En la actualidad, tal y como la EFSA (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria) ha concluido, no hay pruebas de que los alimentos puedan ser una fuente o vía de transmisión del coronavirus (COVID-19), de ello os hablamos recientemente en este post titulado ‘El coronavirus (COVID-19) es sensible a las temperaturas de cocción de los alimentos’, al que podéis acceder a través de este enlace. En el mismo comentábamos también los resultados de un estudio de la Agencia Francesa para la Seguridad y Salud Alimentaria, Ambiental y Ocupacional (ANSES), que concluía que el COVID-19 es sensible a las temperaturas de cocción de los alimentos.
Ahora bien, esto no impide que el nuevo coronavirus (SARS-CoV-2) pueda entrar en casa, pues según los resultados de la investigación publicada el pasado 17 de marzo en NEJM (The New England Journal of Medicine), el COVID-19 puede sobrevivir en superficies como el cartón, el plástico o el acero durante varias horas, en algunos casos hasta 72 horas, y con capacidad infectiva. Por lo tanto, es interesante tomar nota de los consejos sobre qué hacer con la compra de alimentos cuando llegamos a casa para reducir el riesgo de contagio por coronavirus, así como con cualquier paquete que se reciba, etc.
Aunque a día de hoy todos los servicios al consumidor dicen cumplir escrupulosamente con los requisitos de seguridad establecidos para frenar la propagación del coronavirus (COVID-19), no hay conocimiento de todos los positivos que hay, muchas personas pueden ser asintomáticos mientras padecen la enfermedad, y un pequeño e involuntario error de manipulación en el supermercado (y en cualquier otro lugar), sea por parte de un empleado o de un cliente puede hacer que el virus se deposite en lo que ha tocado.
Así que, para prevenir posibles riesgos, los profesionales recomiendan limpiar convenientemente todo lo que entra en casa, y aunque algunas voces argumentan que es improbable que cojamos un paquete de alimento en un supermercado que tenga coronavirus con capacidad infectiva, nada mejor que quedarse más tranquilos procediendo a limpiarlos una vez que llegamos a casa, para ello, se ofrecen unas directrices tanto para limpiar los productos frescos, como las frutas y hortalizas (os explicamos cómo lavarlas en este post), como los productos envasados, véanse los paquetes de arroz, pasta, bricks de leche o zumos, yogures, conservas, etc.
Para limpiar los productos alimenticios envasados después de su compra, se recomienda prepara una mezcla para desinfectar compuesta por 500 mililitros de agua y 10 mililitros de lejía normal. Con la bayeta humedecida en esta dilución se pude limpiar cualquier producto que sacamos de la cesta de la compra, antes de colocarlo en la despensa o en el frigorífico. Según los expertos, la desinfección no es instantánea, tarda como mínimo cinco minutos, por ello no es necesario volver a pasar la bayeta aclarada.
Ahora bien, por si es necesario recordarlo, antes de esto y nada más entrar en casa, hay que lavarse bien las manos. Y una vez desinfectada y colocada la compra, hay que tener en cuenta que también se deberán limpiar las bolsas que se han utilizado para transportarla, especialmente por fuera, pues es fácil que pasen por distintas superficies, en el supermercado, en la calle, en la entrada de la vivienda… Y para terminar, de nuevo hay que lavarse bien las manos, ya sabéis, agua y jabón y un minuto de duración.
1 comentarios
63 ºC o lejía al 1:50 matan el virus. El lavavajillas en caliente alcanza los 75 ºC así que también es efectivo.
Los picaportes, interruptores y otras zonas de uso común se limpian igual que lo descrito aquí, con la lejía diluída.
Si habeis usado carrito de la compra, tirad los guantes a la basura (no a la calle, ¡por favor!), pero es mejor que utilicéis vuetras propias bolsas. Recordad que la parte externa del guante es como la mano: puede contener el virus y debe tratarse con cuidado. Imaginad, si queréis, que está todo pringado de pintura y no queréis manchar nada con él.
El dinero, cuanto más lejos mejor. Utilizad tarjeta de crédito si es posible.