En estas últimas semanas (meses) hemos abordado varios temas relacionados con la alimentación, la seguridad alimentaria, los riesgos de transmisión del virus del covid-19, la prevención de contagio del coronavirus en hostelería, en el supermercado… y entre toda esta información, se ha tenido mucho en cuenta la relacionada con la cesta de la compra, con qué hacer con la comida que se compra en mercados y supermercados una vez que se llega a casa para evitar riesgos de contagio.
Pero en las recomendaciones que os ofrecimos en este post titulado ‘Consejos sobre qué hacer con la compra de alimentos cuando llegamos a casa’ no hablamos sobre el pan, y es una pregunta que nos habéis hecho llegar a menudo: ‘¿Cómo desinfecto el pan? Y es que este alimento básico para la mayoría, si no está embolsado, es susceptible de ser contaminado, y a diferencia de otros alimentos que podemos sumergir en la solución de agua y lejía, no se puede limpiar.
Lo cierto es que nosotros hemos comprado poco pan durante el periodo más crítico, ya sabéis que preparamos nuestra masa madre y cada semana hacíamos pan un par de veces. Aún seguimos haciéndolo, pero debemos reconocer que de forma más espaciada, ahora podemos ir a la panadería con más tranquilidad (pero sin bajar la guardia, aún estamos en Fase 2), hay mucha consciencia sobre cómo debemos actuar, tanto los que están delante como los que estamos detrás de un mostrador… pero, lo dicho, es imprescindible seguir cumpliendo con las normas sanitarias, de distanciamiento social y demás, las conocéis de sobra.
Y es que esto es lo que nos puede mantener libre de contagio si todos lo cumplimos, incluso si hablamos sobre el pan que compramos y consumimos, pues no es fácil desinfectar una barra de pan que se compre en el supermercado o en la panadería. Cada comercio debe seguir las normas de higiene y seguridad establecidas, los empleados trabajan con mascarilla y guantes, y siguen las medidas que son efectivas para prevenir el contagio, lavado de manos (y cambio de guantes), no tocarse la nariz, la boca los ojos, etc. Debemos confiar en ello.
Además, recordemos que la EFSA y otras agencias de prevención y control de enfermedades y de evaluación de riesgos, manifestaron que no existen evidencias de transmisión del covid-19 a través de los alimentos. Pero entendamos también que muchas personas necesiten hacer ‘algo’ para sentirse más seguros a la hora de comer el pan que han comprado sin embolsar. Y es que, parece ser (nosotros no lo hemos visto) que también ha circulado un bulo sobre que el pan era un foco de contagio del , pero es eso, un bulo.
El caso es que sabemos que el SARS-CoV-2 no se inactiva con la congelación (puede sobrevivir durante dos años a temperaturas de -20ºC), por lo que congelar el pan no es una medida preventiva, el virus muere cuando alcanza los 60-70º C, pero no es recomendable someter al pan a este proceso (se habla de que esté a unos 65º C durante cuatro minutos), los expertos en seguridad alimentaria y tecnología de los alimentos advierten sobre la producción de acrilamida si el pan se tuesta demasiado, por lo que lo mejor es mantener las medidas higiénicas en todo momento.
Así que, una vez en casa, si la barra u hogaza de pan va en una bolsa, puedes tirarla y utilizar otro recipiente o bolsa para su conservación. Sobra decir que antes de tocar nada, es necesario lavarse bien las manos y que la encimera de la cocina, donde se va a poner la compra antes de proceder a limpiarla (la que corresponda) o a prepararla para colocarla en su lugar, esté perfectamente limpia y desinfectada.
Si aún así, se quiere tener mayor seguridad de que el pan que se va a consumir no es una fuente de contagio de coronavirus, tomad nota de la recomendación de Marian García, más conocida como @boticariagarcia, dice: “El pan no se puede desinfectar. Una buena medida es congelarlo en rebanadas y calentarlo directamente en el tostador. Con esta medida conseguimos doble premio: inactivamos los posibles virus por el calor del tostador y evitamos salir de casa a diario”.