En estos días se está hablando mucho en los medios de comunicación sobre la determinación de Carrefour, que ha decidido dejar de vender productos de PepsiCo en Francia, Bélgica, Italia y España con el argumento de que han aumentado su precio. Los responsables de la multinacional de distribución consideran inaceptable el aumento de los precios de los productos de PepsiCo, y concluyen que no van en consonancia con el compromiso de reducir precios.
Por ello, Carrefour se ha disculpado con sus clientes por las molestias causadas, ya que los productos de la empresa multinacional estadounidense, como por ejemplo los que se comercializan bajo las marcas Lay’s, Cheetos, Ruffles, Doritos, Pepsi, Bitter Kas o Seven Up, entre otros muchos, ya no se podrán adquirir ni en los centros físicos ni en las plataformas online. Podríamos decir que la hipocresía está a la orden del día en las cadenas de distribución, y podríamos pensar que la decisión tiene otros motivos y no la denunciada subida de precios inaceptables.
En las negociaciones entre fabricantes y supermercados e hipermercados se determinan cuestiones como el precio de compra, el precio de venta, el periodo de pago, el lugar en el que se colocan los productos, las promociones que se realizan, las condiciones de devolución, etc. Lo cierto es que la situación resulta un tanto chocante, por un lado la cadena de distribución se enfrenta a un potencial fabricante y cliente, y por el otro a los consumidores que adquieren productos de PepsiCo, pero no hay duda de que se trata de una forma de ejercer presión y es posible que al final PepsiCo termine aceptando las condiciones de Carrefour.
Por cierto, haciendo referencia a la hipocresía, hablando de subida de precios y de lo manifestado por Carrefour, recordemos que según denunciaba FACUA, hasta un 48’4% de los alimentos básicos a los que se les había rebajado el IVA a finales de 2022, a mediados de 2023 habían incrementado su precio, por lo que la ayuda de la rebaja del impuesto no sirvió de nada, como tampoco sirve la actual prórroga de la medida. Según FACUA, el pasado mes de agosto el mayor número de subidas se detectó en Carrefour, que aumentó los precios en 95 de los 163 que se analizaron de esta cadena. Curiosa forma de preocuparse por los precios abusivos.
En otras ocasiones hemos hablado de productos como la naranja, que se pagaba al agricultor a una media de 10 céntimos por kilo, para que las grandes superficies las comercializaran a más de 1 euro el kilo. Lo mismo ocurre con muchos otros alimentos, y es que a los productores no les queda otra que aceptar las condiciones y exigencias que imponen los grandes intermediarios. Cuando hay una bajada de precios en los centros de distribución, hay que tener muy claro que también se ha producido una bajada en la cotización en origen, lo que se mantiene inalterable es el margen de los intermediarios, pero este es otro tema.
Volviendo a la noticia, por su parte, PepsiCo había anunciado el pasado mes de octubre su intención de implementar aumentos de precios considerados «modestos» para 2024. Rivales como Coca Cola, aseguran que la intención de PepsiCo era subir un 7% el precio de sus productos (hay que poner en duda, ya que la rivalidad entre ambas compañías es legendaria). La inflación y el aumento del costo de vida han sido preocupaciones a nivel mundial, pero han cobrado especial relevancia en Francia, ya que es donde Carrefour tiene su sede y mercado más grande.
Como respuesta a la decisión de Carrefour, Pepsico ha comentado que estuvo en conversaciones con la multinacional francesa durante muchos meses, y a pesar de la medida que ha adoptado, seguirá trabajando para intentar garantizar que sus productos estén disponibles para los consumidores. Pero esta situación no hace más que plantear interrogantes sobre las dinámicas comerciales, así como sobre los desafíos a los que se enfrentan las empresas en un entorno económico global y cambiante.
Según leemos aquí, la exclusión es legal y está regulada, aunque se requiere previo aviso con un periodo que varía dependiendo del historial de relaciones comerciales, mientras que una exclusión repentina de los productos de la compañía en medio de negociaciones comerciales, podría considerarse una acción abusiva. Si se demuestra una falta por parte de Carrefour, esto se resolverá más tarde, ya que su intención es causar daño y podría exigirse una indemnización. Seguramente no tardaremos mucho en conocer nuevas noticias sobre este conflicto.
Foto 1 | Olivier Dauvers