Según un estudio de Mintel sobre el mercado de los alimentos vegetales concebidos como una alternativa a la carne, se está produciendo una recesión en la categoría de la “carne” de origen vegetal, y la principal razón argumentada es que cada vez más consumidores optan por adquirir proteínas que sean más baratas debido a la presión económica que sufren sus bolsillos. Aunque hay que decir que, en realidad, es un conjunto de razones lo que ha provocado esta situación.
Las ventas de alimentos alternativos a la carne alcanzaron su punto más alto en el año 2020, desde entonces han ido descendiendo y, por tanto, preocupando al sector. Además del precio, se destacan otras cuestiones como el sabor o el aporte nutricional como problemas que juegan en contra de la categoría alimentaria.
Quienes siguen una dieta reducida en carne tiene una percepción negativa de la ‘carne’ de origen vegetal, y es que debemos recordar que la mayoría de estos productos son ultraprocesados con las posibles consecuencias que ello conlleva para la salud, tienen una baja calidad nutricional y suelen ser más caros que sus homónimos cárnicos, por lo que es difícil que las personas que controlan el gasto de la cesta de la compra y quieran cuidar su salud, reduzcan el consumo de carne y aumenten el consumo de alimentos sustitutivos de la carne.
En el informe de la consultora se hace hincapié en la necesidad de abordar estos problemas para lograr el crecimiento de mercado, pero parece que todavía existen aspectos positivos en el segmento en el área de los congelados, que es el que menos caída ha experimentado, y con la innovación de nuevos productos podría ampliar el mercado llevando a los alimentos sustitutos de la carne a nuevas posibilidades de consumo.
Según el estudio, los consumidores vuelven a lo que conocen, ya que la inflación y la situación económica no predispone a probar nuevos alimentos como, por ejemplo, los alimentos elaborados 100% con materias primas vegetales, volviendo a un consumo reducido de carne. En el informe se apunta que en relación a las preferencias dietéticas, es menos probable que los consumidores digan que son flexitarianos, vegetarianos o veganos, de hecho, y según datos de la encuesta del presente año, el 8% de los consumidores dijeron ser flexitarianos, un 4% vegetarianos y un 2% veganos, cifras inferiores a las del año 2022 donde un 10% se declaró flexitariano, un 5% vegetariano y un 4% vegano.
En relación a los problemas de los alimentos sustitutos de la carne, según la encuesta de Mintel realizada a más de 1.400 personas mayores de 18 años, un 48% de los consumidores manifiestan como principal preocupación de esta categoría el sabor, el gusto, un 35% consideraron que la carne tradicional era mejor fuente nutricional, y un 34% argumentó que el problema era el precio más elevado en comparación con el de la carne. Además, un 24% de los encuestados citó la textura como un problema, y un 21% consideró que estos alimentos están demasiado procesados.
En definitiva, parece que la mejor salida para la categoría de la «carne» vegetal es el lanzamiento de nuevos productos innovadores, pero en el sector del congelado, y sin olvidar que se debe reducir la lista de ingredientes, así como la mejora de las cualidades organolépticas, nutricionales y saludables. Este sector debe evolucionar y adaptarse a las exigencias y necesidades de los consumidores, de lo contrario, es probable que las ventas sigan cayendo. Podéis conocer más detalles de la noticia a través de la página oficial de Mintel.