El eritritol (E 968) es un polialcohol utilizado cono alternativa al azúcar, a nivel industrial este edulcorante se elabora utilizando la fermentación de las glucosas (generalmente de maíz) por parte de una levadura denominada Moniliella pollinis. Es hasta un 70% tan dulce como el azúcar y tiene un 95% menos de calorías, siendo su valor de 0’2 calorías por gramo, aunque dependiendo del país, es etiquetado como edulcorante no calórico. A esto hay que añadir que su perfil de sabor, la sensación en la boca y su textura son similares al azúcar de mesa, pero si se excede en la cantidad, tiene un sabor mentolado.
Si buscamos información sobre este edulcorante en la EFSA (Agencia de Seguridad Alimentaria de la Unión Europea), podemos comprobar que la documentación científica no apunta ningún problema grave como aditivo alimentario si no se superan los valores máximos de seguridad establecidos. Pues bien, una reciente investigación realizada por expertos del Instituto de Investigación Lerner de la Clínica Cleveland (Estados Unidos), concluye que el eritritol se asocia a un mayor riesgo de sufrir problemas cardiovasculares.
Los expertos comentan que los resultados apuntan que un nivel elevado de eritritol en sangre incrementa el riesgo de sufrir un ataque cardíaco o un derrame cerebral. Esto propicia la puesta en marcha de nuevos estudios y ensayos clínicos que permitan conocer los riesgos de los denominados polialcoholes para la salud a largo plazo, incluido en cantidades por debajo de los límites de seguridad que establecen agencias como la EFSA o la FDA.
También explican que debido a que algunos edulcorantes como el eritritol aparecen de forma natural en frutas y alimentos fermentados, el proceso regulatorio al que se sometían exigía mínimos requisitos, por lo que a raíz de los resultados obtenidos, se plantea que es necesario asegurar que en niveles de tolerancia aceptados este tipo de edulcorante no contribuye a desarrollar los problemas de salud antes citados, ya que las enfermedades cardiovasculares aparecen con el tiempo. Dadas las características del eritritol, el edulcorante fue rápidamente aceptado por la industria alimentaria y en especial en el segmento de los alimentos procesados, pues resultaba una buena solución para sustituir al azúcar. Los investigadores apuntan que debido a que no poseemos las enzimas necesarias para descomponer polialcoholes como el eritritol, nuestro organismo no lo metaboliza, por lo que pasa al torrente sanguíneo para después ser eliminado a través de la orina.
Aunque los productos sin azúcar que contienen eritritol suelen ser los recomendados para quienes padecen obesidad, síndrome metabólico o diabetes, ya que es un modo de controlar la ingesta de azúcar, calorías y picos de glucosa, los resultados del estudio muestran que estos grupos de personas tienen mayor riesgo de sufrir un ataque cardíaco o un accidente cerebrovascular, y en el peor de los casos, la muerte. Es fácil deducir que a pesar de que los productos alimenticios por separado, pueden tener valores por debajo de la ingesta máxima tolerable, una persona puede adquirir varios productos con este edulcorante y la suma de todos ellos podría superar los valores máximos.
En la investigación se analizaron los niveles elevados de eritritol en más de 4.000 pacientes estadounidenses y europeos, que habían sufrido eventos cardíacos adversos mayores como, por ejemplo, los ataques cardíacos no fatales, los accidentes cerebrovasculares o la muerte. Se confirmó la asociación entre los niveles de eritritol en sangre y el riesgo de sufrir uno de los problemas de salud mencionados. Además, mediante el estudio en laboratorio, se analizó el efecto de añadir eritritol a la sangre total o en las plaquetas, fragmentos de células que favorecen la producción de coágulos sanguíneos haciendo más lento el sangrado o frenándolo para facilitar la cicatrización de una herida. Un coágulo de sangre es también responsable de accidentes cerebrovasculares y ataques al corazón, los expertos comprobaron que el edulcorante facilitó la activación de las plaquetas y la formación de coágulos, y especialmente si se ha sufrido una lesión arterial.
Según los investigadores, la medición de los polialcoholes resulta complicada y los requisitos de etiquetado en los productos alimenticios son mínimos, de hecho, no se enumeran los compuestos individuales, ya que el eritritol se considera seguro por la FDA, lo que implica que no hay requisitos para estudiar su seguridad a largo plazo. El nuevo estudio sienta las bases para realizar este tipo de investigaciones, saber cuánto consumen realmente las personas y su asociación a efectos de salud cardiovascular.
Dado que el eritritol es menos dulce que otros edulcorantes no calóricos, la industria alimentaria tiende a añadir más cantidad y aquí puede venir un problema. A esto hay que sumar que en ocasiones se utilizan diferentes tipos de edulcorantes, añadiendo eritritol porque es un edulcorante que agrega peso y volumen de forma similar al azúcar. Por ello es importante conocer la ingesta promedio, de este modo y a partir de los resultados, se pueden proporcionar recomendaciones dietéticas para evitar superar los límites se seguridad establecidos por las agencias reguladoras.
La investigación es interesante y tiene peso, ya que está realizada por prestigiosos expertos como Stanley Hazen del departamento de medicina cardiovascular del Cleveland Clinic, uno de los hospitales más grandes y respetados de Estados Unidos, por lo que es probable que la FDA (Agencia de Medicamentos y Alimentación de Estados Unidos) tenga en cuenta los resultados iniciales y se involucre en las nuevas investigaciones que se plantean realizar. Podéis conocer más detalles del estudio a través de este artículo publicado en la página del Instituto de Investigación Lerner de la Clínica Cleveland, y en este otro de la revista científica Nature Medicine.
Foto 1 | Squashy