Un grupo de científicos españoles de diferentes universidades, institutos de investigación y centros hospitalarios de toda España, se oponen a la introducción de la etiqueta NutriScore, consideran que su implantación es precipitada y no cuenta con un sólido aval científico. Es más, aseguran que el etiquetado que se introdujo en Francia hace unos años, elude algunos problemas graves de nuestros hábitos alimentarios y se salta evidencias que están científicamente probadas.
Este grupo formado por más de 60 científicos cita como ejemplo los problemas en algunos alimentos con azúcares añadidos, productos que son calificados por NutriScore con la letra B, es decir, los considera saludables. Recordemos que se trata de un etiquetado basado en la codificación por cinco colores y letras, siendo el verde oscuro y la letra A la identificación máxima del carácter saludable. Algunos de estos productos alimenticios contienen ingredientes como la fructosa, sustancia que genera adicción al actuar en el sistema nervioso y estimulando el consumo, el abuso y la dependencia.
Citan otros problemas como la polémica con el aceite de oliva, un alimento que se ha demostrado sobradamente que es saludable, pero según el etiquetado NutriScore no lo es, o no lo era, porque este tema concreto ya lo han solventado, pero en su momento, se calificó mejor un refresco como la Cola Cola que el aceite de oliva virgen extra. De todos modos, aunque en España el aceite de oliva queda fuera de este etiquetado, en otros países sí se etiquetará y aparecerá con una puntuación que lo equipara a otras grasas vegetales que no son ni mucho menos tan saludables. Lamentablemente, hay una serie de productos que son nutritivos y saludables, y que con este etiquetado salen peor parados que los menos saludables, al respecto, merece la pena dar un vistazo a este artículo que publicamos en 2018.
Sobre las investigaciones de carácter científico, se puede citar este estudio realizado por investigadores de la Universidad de Gante (Bélgica), pero sólo se analizaba como influía el etiquetado en la intención de compra de los consumidores y cómo estos perciben el carácter saludable de los productos alimenticios en base a la calificación del NutriScore. Pero no analizaron si el etiquetado contaba con respaldo científico y si la información que transmitía era veraz.
En este artículo podemos leer que los expertos comentan que se obvia el debate sobre qué se debe exigir a un etiquetado que informe y garantice la salud. NutriScore no tiene en cuenta una de las principales preocupaciones de la alimentación a nivel mundial, hablamos de su influencia en el calentamiento global, recordemos que la producción alimentaria se asocia a más de un 20% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Dado que cuestiones como estas se ignoran, los expertos comentan que el etiquetado no enseña a elegir correctamente los alimentos, ya que no se trata sólo de que sean saludables para el ser humano, también deben ser mejores para el planeta.
Por ejemplo, las verduras se pueden considerar saludables, pero existe una clara diferencia en este mundo globalizado, las que se han producido localmente son mucho mejores para el planeta, las que proceden de la importación tienen asociado más gasto energético, más emisiones contaminantes, más desperdicio alimentario, etc., podríamos añadir que son también causa de la destrucción progresiva del tejido agroindustrial de nuestro país, ya que es imposible competir con precios tan bajos.
Sobre NutriScore sí se han realizado estudios, pero no tienen base científica sólida y no han tenido en cuenta ciertos aspectos y evidencias científicas, un ejemplo es el estudio realizado por la cadena de supermercados francesa E. Leclerc en el año 2018, con el que se aseguraba que se demostraba que el etiquetado era efectivo para elegir alimentos saludables. Lo cierto es que el etiquetado podría ser efectivo si se adoptaran criterios científicos y ambientales, y se realizaran las modificaciones oportunas, de ahí que se solicite el debate abierto.
El grupo de científicos concluye, como lo hacen también muchos nutricionistas y otros expertos, que esta herramienta no ha demostrado que pueda mejorar la alimentación de la población y, en consecuencia, reducir el riesgo de sufrir enfermedades asociadas. Por ello, se solicita un debate abierto y transparente sobre NutriScore, antes de que se adopten decisiones precipitadas con escasa justificación científica y saludable, al respecto, merece la pena leer el documento científico (Pdf) en el que se exponen las razones científicas por las que se considera inapropiado el uso de este etiquetado para atender los problemas nutricionales del mundo actual.