Recientemente la OMS (Organización Mundial de la Salud) ha publicado una nueva guía de recomendaciones sobre los edulcorantes sin azúcar, se trata de consejos que se basan en la revisión sistemática de la evidencia científica existente sobre los edulcorantes. Seguramente esta guía será algo muy molesto para la industria de los edulcorantes, siendo probable que no tardemos en conocer su respuesta.
El caso es que la OMS aconseja no utilizar edulcorantes sin azúcar para el control del peso corporal, o para reducir el riesgo de enfermedades no transmisibles, principal causa de muerte y discapacidad en el mundo. Recordemos que se trata de enfermedades que no han sido causadas por infecciones y provocan la necesidad de seguir cuidados y un tratamiento a largo plazo, como ejemplo se puede citar la diabetes.
Los expertos de la OMS comentan que el uso de edulcorantes no calóricos, no proporciona ningún beneficio a largo plazo en la reducción de la grasa corporal en adultos o niños. Recordemos que existe la explicación de que el cerebro percibe que las bebidas no calóricas son dulces, igual que otros alimentos que contienen este tipo de edulcorantes, y algunas investigaciones apuntan que alteran la capacidad natural del organismo en el procesamiento de las calorías cuando se prueba algo dulce, de ello hablábamos aquí.
Desde hace años se estudian los edulcorantes no calóricos, y la documentación científica apunta a diferentes complicaciones causadas por estos productos, podemos citar este estudio de la Universidad de Sidney (Australia), en el que se concluía que los edulcorantes artificiales podían aumentar el apetito, este otro estudio desarrollado por expertos del Instituto Weizmann de Ciencias (Israel), en el que se afirmaba que los edulcorantes artificiales inducían a la intolerancia a la glucosa, o este otro realizado por expertos de la Universidad Ben-Gurión del Néguev (Israel), en el que se aseguraba que los edulcorantes artificiales podrían afectar al equilibrio de la flora intestinal.
Los resultados de la revisión realizada por la OMS sugieren que puede haber posibles efectos no deseados por el uso a largo plazo de los edulcorantes no calóricos, como un mayor riesgo de diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares y mortalidad en adultos. Y es que reemplazar los azúcares libres no es el modo correcto de controlar el peso a largo plazo, por lo que la OMS comenta que es preferible considerar otras formas de reducir el consumo de azúcares libres, principalmente modificaciones en la dieta como consumir alimentos y bebidas sin azúcar, o con azúcares naturales.
La guía «Use of non-sugar sweeteners: WHO guideline» está orientada a todos los segmentos poblacionales, a excepción de las personas que sufren diabetes. En ella se incluyen todos los edulcorantes no calóricos, sean sintéticos, naturales o modificados, que no son clasificados como azúcares y que podemos encontrar en alimentos y bebidas manufacturados, o que se comercializan solos para añadirlos a las bebidas y las comidas, como el aspartamo, la stevia, los ciclamatos, etc. Hay que decir que las recomendaciones hacen alusión a la alimentación y no se aplica a los productos de cuidado e higiene personal que contienen edulcorantes no calóricos.
La directriz de la OMS sobre los edulcorantes no calóricos es parte de un conjunto de reglas existentes y futuras nuevas reglas sobre dietas saludables que tienen como objetivo establecer hábitos alimenticios que permitan reducir el riesgo de enfermedades no transmisibles en el mundo. A través de este enlace (Pdf) podréis consultar la guía y conocer en detalle los riesgos señalados que se asocian al uso de estos productos, así como consejos para controlar el peso, reducir el riesgo de enfermedades no transmisibles, etc.
Foto 1 | Steve Snodgrass