso de términos cárnicos en productos vegetales, asegurando que era algo necesario para evitar confusiones entre los consumidores. Dicha reglamentación incluía multas significativas para aquellas empresas que no cumplieran con esta norma. Sin embargo, antes de que la normativa pudiera entrar en vigor, el Consejo de Estado de Francia la suspendió tras recibir apelaciones de las asociaciones de proteínas vegetales. Según el consejo, la medida del gobierno francés no sólo planteaba dudas sobre su legalidad, también podría causar un daño económico inmediato a las empresas del sector de los alimentos vegetales, ya que no les daba tiempo para adaptar sus marcas y estrategias de marketing.
El caso es que la decisión del Tribunal de Justicia de la Unión Europea ha sido recibida con gran satisfacción por los defensores de los productos vegetales. Rafael Pinto, responsable de políticas de la Unión Vegetariana Europea, ha celebrado lo que considera una decisión sensata del tribunal, afirmando que la sentencia no sólo favorece la transparencia y la información clara para los consumidores, también protege la competencia y la innovación en el mercado único europeo.
Esta resolución disuadirá a otros países para que no intenten implementar prohibiciones similares que, a menudo, son percibidas como intentos de proteger a la industria cárnica en detrimento de las alternativas vegetales. Hay que destacar que esta decisión afecta a España, recordemos que una propuesta del PSOE, pretendía restringir el uso de nombres cárnicos en los productos de origen vegetal, propuesta que generó preocupación en el sector y en los consumidores de este tipo de alimentos alternativos.
Por su parte, la industria de productos veganos y vegetarianos argumenta que el uso de términos cárnicos es esencial para que los consumidores comprendan cómo consumir sus productos y para que se puedan realizar comparativas con los productos cárnicos tradicionales. Las restricciones a la terminología podrían ser perjudiciales para su competitividad, en un mercado europeo donde no todos los países han intentado adoptar medidas tan estrictas como las que en Francia se propusieron. Hay que decir que de haberse llevado a cabo esta medida en el país galo, se pondría en desventaja a los productores franceses frente a los competidores de otros Estados miembros de la UE.
El caso es que el fallo del TJUE no sólo beneficia a las empresas que producen alternativas vegetales, también representa un reconocimiento de la evolución en los hábitos de los consumidores europeos. A medida que la demanda de productos veganos y vegetarianos se incrementa, también aumenta la necesidad de un marco regulador que permita a estos productos ser fácilmente identificables y conocidos para los consumidores.
De todos modos, esto no acaba aquí, es muy probable que la disputa siga adelante en países como Francia, donde el gobierno ya ha manifestado su intención de continuar defendiendo a los ganaderos y a los agricultores, que consideran perjudicial el uso de los términos cárnicos para designar y describir productos vegetales. Pero hay que tener en cuenta que el fallo del tribunal establece un precedente que refuerza la importancia de tener un enfoque común en toda la Unión Europea, por lo que mientras no existan términos legales específicos, los productos veganos y vegetarianos podrán seguir etiquetándose con nombres que tradicionalmente se han asociado a los productos cárnicos.
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