Recientemente se dio a conocer que en algunas granjas estadounidenses se han detectado vacas lecheras infectadas con gripe aviar, siendo la primera vez que se detecta esta enfermedad en el ganado lechero y la segunda vez en un rumiante según explica la Asociación Estadounidense de Medicina Veterinaria en este artículo en su página web. La presencia de la enfermedad en las vacas, ha generado preocupación por el consumo de los lácteos y leche, pero las agencias reguladoras aseguran que no hay ningún riesgo para la salud de los consumidores.
Por lo general, la gripe aviar infecta a las aves, ya sean silvestres (migratorias y acuáticas) o de corral, pero este virus también puede infectar a los mamíferos, sobre todo a los que pueden consumir aves, como los animales salvajes o domésticos (perros y gatos). Aunque no es habitual, el virus también puede infectar a los seres humanos debido a la exposición prolongada a las aves, por manipular aves enfermas o muertas que fueron infectadas por la gripe aviar, etc.
La cepa detectada es la denominada H5N1 y está presente tanto en la carne como en la leche de los animales, es altamente patógena y se cree que se ha extendido como mínimo a cinco estados del país, Texas, Kansas, Michigan, Idaho y Nuevo México. El CDC (Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades) comenta que el riesgo para la población es bajo, recordando que las infecciones humanas que se produjeron antaño, fueron debidas a la exposición a aves de corral infectadas enfermas o muertas. Por otro lado, constatan que la cepa detectada no incluye ningún cambio que la haga más transmisible a los seres humanos.
Se considera que la infección de las vacas por gripe aviar aunque preocupante, no se espera que amenace el suministro comercial de productos lácteos y se recalca que no debería afectar a los consumidores. De hecho, las agencias reguladoras aseguran que el suministro comercial de productos lácteos en el país, es seguro y no hay necesidad de retirar ninguna partida de leche del mercado, y la razón es que las lecherías deben desviar o destruir la leche del ganado afectado, utilizando únicamente la leche procedente de vacas sanas para el consumo humano.
En el caso de que una partida de leche contaminada accediera a la cadena de producción, la pasteurización u otra tecnología superior eliminará las bacterias y los virus, incluidos los de la gripe aviar. Por su parte, la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos) advierte que existe información limitada sobre la transmisión de la gripe aviar en la leche cruda no pasteurizada, por ello la agencia recuerda que desde hace mucho tiempo ha recomendado evitar la leche cruda debido a la posible presencia de microrganismos patógenos, recomendación que también realiza el CDC.
Recordemos que cada vez más personas prefieren el consumo de leche cruda, siempre bajo su responsabilidad y por creencias erróneas, como que es más una leche más natural y más saludable, y esto ocurre en países donde se han empezado a relajar la legislación en materia de seguridad alimentaria sobre la leche y productos lácteos. Por cierto, según el CDC el consumo de leche cruda incrementa hasta 840 veces las probabilidades de sufrir una enfermedad alimentaria y 45 veces las posibilidades de sufrir una hospitalización.
El USDA (Departamento de Agricultura de Estados Unidos), la FDA y los CDC, reafirman que no les preocupa la seguridad del suministro comercial de leche o que la infección suponga un riesgo para la salud de los consumidores. También se aseguran que la pérdida de la leche de las vacas enfermas es poco significativa y no afectará al suministro comercial, es decir, en teoría el brote de gripe aviar no debería afectar al precio de la leche y productos lácteos derivados.
El caso es que el problema pone al descubierto la importancia de seguir fielmente las medidas de bioseguridad, la vigilancia en el seguimiento de enfermedades y la participación inmediata de los veterinarios ante la sospecha de cualquier enfermedad, así lo considera la Asociación Estadounidense de Medicina Veterinaria.