En el último año, más o menos, hemos visto como ha aumentado la oferta de cremas o mantecas de frutos secos saludables en los supermercados, un producto procesado que es como debería haber sido siempre, el fruto seco (o leguminosa) en cuestión como único ingrediente, que se tritura hasta convertirlo en una crema untable, obsequiando así a quien lo consume con su sabor natural y real, ¿no os parece que los frutos secos están buenísimos y no necesitan nada más para que nos encanten?
Luego, cada cuál es libre de consumir su crema o manteca de frutos secos añadiéndole lo que deseen, pero tener que comprar, como sucedía años atrás especialmente con la mantequilla de cacahuete que además de esta leguminosa incorporaba grasas poco saludables y otros tantos ingredientes innecesarios… Por eso, en casa siempre hemos hecho nuestra mantequilla, manteca o crema de frutos secos, a veces añadiendo alguna especia, otras veces incorporando algún edulcorante… todo dependiendo de la forma en la que nos apetecía consumirla.
Ahora podemos comprar mantecas de frutos secos 100% naturales en casi cualquier tienda de alimentación, pero no por ello dejamos de hacerlas en casa, de hecho, este fin de semana tenemos pendiente responder a una petición de una lectora que quiere la receta de la manteca de avellanas sin Thermomix, y seguro que os irá bien también a muchos de vosotros, así que la grabaremos en vídeo y compartiremos con vosotros para que veáis qué fácil es hacerla con este o con cualquier otro fruto seco.
Y lo mejor es que podemos comprar los mejores frutos secos que tengamos a nuestro alcance, y sobra decir que siempre os vamos a recomendar que compréis los de producción nacional, como sucede con las legumbres, tenemos una producción enorme y de una calidad excelente, así que mejor comprar nacional que procedente de otros países, estaremos colaborando en el tejido empresarial de nuestro país, en el cuidado al medio ambiente, etc.
Pero lo que veníamos a contaros hoy era otra cosa que tiene relación con este alimento, no con su consumo o elaboración, sino con su conservación, y es que, como comentábamos antes, de un tiempo a esta parte son muchas las familias que han incorporado en su alimentación las mantecas de frutos secos (almendras, avellanas, nueces… leguminosas como los cacahuetes o semillas como los anacardos), y a menudo surge la duda sobre dónde y cómo se deben conservar los tarros. Pues bien, lo principal es saber que la manteca de frutos secos se puede conservar a temperatura ambiente, recordemos que la grasa es conservante y por ello no hace falta refrigerarlo, a no ser que se tarde varios meses en consumirse, ya que, con el tiempo, cualquier grasa tiende a enranciarse.
En caso de que el consumo de estas mantecas sea muy esporádico, se retrasará el enranciamiento si se conserva en el frigorífico. En tal caso, a la hora de consumirlas estarán más duras, así que se pueden dejar unos minutos a temperatura ambiente o darles un (muy ligero) golpe de calor en el microondas o sumergiendo el bote cerrado en agua caliente, así la crema estará más fluida y será más fácil de untar o añadir a según que receta. Sirva este dato para quienes a pesar de consumir este alimento habitualmente, confíen más en guardarlo en el frigorífico que en la despensa.
Y vamos con el detalle que posiblemente os resulte más interesante sobre la conservación de las mantecas de frutos secos, leguminosas y semillas (hay que hablar también de semillas porque se hacen mantecas de pipas de calabaza, por ejemplo, y el apreciado tahini, que es la manteca de las semillas de sésamo). Habréis apreciado que muchas veces, cuando el tarro permanece muchas horas en reposo, parte de la grasa se separa y el aceite se queda en la parte superior de la pasta. Cuando se va a consumir la manteca, lo que hay que hacer es agitar bien con una cuchara para que se vuelva a mezclar, pero después volverá a suceder lo mismo. En cualquier caso, siempre es recomendable volver a mezclar, aunque debemos decir que en ocasiones, nosotros hemos utilizado ese aceite para hacer algunas recetas, sólo cuando la manteca de frutos secos es de consistencia semilíquida.
De lo contrario, al final nos quedaríamos con una pasta muy seca y dura. Tengamos en cuenta que cuando se trituran los frutos secos para obtener la pasta, las partículas de células intactas quedan envueltas en el aceite que han desprendido las células rotas. Este aceite es el que va ascendiendo en el tarro con el reposo, y en el fondo se quedan las partículas de los frutos triturados que pierden cremosidad, se secan y se quedan duras.
El truco para evitar que esto suceda es colocar los tarros de frutos secos al revés, es decir, apoyados sobre la tapa, así de sencillo. Esto no evita que la grasa o aceite se separe y ascienda a la parte superior, pero como el tarro está del revés, deberemos darle la vuelta antes de abrirlo, y así quedará la pasta en la parte superior y será más fácil batir y disfrutar de la manteca homogéneamente cremosa. Probadlo, porque os va a resultar de lo más cómodo. Bajo estas líneas os dejamos el vídeo que compartimos con vosotros hace ya diez años, con este truco de cocina.