Un estudio realizado por expertos del Centro de Ciencias Pesqueras de las Islas del Pacífico perteneciente a la NOAA (Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos), concluye que los peces en estado larval consumen partículas de microplástico, apuntando que algunas de las especies detectadas y estudiadas sirven de alimento a otros peces de valor comercial como, por ejemplo, el atún. Según explican los investigadores, los peces larvales suelen comer alimentos de menos de un milímetro de tamaño, lo que facilita la ingesta de microplásticos y nanoplásticos.
Esto quiere decir que los peces, desde las primeras etapas de su desarrollo consumen plástico y lo acumulan en el organismo, pasando su contenido en plástico a otros eslabones superiores de la cadena trófica. Anteriormente, otro estudio de la NOAA determinaba que los peces adultos buscaban desechos plásticos para alimentarse, la razón es la firma química que contienen estos materiales, que se interpreta como alimento por el olor que desprenden. ¿Ocurre lo mismo con los peces larvales? Los investigadores comentan que estos peces son muy importantes para el ecosistema, son las futuras generaciones de poblaciones de peces adultos, el hecho de que estén rodeados de microplásticos y los ingieran en su etapa de vida más vulnerable, resulta alarmante.
Como decíamos, anteriormente ya se ha demostrado que los peces adultos ingieren materiales plásticos, pero el presente estudio es el primero en mostrar que los peces larvales de los arrecifes y de especies pelágicas (las que viven en aguas medias o cerca de la superficie) consumen plástico poco después de la eclosión de los huevos. Para los expertos es preocupante saber que estas futuras generaciones de peces viven rodeadas de microplásticos que pueden contener todo tipo de micro-toxinas. Claro, que en el estudio se han centrado en los microplásticos, pero hay que recordar que existen otros materiales que también podrían acumularse en el organismo de los peces en estado larval, como componentes a nivel molecular procedentes de antidepresivos, antibióticos, cremas solares, etc.
En el estudio, los investigadores diseccionaron 658 peces larvales encontrando partículas de materiales plásticos en 42 de ellos, algunos pertenecían a especies como el pez espada, el dorado o lirio, o el pez volador, entre otros. Los investigadores destacan la desproporcionada presencia de microplásticos en zonas que son criaderos de peces con una elevada densidad de larvas, fitoplancton y zooplancton, apuntan que la densidad medida de las partículas plásticas era hasta 126 veces mayor que las aguas de zonas circundantes, superando en siete a uno el número de peces larvales, es decir, están nadando en un mar de plástico.
Hay que decir que el objetivo inicial del estudio era saber dónde pasan el tiempo las larvas de las diferentes especies marinas y lo que comen concretamente cada una de ellas, los expertos comentan que muchas de estas larvas suelen pasar sus primeros días o semanas de vida en la superficie de los océanos, lo que favorece una mayor exposición a los microplásticos. En la investigación se combinaron muestreos y técnicas de detección remota para identificar los hábitats de los peces larvarios en las aguas costeras de Hawái. Los expertos descubrieron que las manchas de superficie contenían una mayor variedad de larvas que las aguas colindantes, hay que aclarar que estas manchas superficiales son líneas largas, estrechas y serpenteantes presentes en las aguas superficiales que se encuentran comúnmente en toda la costa del oeste de Hawái.
Las manchas se forman cuando las olas oceánicas internas convergen cerca de las costas en los ecosistemas marinos de todo el mundo, son zonas que, además, son ricas en plancton, un recurso indispensable para la alimentación y desarrollo de los peces en su estado larvario. Parece ser que el mismo proceso que permite la concentración de estas crías de peces y el plancton, también facilitaba la concentración de microplásticos. De momento, no se sabe con certeza hasta qué punto puede resultar dañina la ingesta de estos materiales plásticos en estas larvas, en los peces adultos se sabe que los materiales plásticos provocan el bloqueo intestinal, la desnutrición y la acumulación de materiales tóxicos.
Se baraja la posibilidad de que los microplásticos podrían afectar a su desarrollo y supervivencia, lo que supone añadir otro factor de estrés que amenaza la biodiversidad, recordemos que actualmente existen varios factores como la sobrepesca, el cambio climático, la contaminación, etc., que afectan seriamente a los ecosistemas marinos y a su biodiversidad. Los investigadores comentan que es necesario realizar nuevas investigaciones para comprender mejor qué efectos tiene la ingesta de microplástico en los peces en estado larval.
Podéis conocer todos los detalles de la investigación a través de este artículo publicado en la página web de la NOAA, y en este otro publicado en la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences.