Hoy conocemos un estudio en el que el IARC (Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer) de la OMS, ha evaluado el efecto potencialmente cancerígeno del aspartamo. Los resultados obtenidos han sido trasladados al Comité Mixto FAO/OMS de Expertos en Aditivos Alimentarios (JECFA), que llevará a cabo una actualización de su evaluación de riesgos sobre el aspartamo, incluyendo la revisión de la ingesta diaria aceptable y la evaluación de la exposición alimentaria a este edulcorante.
Todo apunta a que la OMS podría considerar el aspartamo como cancerígeno, aunque es algo que no sabremos hasta el próximo 14 de julio, día en el que los resultados de las evaluaciones realizadas estarán disponibles y publicadas online en la revista científica The Lancet Oncology, así como en la página de la OMS. Si se considera el aspartamo como un edulcorante cancerígeno, el golpe a la industria alimentaria será muy significativo, probablemente muchos consumidores rechacen cualquier alimento o refresco que contenga este edulcorante, y no son pocos.
Hay que decir que se ha firmado un documento de confidencialidad cuya finalidad es evitar que cualquiera de los expertos implicados en la evaluación, pueda compartir información sobre su reunión o los resultados que se han obtenido. Quizá esto se debe a lo ocurrido con la consideración que se dio a la carne curada y la carne roja, recordemos que unos días antes de que la OMS comunicara oficialmente que la carne roja procesada es un alimento cancerígeno y la carne roja fresca probablemente cancerígena, dicha información se había filtrado a través de periodistas de Daily Mail, que explicaron que la habían obtenido de alguien de la propia OMS.
Si hacemos un repaso sobre las consideraciones del aspartamo a lo largo de los años, podemos comprobar que en el año 2010 la EFSA (Agencia de Seguridad Alimentaria de la Unión Europea) realizó una revisión de todos los estudios hasta la fecha y concluyó que, según los resultados, el edulcorante era seguro y no provocaba ningún problema de salud, salvo en excepciones. Posteriormente, en el año 2013, determinó que el aspartamo era seguro y descartaba que el edulcorante pudiera provocar daños genéticos, que sea inductor del cáncer, que pueda afectar a los fetos, etc.
Desde entonces, se han realizado muchas investigaciones aportando nuevos datos que apuntaban la existencia de dudas sobre la seguridad del aspartamo, se puede citar por ejemplo este estudio de la Universidad de Sussex (Reino Unido), en el que se desveló que la EFSA había descartado 73 estudios en los que se concluía que el edulcorante podía ser perjudicial, a esto hay que sumar que el 84% de los estudios revisados por la EFSA no proporcionaban evidencias confiables sobre el aspartamo. El caso es que hay mucha documentación científica que apunta a los riesgos del aspartamo y de otros edulcorantes no calóricos, incluso se aconsejó no utilizarlos para el control del peso corporal, consejo que emitió este año la OMS.
Los expertos independientes del IARC se reunieron y revisaron la evidencia científica obtenida hasta el momento, de acuerdo con estrictos criterios que se centran en determinar el rigor del estudio, la calidad de los procedimientos realizados, la solidez de las evidencias obtenidas, etc., en relación al riesgo de cáncer. Los investigadores han realizado una revisión de los datos obtenidos a nivel mundial, donde se analizan estudios epidemiológicos para determinar la evidencia científica de carcinogenicidad en humanos, se han analizado los estudios experimentales sobre el cáncer en animales de laboratorio, los estudios sobre la evidencia científica de los mecanismos cancerígenos, etc., siendo este trabajo minucioso y preciso.
Tanta confidencialidad nos hace sospechar que es probable que el aspartamo puede ser incluido en la categoría 1ª o 2ª de la clasificación por categorías del IARC, recordemos su texto:
Categoría 1: «Carcinógeno para el ser humano»: Cuando existen pruebas suficientes que confirman que puede causar cáncer a los seres humanos.
Categoría 2A: «Probablemente carcinógeno para el ser humano»: Cuando existen pruebas suficientes de que un producto puede causar cáncer a los seres humanos, pero no son pruebas concluyentes.
Pronto saldremos de dudas y veremos cómo afecta la consideración del aspartamo a la industria alimentaria y a los consumidores, de momento, podéis leer el anuncio realizado a través de este artículo publicado en la página del IARC.
Foto 2 | frankieleon