Hace miles de años la población de la antigua Siria probablemente seguía una dieta en la que principalmente comían cereales, aceitunas, uvas, una pequeña cantidad de lácteos y carne, por lo que se podría decir que las antiguas dietas sirias se parecían a la Dieta Mediterránea. Así se concluye en una investigación realizada por expertos de la Universidad Católica de Lovaina (Bélgica) y la Universidad de Tubinga (Alemania).
Recordemos que la antigua Siria comprende la región situada en el Levante mediterráneo que abarca territorios de la moderna Siria y parte de los países vecinos, siendo esta área considerada un crisol de civilizaciones y culturas tanto por su ubicación estratégica, como por su punto de conexión entre Mesopotamia, Egipto y el Mediterráneo. Para llegar a la mencionada conclusión, los expertos realizaron análisis isotópicos de restos de plantas, animales y restos de seres humanos de Tell Tweini, con el fin de mapear cómo los nutrientes fluyeron a través de la cadena alimentaria y los sistemas agrícolas en la región a lo largo del tiempo.
Tell Tweini es un enclave arqueológico ubicado cerca de la ciudad costera de Jableh (Síria), donde se han encontrado reliquias que datan de la Edad del Bronce temprana (alrededor del 2600 a. C.) y se extienden hasta la Edad del Hierro (unos 2300 años después). Los expertos explican que algunos de los hallazgos más interesantes proceden de la Edad del Bronce Medio (entre el 2000 y el 1600 a. C.), ya que se encontró en los restos humanos de este período, un nivel relativamente bajo de δ15N (isótopo de nitrógeno), lo que revela que se seguía una dieta a base de plantas, cereales y aceitunas.
Los responsables del estudio han encontrado restos de ovejas, cabras y ganado vacuno en el enclave arqueológico, lo que sugiere que estos animales eran consumidos de forma ocasional y también eran ordeñados, lo que indica que los habitantes de la zona probablemente incluían proteínas de origen animal en la dieta. Hay que decir que en arqueología, el análisis del isótopo de nitrógeno δ15N en restos humanos y animales, puede proporcionar información sobre la dieta de las poblaciones antiguas. Por ejemplo, niveles altos de δ15N en los restos humanos indica un consumo elevado de productos animales, mientras que los niveles más bajos sugieren una dieta basada principalmente en plantas.
Para los expertos es evidente que la dieta que seguía la antigua población siria era similar a la Dieta Mediterránea actual, ampliamente reconocida por sus beneficios para la salud, que se basa en los patrones alimentarios tradicionales de los países que bordean el mar Mediterráneo. Los investigadores han realizado otros análisis isotópicos que pueden proporcionar información sobre algunas de las prácticas climáticas y agrícolas, por ejemplo, los restos de uvas que se encontraron tenían niveles relativamente altos del isótopo de carbono Δ13, lo que sugiere que los frutos recibieron suficiente agua y fueron bien cuidados.
El isótopo de carbono Δ13 es una medida de la relación entre los dos isótopos estables de carbono: carbono-13 (13C) y carbono-12 (12C). Entre otros campos, en arqueología el análisis de δ13C en restos de humanos y de animales puede proporcionar información sobre los patrones dietéticos y las prácticas agrícolas, ya que el δ13C puede ayudar a distinguir entre diferentes dietas basadas en alimentos vegetales.
Según leemos aquí, los expertos comentan que gracias al progreso interdisciplinario y técnico de la ciencia arqueológica, además de realizar especulaciones sobre la existencia de una larga tradición cultural de la dieta mediterránea a través de determinaciones taxonómicas y tipológicas, se pueden ampliar los descubrimientos a través de análisis adicionales, por ejemplo, con isótopos estables en restos humanos, animales y vegetales, permitiendo tener una mejor comprensión sobre la aparición de las tradiciones culturales en relación con las dinámicas ambientales y sociales.
Es evidente que la dieta siria antigua y la dieta mediterránea moderna comparten varias similitudes notables, reflejando patrones alimentarios que se centran en alimentos frescos y naturales, y con mayor énfasis en los cereales, las frutas, las verduras, el aceite de oliva y un consumo moderado de alimentos de origen animal. Se trata de similitudes que destacan por la continuidad y la evolución de las tradiciones culinarias, en la región del Mediterráneo a lo largo de los siglos.
Podéis conocer todos los detalles de la investigación a través de este artículo publicado en la revista científica PLOS ONE.
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