A finales del pasado mes de diciembre os hablábamos del Pacto Verde Europeo (The European Green Deal) presentado por la Comisión Europea, pacto que comprende varios puntos y uno de ellos es la Estrategia del Campo a la Mesa (Farm to Fork Strategy), cuyo cometido es mejorar el sistema alimentario de la Unión Europea para que sea más respetuoso y sostenible con el medio ambiente.
Sobre la Estrategia del Campo a la Mesa de la CE, se han pronunciado una veintena de organizaciones entre las que se encuentra Greenpeace, pidiendo a los comisarios europeos que aborden el tema de la carne y los productos lácteos, ya que se trata de alimentos que tienen un gran impacto ambiental y son promotores del cambio climático. Lo cierto es que no tiene sentido que en una estrategia que, en teoría, persigue un sistema alimentario respetuoso y sostenible, se obvien estos alimentos de origen animal, lo que para estas organizaciones resulta desconcertante.
Aunque, quizá, no debería desconcertar, sobre todo conociendo la dualidad de la Unión Europea en algunos temas, recordemos que hace unos días hablábamos de la financiación de la publicidad por parte de la UE para promocionar el consumo de carne, algo que denunciaba la organización Wakker Dier proporcionando todo tipo de detalles y cifras. Como ya explicamos en su momento, este proceder es una total incoherencia que va en contra de los actuales intereses en favor de la salud, la sostenibilidad, el medioambiente y el bienestar animal.
Para Greenpeace Europa, Slow food Europe, European Environmental Bureau, Safe, BirdLife International, Amigos de la Tierra Europa, Safe, Food & Water Action Europe, etc., es hora de empezar a tratar el tema de la carne, los productos lácteos y hablar sobre los objetivos de reducción. En la carta que han firmado las organizaciones y que se ha dirigido a los comisarios europeos Frans Timmermans, Stella Kyriakides, Janusz Wojciechowski y Virginijus Sinkevičius, se expone la importancia de la sostenibilidad de los sistemas alimentarios para abordar correctamente el Pacto Verde Europeo (The European Green Deal). Las organizaciones no comprenden por qué una cuestión clave como es el sistema de producción ganadera y el consumo excesivo de carne, productos lácteos y huevos, está ausente en todas las comunicaciones realizadas hasta el momento por la Comisión Europea.
Se trata de una omisión que pone en peligro la credibilidad y la viabilidad de la estrategia presentada, donde conseguir que los alimentos que se producen en la UE sean un estándar global para la sostenibilidad. En la carta se apunta el gran coste de la producción ganadera industrial para el medio ambiente, la salud humana, el bienestar animal y las comunidades rurales, está sobradamente constatado y documentado por la comunidad científica.
Recordemos que en el informe titulado “Cambio Climático y Tierra” presentado el año pasado por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), en el que se describe la ganadería como un problema clave en el marco de la discusión sobre el cambio climático, se apunta entre la necesidad de llevar a cabo una diversificación del sistema alimentario para reducir los riesgos del cambio climático, entre otras cuestiones. El informe destacaba la importancia de seguir dietas equilibradas que incluyeran alimentos de origen vegetal, cereales, legumbres, frutas y verduras, frutos secos, semillas, y alimentos de origen animal producidos de forma sostenible y con bajas emisiones de gases de efecto invernadero, algo que no cumple la ganadería intensiva.
Las organizaciones firmantes piden a la Comisión Europea que reconozca y aborde explícitamente la necesidad de reducir y mejorar la producción y el consumo de carne, productos lácteos y huevos en su nueva estrategia del Campo a la Mesa, de un modo acorde a las evidencias científicas abrumadoras. Comentan que los animales de granja tienen un lugar en los sistemas agrícolas y alimentarios sostenibles, pero este sistema tiene dificultades para poder subsistir y está siendo reemplazado por la ganadería industrial.
Dada la urgencia de la crisis climática y ecológica y las crecientes preocupaciones de salud, los cambios del sistema alimentario no se pueden dejar a elección del consumidor, la industrialización de la ganadería ha contado con el respaldo de políticas e incentivos económicos, por lo que los políticos tienen la responsabilidad de realizar cambios y revertir esta situación. Se incide en la necesidad de desarrollar un plan de acción dentro de la Estrategia del Campo a la Mesa, para que se reduzca la producción animal y el consumo de alimentos derivados de los animales, y que se siga una línea de trabajo para alejarse de la agricultura industrial.
El toque de atención pone en evidencia una de las incoherencias del Pacto Verde Europeo, porque hay algunas más, probablemente debido a los intereses económicos y a la influencia que ejerce la industria. Ya veremos si la carta que podéis leer aquí (Pdf) sirve de algo, aunque mucho nos tememos que, de momento, no provocará cambios en el planteamiento inicial del pacto.