Se denomina gastronomía inclusiva a una tendencia que poco a poco está estableciéndose con más fuerza en el mundo de la restauración. Se trata de una filosofía que busca crear un ambiente acogedor y accesible para todos los comensales, independientemente de sus necesidades o preferencias.
En esta tendencia se tienen en cuenta las necesidades de las personas con alergias o intolerancias alimentarias, las diferentes preferencias dietéticas, a las personas con discapacidades, se evita el uso de términos como «dieta normal» o «personas sanas», la oferta de menús se adapta a todo tipo de tendencias alimentarias, etc.
Algunas de las medidas que se suelen tomar en la promoción de la gastronomía inclusiva son: ofrecer menús adaptados a las necesidades dietéticas específicas de los comensales, menús vegetarianos, veganos, sin lactosa, sin gluten o sin determinados ingredientes alérgenos, la eliminación de barreras arquitectónicas que pueden dificultar la movilidad de las personas con discapacidad, proporcionar información clara y accesible con un lenguaje sencillo de las diferentes opciones alimentarias disponibles.
Cada vez son más las personas que consideran que la gastronomía inclusiva es una tendencia positiva, que cumple con el cometido de ayudar a crear un mundo más justo para todos, pero lo cierto es que hay retos que aún se deben abordar, uno de los principales que se señalan es la falta de formación de los profesionales de la restauración, y es que, una parte del personal de la restauración no está familiarizada con las necesidades de las personas con discapacidades o que tienen alergias alimentarias.
Otro reto es la falta de concienciación social, todavía hay muchas personas que no conocen la gastronomía inclusiva o simplemente no creen que sea importante, por ello, quienes la promueven consideran importante educar a la población sobre los beneficios de la inclusión en la gastronomía. Pero como hemos comentado al principio y a pesar de los retos, la gastronomía inclusiva crece, cada vez se suman más restaurantes adoptando medidas que favorecen dicha inclusión.
Como nota algo negativa, hay que decir que la gastronomía inclusiva puede llegar a ser demasiado restrictiva, por ejemplo, un restaurante que ofrezca únicamente menús adaptados a las necesidades dietéticas específicas de los comensales, podría limitar su oferta gastronómica y hacer que la experiencia culinaria fuera menos atractiva para algunos comensales. El reto lo tienen los hosteleros, ya que para satisfacer a todo el mundo es necesaria una amplia infraestructura, un almacén bien surtido con todo tipo de productos (algunos más caros por las exigencias de ciertas condiciones alimenticias), conocimiento, logística y una gran lista de proveedores, contratación de personal especializado y un buen flujo de clientes.
Hay quien considera que estas críticas deben relativizarse, ya que la gastronomía inclusiva es una tendencia positiva que, como ya hemos comentado, contribuye a crear un mundo más justo e igualitario, siendo los beneficios de la inclusión superiores a los posibles inconvenientes planteados. Claro, todo depende de quién exponga el argumento.
Ejemplos de restaurantes que ofrecen gastronomía inclusiva, cuya información extraemos de su web:
D’ins, un restaurante social en Barcelona que ofrece gastronomía inclusiva y solidaria, con espacios gastronómicos completamente accesibles y adaptados a las necesidades de las personas con discapacidades. Además, el restaurante ofrece formación y empleo a personas con discapacidades.
La Mare que Va es un restaurante valenciano que ofrece formación y empleo a personas con discapacidad intelectual y síndrome de Down, su menú es variado e incluye opciones vegetarianas, veganas y sin gluten. El restaurante también cuenta con personal especializado en atención a personas con discapacidades.
Se espera que la gastronomía inclusiva siga creciendo en los próximos años debido al aumento de la concienciación social, la creciente diversidad de la población y al desarrollo de nuevas tecnologías que facilitan la accesibilidad. A día de hoy podemos ver que la mayoría de estos establecimientos necesitan subvenciones y ayudas, y es lógico, ya que el gasto es elevado, por ello pensamos que crecerá, pero a un ritmo muy lento.
