Desde la Mesa Redonda del Aceite de Palma Sostenible (RSPO), organización que aglutina a productores, procesadores, fabricantes, minoristas, etc., que trabajan para el desarrollo e implementación de los estándares para este producto, se advierte que las regulaciones más estrictas para el aceite de palma impactarán en el coste y el suministro en los países del APAC (Asia-Pacífico).
La razón de esta afirmación es la entrada en vigor del Reglamento de Deforestación de la UE (leer aquí) que entró en vigor este año, y que generará mayores desafíos para los productores que exportan el aceite de palma a la Unión Europea, pero también para otros sectores de la industria. La RSPO comenta que la nueva reglamentación puede tener implicaciones a largo plazo para los pequeños productores de los mercados emergentes y también para los consumidores, por lo que parece sugerir relajar de algún modo ciertos puntos de la reglamentación.
Los grandes productores y corporaciones no tendrán problemas para cumplir con la reglamentación, pero los pequeños productores, no pueden controlar ni administrar la cadena de suministro de modo que puedan demostrar el cumplimiento con las exigencias de las reglamentaciones de la UE, incluso si cumplen con los parámetros de sostenibilidad MSPO o ISPO (Aceite de Palma Sostenible de Malasia/Indonesia), lo que implica su expulsión del mercado comunitario y según la RSPO, únicamente por la documentación.
Pero es que la documentación es lo que acredita que se cumple con la legalidad, por lo que quizá la Mesa Redonda del Aceite de Palma Sostenible debería trabajar para dar solución a este problema a pesar de las complicaciones existentes. Esta situación favorece que puedan aumentar los costes del aceite de palma, recordemos que se trata de la grasa vegetal más consumida en el mundo porque resulta muy interesante para la industria, es económica, tiene un gran rendimiento, capacidad de mantenerse a altas temperaturas, no tiene aroma, tiene una textura ideal, gran cremosidad y gran capacidad para conservar ampliando la vida útil de los alimentos.
Desde la RSPO se advierte que para poder cumplir con la reglamentación es innegable que se incrementarán los costes en la cadena de suministro. La imposición de restricciones, regulaciones, burocracia, etc., aunque sea con la intención correcta, crea barreras que pueden tener implicaciones en la disponibilidad de los alimentos y en los precios para los consumidores. La organización añade que los impactos potenciales para la industria alimentaria son particularmente significativos, precisamente por lo extendido que esta el uso de este ingrediente alimentario, presente en muchos alimentos y que los consumidores desconocen.
La razón de que se desconozca es que el aceite de palma se oculta bajo otros nombres en el etiquetado de los alimentos, según explicábamos aquí, se utilizan hasta 590 nombres alternativos al aceite de palma, y por supuesto, la mayoría de estos nombres son desconocidos para los consumidores. La RSPO considera que las regulaciones más estrictas en el aceite de palma no son precisamente el enfoque más práctico, ya que como hemos comentado, afecta a la producción, suministro y precios. El sector del aceite de palma se está preparando para todas las implicaciones que conlleva el reglamento, y es que no hay otro camino para luchar contra la deforestación y la degradación forestal, ya que la reglamentación es el resultado del deseo de la Unión Europea de promover y aplicar políticas ambiciosas en materia de medio ambiente y clima en todo el mundo.
Lo cierto es que cualquier complicación para la industria (sea la que sea), suele traducirse en una amenaza de aumento de precios y como es habitual, terminamos pagando los consumidores. Podéis conocer más detalles de la noticia a través de este artículo y en la página de la Mesa Redonda del Aceite de Palma Sostenible.