Representantes de CLITRAVI (Asociación Europea para la Industria de Procesamiento de Carne) y EDA (Asociación Láctea Europea), han enviado una carta al Parlamento Europeo en la que se solicita la implantación de un sistema de etiquetado nutricional unificado, un etiquetado que se coloque en el frontal de los envases con el fin de fortalecer el mercado único.
Comentan que el nuevo sistema de etiquetado sustituiría a los que ya existen en la actualidad, que son bastante dispares, pero lo cierto es que se trata de un tema del que se ha hablado en varias ocasiones y desde hace años, y nunca se ha llegado a un consenso. En la carta se indica que muchos sistemas son voluntarios y están promovidos por Gobiernos nacionales y respaldados por el sector minorista. Se considera que esto es un error, la CE debería tomar la iniciativa e implantar un sistema único, con ello se solucionarían las dificultades e incertidumbres existentes entre los distintos operadores.
Los representantes de las organizaciones proponen un sistema de etiquetado nutricional que sea claramente informativo, capaz de proporcionar comprensión de las características nutricionales de los productos alimenticios, se pide que no se comunique en el etiquetado de los productos alimenticios,las propiedades y supuestos beneficios para la salud de una forma simplificada, la comunicación debe realizarse de forma transparente, objetiva y no discriminatoria. Claro, que habría que añadir que estas declaraciones deberían estar respaldadas científicamente, que no se recurriera a la publicidad que induce a error, que no destaque un ingrediente de un producto que resulta minoritario o simplemente es inexistente, etc.
En el documento se realiza un llamamiento para que este sistema de etiquetado se base en la ciencia, pero los firmantes se oponen a que se realice un enfoque en el que se analice la composición de los macronutrientes para clasificar a los productos alimenticios. Recordemos que sobre las recomendaciones sobre el consumo de macronutrientes no existe un consenso y así se aprecia al analizar las que proporcionan la OMS (Organización Mundial de la Salud), la EFSA (Autoridad Europea para la Seguridad Alimentaria), la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), etc., de todo ello hablábamos aquí.
Que se opongan al análisis de la composición de los macronutrientes no tiene sentido si se aboga por la transparencia y la información, lo correcto habría sido pedir más investigación y que se alcanzara un consenso entre las diferentes organizaciones para, posteriormente, realizar la oportuna clasificación. En la carta también se apunta que los firmantes están en contra de cualquier sistema que obligue a las empresas alimentarias a modificar sus productos con el fin de poder obtener una mejor puntuación nutricional en el envasado. Lo cierto es que es el modo de lograr que los productos alimenticios mejoren, es como si se opusieran a la implantación de la etiqueta NutriScore, no tiene mucho sentido.
En el documento se comenta que muchos de estos sistemas de etiquetado pueden poner en riesgo el patrimonio alimentario europeo, ya que muchos productos se elaboran en base a tradiciones y culturas. Según leemos aquí, se considera que el etiquetado no debe ser algo que juzgue a los alimentos, debe ser un aspecto informativo y educativo, por ello aseguran que están muy comprometidos con la comunicación transparente de las características de los productos, y dejar que sean los consumidores los que decidan y elijan en función de sus hábitos culturales y necesidades. En nuestra opinión, la petición no contribuye a fortalecer el mercado único, pero quizá sí los intereses de los que la han realizado.