Según Greenpeace, para poder abordar la contribución de la ganadería al colapso climático, es necesario reducir el consumo de carne y lácteos en un 71% para el 2030, a partir de esa fecha hay que reducir el consumo en un 81% hasta el año 2050. Estos datos se traducen en el consumo máximo de unos 460 gramos de todos los tipos de carne para 2030 y unos 300 gramos semanales desde 2030 hasta 2050.
Esta recomendación va en la línea de la proporcionada por la Comisión EAT–Lancet en la denominada Dieta Planetaria, con la que se cree que se puede mejorar la salud de la población y del planeta. Hay que tener en cuenta que, actualmente, en Europa el consumo medio semanal se establece en 1’58 kilos de carne, según datos proporcionados por la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), esta cifra supone casi el doble de la media de consumo mundial de carne, y casi el triple del consumo mundial de lácteos.
Greenpeace pide a la Comisión Europea que reconozca el impacto ambiental del consumo excesivo de carne y lácteos, y vuelve a insistir en la necesidad de incluir objetivos en la reducción del consumo de estos alimentos en su estrategia Farm to Fork (Estrategia del Campo a la Mesa) enmarcada en el Pacto Verde Europeo (The European Green Deal) y que será publicada, previsiblemente, el próximo 25 de marzo. Recordemos que hace unas semanas varias organizaciones no gubernamentales enviaron una carta dirigida a cuatro comisarios de la Comisión Europea, pidiéndoles que abordaran el tema de la carne y los productos lácteos, ya que lamentablemente, el tema se había obviado.
En vez de plantear una estrategia para reducir el consumo de estos productos, se han planteado otras medidas como, por ejemplo, el uso de aditivos innovadores en piensos para la ganadería a fin de reducir la huella de carbono, demostrando que no se quiere reducir la producción ganadera y promover el consumo de alimentos de origen vegetal para alcanzar un sistema alimentario respetuoso y sostenible. Claro, que como ya hemos explicado en otras ocasiones, no es algo que nos sorprenda, ya que en la UE existe una dualidad en determinados temas, se pone en marcha la estrategia ‘Del Campo a la Mesa’ y paralelamente, se financia la publicidad para promocionar el consumo de carne, algo que denunciaba la organización Wakker Dier.
Greenpeace explica que la ciencia proporciona evidencias abrumadoras, asegura que el consumo excesivo de carne y productos lácteos está destruyendo los bosques y la naturaleza, y provoca el calentamiento del planeta. Dado que la CE quiere hablar sobre garantizar alimentos saludables y asequibles producidos de manera sostenible, es necesario tratar el tema de la reducción de la producción y consumo de carne y productos lácteos. Pero parece evidente que esta es una cuestión que se intentará aparcar, sobre todo tras conocer los objetivos clave y la inclusión de otros nuevos en la ‘Estrategia del Campo a la Mesa’, donde se obvia la cuestión de la carne y productos lácteos.
Según esta organización, una reducción del consumo mundial de carne a 24 kilos por persona y año para el 2030 y posteriormente a 16 kilos por persona y año hasta el año 2050, se basa en niveles consensuados científicamente, para garantizar la seguridad alimentaria mientras se mantiene el calentamiento global por debajo de 1’5 grados centígrados. Hablando de España, según Greenpeace, nuestro país tiene el mayor consumo de carne per cápita en la UE, con más de 100 kg por persona y año, en el lado opuesto se encuentra Bulgaria con un consumo medio de 58 kilos por persona y año. Estos datos muestran que algunos países deben realizar un esfuerzo más significativo que otros a la hora de alcanzar el objetivo propuesto.
Según el último borrador de la Estrategia Farm to Fork, se reconoce como un problema la sobreproducción y el consumo excesivo de carne y lácteos en la UE pero, como ya hemos comentado, se obvian medidas contra el problema. Greenpeace y otras organizaciones medioambientales, de consumidores, etc., siguen pidiendo cambios en el borrador de la estrategia, pero la CE sigue haciendo oídos sordos y proponiendo soluciones que se alejan de las conclusiones científicas.
En fin, veremos si al final se publica el contenido de la estrategia Farm to Fork el próximo 25 de marzo, quizá la situación a la que se enfrenta Europa por el COVID-19 la posponga. Podéis conocer todos los detalles de la solicitud a través de la página oficial de Greenpeace Europa.
Foto 2 | Ethique & Animaux L214