Se conoce como ortiguilla u ortiga de mar a una especie del reino animal clasificada en el orden de las Actiniarias y perteneciente al género de la Anemonia. Así que la ortiguilla (Anemonia sulcata) que es una anémona común de mar, no es un alga como han considerado algunos, pero hay que decir que vive en simbiosis el alga zooxantela, es decir, estos organismos habitan el interior de las ortigas de mar.
Por supuesto, vamos a abordar el valor gastronómico de las ortigas de mar, pero antes vamos a conocer un poco más a esta anémona que es prima de la medusa, ambas pertenecen al filo Cnidaria (celentéreos), y también tiene tentáculos urticantes, cuya acción se anula cuando se cocina. La anémona común u ortiga de mar tiene un aspecto muy particular, es cilíndrica con un montón de tentáculos, puede tener entre 70 y casi 200 tentáculos.
Su color va del pardo amarillento al verde marino y resulta muy llamativo porque las puntas de sus tentáculos son violetas, la verdad es que es una especie bonita, y su tamaño puede llegar a alcanzar los 20 centímetros, pero no es lo más común. La ortiguilla es propia del mar Mediterráneo y del océano Atlántico, vive sobre las rocas expuesta a la luz, es fácil encontrarla en aguas poco profundas en bahías tranquilas.
Sobre su reproducción, leemos en un libro de biología que esta especie puede reproducirse por bipartición o liberando óvulos, y en cuanto a la alimentación de la ortiga de mar, como podéis imaginar, se alimenta a través de sus tentáculos, liberando la sustancia urticante para aturdir a sus presas, plancton, camarones, erizos, peces de pequeño tamaño…
La ortiga de mar se recolecta a mano, los buceadores se ayudan de una especie de tenedor con los dientes más abiertos, para separarla de la roca. Inmediatamente se debe sumergir en agua de mar para conservarla, pues aguanta fresca poco tiempo, y fuera del agua se oxida rápidamente y pierde su llamativo color y aspecto.
Esta anémona se puede encontrar todo el año, pero suele haber veda cuando están en periodo de reproducción, no es una especie que esté en riesgo, pero sí se limita su captura porque es muy apreciada en gastronomía, especialmente en el Mediterráneo, desde el Delta del Ebro hasta Andalucía (también en Italia), siguiendo la línea marina hasta los municipios costeros del océano Atlántico, como Cádiz.
¿Cómo se cocina la ortiga de mar?
Está bien recordar que la ortiguilla fue primero alimento de pescadores, un producto humilde, de subsistencia, como ha sucedido con otros tantos alimentos. Hoy se consume como marisco y hay varias formas de disfrutarlo, siendo la más popular con un rebozado y frito. Es un manjar, pero tiene que estar bien elaborado. La ortiguilla es muy delicada y la fritura es una cocción agresiva y que hay que saber controlar.
En las fotos podéis ver dos de las mejores ortiguillas que hemos comido, y hemos comido muchas, la primera es de La Taberna del Gourmet (Alicante) y la segunda de Casa Jaime (Peñíscola). En algunos restaurantes nos han servido algo que básicamente era un buñuelo de masa con un poquito de ortiga de mar, y cuando esto sucede es una pena…
Otra forma de disfrutar de las ortiguillas es añadiéndolas a un buen arroz junto a otros pescados o mariscos, a nosotros nos encanta, y también las preparan marinadas en vinagre y después fritas, pero de este modo todavía no las hemos probado.
¿A qué saben las ortiguillas u ortigas de mar?
A su hábitat, saben a mar pero de un modo más amable que las ostras, que tiran para atrás a muchas personas precisamente por eso, pero la delicadeza de esta anémona es una delicia a la que nadie se puede resistir, además, tiene una textura melosa y tierna también muy agradable, en contraste con un rebozado fino y una fritura bien hecha, es una exquisitez.
Si no habéis probado las ortigas de mar, este verano puede ser el momento, normalmente las encontraréis en zonas costeras de nuestro país. Lo ideal es que las hagan en el mismo restaurante, pero quizá, en la mayoría lo que ofrecen son las ortiguillas que compran precocinadas, ya rebozadas, así que nunca estará de más preguntar antes de pedirlas.
Y si preferís comprarlas frescas o congeladas para cocinarlas en casa, buscad en las tiendas online porque hay bastante oferta para elegir, hoy consultábamos los precios y encontramos la ortiguilla congelada (precocinada) por 37 euros/kilo, y la fresca a 60 euros/kilo. Son para disfrutar en ocasiones especiales.
Foto 2 | Casa Jaime