Ya hace años hablábamos de los denominados alimentos neutrales con el medio ambiente, es decir, alimentos cuyas emisiones de gases de efecto invernadero asociadas, han sido compensadas. En estos casos, se determina la cantidad de emisiones de CO2 durante la producción, manipulación, almacenamiento, transporte, etc., para posteriormente conocer la suma total y compensarla a través de los derechos climáticos, es decir, llevar a cabo determinadas prácticas agrícolas ecológicas que contribuyen a intentar reducir los efectos del cambio climático.
El caso es que BEUC (Organización Europea de Consumidores) ha solicitado la prohibición total de las declaraciones de neutralidad del carbono en alimentos y bebidas en Europa, ya que se considera que estas declaraciones son engañosas y provocan confusión a los consumidores. En el supermercado podemos encontrar todo tipo de alimentos que incluyen la declaración de CO2 neutral, leche, carne, frutas, verduras, etc., y muchos de estos alimentos no deberían portar la mencionada declaración.
BEUC pide la prohibición de todas las afirmaciones asociadas a la neutralidad en carbono, como carbono neutral, CO2 neutral, carbono positivo o carbono neutral certificado. La organización considera que a pesar de que se puedan financiar proyectos de compensación de carbono, la afirmación es científicamente inexacta porque, por desgracia, la producción de todos los alimentos y bebidas siempre requerirá la emisión de carbono, y el hecho de llevar a cabo la denominada compensación, no ofrece garantías de que se produzca.
Las afirmaciones son engañosas porque dan la falsa impresión de que son una buena opción que beneficia al medio ambiente, por otro lado, si hay quejas sobre la inexactitud de las afirmaciones de un producto, la maquinaria burocrática se mueve tan despacio que la decisión llega tarde y cuando el daño medioambiental ya se ha realizado. Las afirmaciones pueden, según BEUC, disuadir a los consumidores de que modifiquen su dieta, por ejemplo, que coman más alimentos vegetales, algo que si es más beneficioso para el medioambiente y para la propia salud.
Desde la organización de consumidores se asegura que no existe algo como, por ejemplo, una banana o una botella de agua de plástico con carbono neutral, estas afirmaciones son un puro y simple “lavado verde”, donde parece que las empresas están tomando medidas decisivas e inmediatas sobre el impacto climático que generan. Por ejemplo, algo que se suele anunciar es la plantación de árboles para compensar las emisiones de CO2, un método que resulta más económico para las empresas pero no tan efectivo como quieran hacer creer, ya que la compensación tardará décadas en llegar. Es más efectivo reducir las emisiones de sus actividades actuales, pero eso supone una mayor inversión.
Los mensajes relacionados con la compensación del carbono hacen más mal que bien, en el caso de la carne y los productos lácteos, alimentos que se asocian a las emisiones de CO2, tales declaraciones influyen en las decisiones de compra y consumo, ya que suenan positivas y hacen creer que con la compra, contribuyes a frenar el cambio climático, y en realidad, lo que ayudaría es el cambio hacia una dieta más respetuosa y sostenible. Por ello, la organización considera que la UE debe aprovechar las oportunidades legislativas para eliminar del mercado las afirmaciones de neutralidad del carbono.
BEUC explica que compensar el carbono es una práctica asociada a las afirmaciones de neutralidad de carbono, permite a las empresas pagar un precio bajo los denominados créditos o bonos de carbono de los proyectos de compensación para equilibrar sus propias actividades de emisión y reclamar la mencionada neutralidad. Un crédito o bono de carbono es una unidad que representa una tonelada de CO2 equivalente, absorbida, o que se ha evitado su emisión a la atmósfera, existiendo diferentes tipos según el proyecto que los genera, energías renovables, floresta y conservación (plantar árboles), proyectos de transformación de residuos en energía o biogás, etc.
El caso es que muchas empresas se acogen al proyecto de plantar árboles en países en vías de desarrollo a fin de obtener los créditos de carbono, pero sus efectos compensatorios, como ya hemos comentado, no están garantizados. Otro problema es la comprensión de los consumidores, la mayoría tiene la percepción de que entienden la declaración de neutralidad climática, pero sólo un pequeño porcentaje saben lo que significa, así se constató en una encuesta realizada por la asociación de consumidores alemana Vzbv. Podéis conocer todos los detalles sobre este tipo de declaraciones y la petición realizada, a través de la página oficial de BEUC.