Ya sabréis que una nueva ley ya en vigor establece que los consumidores van a poder beber agua del grifo gratis en los bares y restaurantes, medida que ha sido adoptada tras varios años de reivindicaciones por parte de asociaciones y organizaciones de consumidores. Por ejemplo, en 2018 la OCU (Organización Nacional de Consumidores), con motivo de la celebración del Día Mundial del Agua 2018, recordaba a las administraciones públicas su petición de una ley que obligara a bares y restaurantes a ofrecer agua del grifo gratis.
Con esta medida se pretende reducir el elevado consumo de agua embotellada y sus consecuencias medioambientales, pero como ya comentamos en su momento, el carácter gratuito es discutible, ya que los establecimientos deben pagar el agua y no importa que se trate de un coste reducido, también hay que tener en cuenta la limpieza del vaso, el servicio… pero este es un tema a tratar en otra ocasión. Hoy queremos hablar de la reacción de las empresas de agua mineral por la ley que obliga a ofrecer agua del grifo gratis en la hostelería, algo comprensible porque en cierta medida influye en su negocio.
El caso es que ANEABE (Asociación de Aguas Minerales de España) lleva años incidiendo en las importantes diferencias que existen entre el agua mineral y el agua del grifo, lo que para la asociación hace que sean dos productos totalmente distintos. Por ello, considera que esta medida incluida en la ley de residuos y suelos contaminados, banaliza el concepto de agua mineral. Pero, si tenemos en cuenta que se trata de dos productos totalmente diferentes tal y como han comentado a lo largo de años, ¿por qué banaliza el concepto de agua mineral?
Según la ley que podéis leer en el BOE (Boletín Oficial del Estado), concretamente en el artículo 18, apartado 2, “en los establecimientos del sector de la hostelería y restauración se tendrá que ofrecer siempre a los consumidores, clientes o usuarios de sus servicios, la posibilidad de consumo de agua no envasada de manera gratuita y complementaria a la oferta del mismo establecimiento”. El agua mineral es uno de los productos de esa oferta, y dado que ANEABE asegura que existen grandes diferencias en los tipos de agua y son dos productos diferentes, decir que se banaliza el agua mineral no tiene sentido.
La asociación argumenta que la medida genera confusión en los consumidores sobre las cualidades diferenciadoras del agua mineral respecto al agua del grifo, quizá preocupa que se reduzca el consumo de agua embotellada, lo que afectaría al negocio, pero dudamos que los consumidores sufran esa confusión. ANEBAE comenta que la medida no era necesaria, ya que “a nadie se le niega un vaso de agua del grifo en un restaurante”, entonces quizá no debería preocuparle la ley, tampoco debería hablar en representación de otro sector.
Sorprende saber que, según leemos aquí, esta asociación comenta que las medidas no tienen ninguna justificación medioambiental, que se trata de un simple gesto que perjudica a un sector comprometido desde su origen con el cuidado de la naturaleza, y con la gestión responsable y eficiente de sus envases.
Sobre esta cuestión y para entrar en materia, merece la pena retomar la lectura de los siguientes artículos:
El coste oculto del agua embotellada
En el mundo se compran un millón de botellas de plástico por minuto
La industria del agua embotellada en Europa se compromete a reducir los desechos plásticos
La lectura de estos tres posts (hay varios más sobre el tema) nos dará una idea algo más clara sobre los problemas asociados al agua embotellada, por qué esta industria no ha querido trabajar hasta hace poco con RPet (Pet reciclado), los compromisos recientes que ha adoptado para reducir los desechos plásticos, etc. La asociación habla del agua, pero la realidad es que el tema central son los envases, aunque habla de la “gestión responsable y eficiente de sus envases”, es un objetivo todavía lejos de alcanzar.
Foto 1 | Henry Burrows
Foto 2 | Todd Morris