Recientemente, el Director General de la FAO QU Dongyu enfatizó en la importancia de trabajar en la seguridad alimentaria desde su base, es decir, desde el suelo, el agua, las prácticas agrícolas y la manipulación tras la cosecha. En este sentido, ha destacado el impacto de las técnicas nucleares en la alimentación y la agricultura, cuyo papel puede ser determinante para establecer normas alimentarias fundamentadas en la ciencia.
QU Dongyu asegura que las tecnologías nucleares son herramientas cruciales para medir, gestionar y asegurar el suministro e inocuidad de los alimentos, siendo vitales para la transformación de los sistemas agroalimentarios. Se trata de declaraciones y contenido informativo que se compartió durante la inauguración del «Simposio Internacional sobre Seguridad y Control de los Alimentos» celebrado en Viena, en un evento organizado conjuntamente por la FAO y el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).
En este evento que se desarrolló a través del Centro Conjunto FAO/OIEA de Técnicas Nucleares en la Alimentación y la Agricultura, ha destacado la colaboración entre las dos organizaciones desde hace varias décadas, con el fin de promover la seguridad alimentaria mundial y el desarrollo agrícola sostenible mediante la aplicación segura de la ciencia y las tecnologías nucleares.
El Director General de la FAO también destacó la importancia y la urgencia de los esfuerzos conjuntos que se llevan a cabo en relación a las técnicas nucleares como medida de choque ante el aumento del precio de los alimentos y la energía, los desastres naturales que se producen continuamente y los que son provocados por el ser humano, la crisis climática y los conflictos actuales que afectan significativamente a la disponibilidad, accesibilidad y asequibilidad de los alimentos a nivel mundial.
Es necesario definir las técnicas nucleares en relación a la seguridad alimentaria para una mayor comprensión. Las técnicas nucleares utilizan la energía del núcleo atómico, como por ejemplo la irradiación y los isótopos estables, con el fin de mejorar la seguridad alimentaria y la productividad agrícola. Se trata de técnicas que permiten optimizar la fertilidad del suelo, gestionar los recursos hídricos, controlar las plagas y las enfermedades, además de garantizar la autenticidad y la seguridad de los alimentos.
Uno de los ejemplos más claros de los que hemos hablado en varias ocasiones en Gastronomía & Cía es la irradiación de los alimentos, donde se utilizan rayos gamma, rayos X o electrones acelerados para eliminar los microorganismos patógenos, los insectos y los parásitos sin que se produzca una alteración significativa del valor nutricional o las cualidades organolépticas de los alimentos. Al respecto, merece la pena retomar la lectura del post ¿En qué consiste el proceso de irradiación en los alimentos?, donde entre otras cosas, explicamos cómo la irradiación logra destruir el ADN de las bacterias patógenas como la Salmonella o la Escherichia coli O157: H7, impidiendo su capacidad de reproducción.
En el simposio, cuyo lema era “Alimentos seguros para una vida mejor”, se buscaba resaltar el papel crucial de las técnicas nucleares para mejorar la seguridad alimentaria y la productividad agrícola, facilitando el intercambio de información entre investigadores, funcionarios y otros socios clave de países desarrollados y en vías desarrollo. Se ha destacado el trabajo del Centro Conjunto FAO/OIEA coordinando y apoyando la investigación en este campo en unos 25 proyectos anuales donde participan más de 400 instituciones de investigación y estaciones experimentales nacionales e internacionales.
Sin embargo, parece que se obvia algo importante, procesos como la irradiación deben ser complementarios para ayudar a ampliar el espectro de la seguridad alimentaria, pero no deben eximir el seguimiento de las pautas y las buenas prácticas agrícolas, así como la correcta manipulación e higiene de los alimentos, porque ese es uno de los riesgos del uso de la irradiación, que se relajen esas pautas y prácticas necesarias.
La irradiación alimentaria es una tecnología que grandes empresas e instituciones avalan, pero la realidad es que no ponen medios ni invierten en campañas informativas para que los consumidores comprendan su funcionamiento y se desmonten los tabús y la falta de conocimiento, cómo actúa, qué beneficios ofrece, etc. También es necesario brindar información y más transparencia, los consumidores deben conocer y comprender el proceso para que los alimentos irradiados sean aceptados y no se asocien a la energía nuclear o la radioactividad, y sobre estas cuestiones no se habló nada en el simposio.
Los laboratorios de la FAO y el OIEA realizan investigaciones aplicadas y adaptativas, proporcionando normas, protocolos, directrices, capacitación y servicios especializados. Por otro lado, el Centro Conjunto FAO/OIEA ha sido fundamental en el uso de tecnologías nucleares para abordar, como ya hemos comentado, problemas críticos como la fertilidad del suelo, la gestión del agua, el control de plagas y la seguridad alimentaria. Dicha colaboración ha dado lugar a diferentes avances, el desarrollo de variedades de cultivos mejoradas, estrategias más efectivas del manejo de plagas y protocolos mejorados de seguridad alimentaria.
Quizá la FAO debería empezar a plantearse incluir estrategias para brindar información y transparencia a la población, porque a día de hoy muchos asocian algunas técnicas como la irradiación a la radioactividad. Podéis conocer más detalles del simposio, así como información sobre las técnicas nucleares en la alimentación y la agricultura, a través del Centro Conjunto FAO/OIEA y a través de la página de la FAO.
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