Hace un par de días, los eurodiputados se reunían para discutir los planes propuestos por la presidenta de la Comisión Europea para alcanzar la neutralidad climática en la UE para el año 2050. Estos planes se enmarcan en The European Green Deal (Pacto Verde Europeo), se trata de un conjunto de iniciativas que se irán presentando progresivamente en los próximos años, una de las más próximas es Farm to Fork Strategy (Estrategia del Campo a la Mesa).
La Estrategia del Campo a la Mesa se presentará en la primavera de 2020 y entre sus cometidos está reducir de forma significativa el uso de plaguicidas químicos, fertilizantes y antibióticos en la agricultura. Se trata de una base para garantizar que los ciudadanos europeos accedan a alimentos asequibles y sostenibles, que se aborde el cambio climático, se proteja de forma más eficaz el medio ambiente, se preserve la biodiversidad y se incremente la agricultura ecológica.
Para organizaciones como BEUC, el Pacto Verde Europeo o, dicho de otro modo, los planes de la UE para tomar medidas contra el cambio climático, son un paso esperanzador y en el sentido correcto, pero carece de objetivos y acciones concretas que harían que los alimentos sostenibles fueran la opción fácil de elegir. Está muy bien hablar de reducir el uso de pesticidas, antibióticos y fertilizantes químicos, pero sin definir objetivos es como lanzar una piedra al aire. Para BEUC debe poder ser más fácil, económico y atractivo comer alimentos que se hayan producido de forma sostenible, algo que requiere medidas en cuanto a cómo y qué tipo de alimentos se producirán.
También se ha pronunciado The Fair Trade (Comercio Justo) aplaudiendo la ‘Estrategia del Campo a la Mesa’ por los puntos en los que se llevarán a cabo una serie de iniciativas que pretenden mejorar la posición de los agricultores en la cadena de valor. Pero, como BEUC, también se matiza y critica el paquete de medidas, ya que en esta estrategia no se tiene en cuenta a los agricultores que no pertenecen a la Unión Europea, así se comenta desde la Oficina de Defensa del Comercio Justo. Cierto es que hay puntos que resolver, pero no se puede pretender que se ponga en marcha un plan de medidas completo y teniendo en cuenta todo tipo de aspectos, lo importante es empezar, después ya se irán modificando los puntos si fuera necesario y a medida que se aborden.
Para la Oficina de Defensa del Comercio Justo es lamentable que la Comisión Europea sólo reconozca que agricultores y pescadores europeos son elementos clave para gestionar la transición, dejando fuera a quienes no pertenecen a la UE, pero cultivan y suministran alimentos a Europa. Se apunta que pagar un precio justo a los productores independientemente del lugar en el que operen, es un requisito clave para alcanzar una cadena de suministros de alimentos justa y sostenible.
Organizaciones como EuroCommerce, que representa al comercio minorista y mayorista europeo y que sirve como enlace entre productores y consumidores, han acogido satisfactoriamente el Pacto Verde Europeo, asegurando que se trata de una iniciativa muy esperada que puede reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Considera que se trata de una gran oportunidad para que desde Europa se asuma el liderazgo a nivel mundial en la creación de una economía sostenible y competitiva. Se asegura que el comercio minorista y mayorista europeo ya han actuado con diferentes iniciativas voluntarias para reducir su impacto en el medio ambiente. También se han llevado a cabo mejoras en la eficiencia en la cadena de suministros, en el reciclaje y tratamiento de residuos alimentarios, etc. Lo cierto es que no nos terminamos de creer estas declaraciones, cierto que se han llevado a cabo iniciativas, pero se podrían considerar testimoniales, mientras no se introduzcan obligaciones por ley, las acciones voluntarias suelen ser pocas y poco significativas, algo de lo que ya hemos hablado en otras ocasiones.
En definitiva, diferentes organizaciones se han pronunciado de forma más o menos favorable y ven el inicio de un cambio significativo hacia un modelo alimentario más respetuoso y sostenible. En este enlace (Pdf) podréis consultar la hoja de ruta del The European Green Deal en la que aparecen diferentes apartados, Ambición climática, Energía limpia, asequible y segura, Movilidad sostenible e inteligente, o la Estrategia del Campo a la Mesa con las medidas antes comentadas entre otros. Para conocer con algo más de detalle la ‘Estrategia del Campo a la Mesa’, podréis acceder a este documento (Pdf), en él podréis leer que se pretende garantizar que la comida europea sea segura, nutritiva y de alta calidad, y que sea producida con un mínimo impacto en la naturaleza.
Ya veremos si se cumple la hoja de ruta, recordemos que si algo caracteriza a la CE son los retrasos, por ejemplo, se pueden citar los 10 años de retraso que se cumplían a principios de 2019 para la publicación de los perfiles nutricionales, el retraso en la presentación del informe sobre las grasas trans y la aprobación de un reglamento para su limitación, y así muchos temas. De momento, se habla de la presentación de la estrategia Farm to Fork Strategy, después habrá que debatirla, definirla, votarla, aprobarla… veremos cuánto tarda en ponerse en marcha este punto de la ambiciosa hoja de ruta.
A través de este enlace podréis conocer todos los detalles del The European Green Deal.
Foto 2 | Robert Couse-Baker