El pasado 7 de febrero entró en vigor en la Unión Europea el reglamento en el que se prohíbe fabricar y comercializar alimentos que contengan dióxido de titanio (E171), sin embargo y como ya comentamos en su momento, se estableció un periodo de seis meses de transición que, en teoría, debía servir para que las empresas eliminaran gradualmente el uso de este aditivo alimentario y reformularan sus productos con otras alternativas al E171.
Este periodo de gracia también permitía comercializar productos alimenticios con el aditivo hasta su fecha de caducidad o fecha límite del periodo de transición, algo que resultaba sorprendente, ya que si se determina que el dióxido de titanio no es un aditivo seguro, tal y como han demostrado varios estudios, su retirada debería haber sido inmediata y sin periodo de gracia, pero pesa más la cuestión económica que la salud.
El caso es que a partir del 7 de agosto no se podrán producir ni comercializar alimentos con dióxido de titanio (E171), no hay más periodos de gracia y los productos alimenticios con el aditivo, deben haber sido retirados de las estanterías de supermercados y tiendas de alimentación. Es probable que dicha prohibición, que es efectiva en todos los países miembros de la UE, no se cumpla debidamente, ya sea por despistes, acciones intencionadas, desconocimiento de los puntos de venta, etc. Por ello, como consumidores, si vemos productos con el aditivo debemos denunciarlo para que sean retirados del mercado.
Para entrar en antecedentes y ser más conocedores del problema, recomendamos retomar la lectura de los siguientes posts:
Demostrado que las nanopartículas de dióxido de titanio se extienden por todo el organismo
El dióxido de titanio puede afectar a los procesos digestivos
El E171 se relaciona con enfermedades inflamatorias intestinales y el cáncer colorrectal
La EFSA considera que el dióxido de titanio no es seguro como aditivo alimentario
Antes de la última reevaluación que llevó a cabo la EFSA (Agencia de Seguridad Alimentaria de la Unión Europea) y que se dio a conocer el año pasado, la agencia realizó otras evaluaciones concluyendo que no era peligroso, pero que existían lagunas de conocimiento y por ello recomendaba realizar nuevos estudios (debería haberlos realizado la propia agencia). Gracias a toda la documentación científica aportada por universidades, laboratorios, etc., finalmente se ha podido prohibir el dióxido de titanio, un colorante que no aporta nada más que un efecto “embellecedor”, ya que se ha utilizado para el blanqueamiento y el efecto opaco de algunos alimentos, salsas, productos de panadería, lácteos como quesos y yogures, caramelos de color blanco, etc.
En países como el Reino Unido todavía se permite el uso del dióxido de titanio y no parece que tengan intención de prohibir su uso, a pesar de que las agencias del país son conscientes de toda la documentación científica que avala su prohibición. Así que ya lo sabéis, a partir del 7 de agosto, no aceptéis productos alimenticios que contengan el aditivo y recomendamos denunciarlos si los encontráis, porque seguro que algunas empresas tratarán de dar salida a su stock en lugar de destruirlo.
Foto 1 | Marco Verch
Foto 2 | Kelly Hunter