El Nuffield Council on Bioethics (Consejo Nuffield sobre Bioética del Reino Unido), organización independiente que examina e informa sobre cuestiones bioéticas planteadas por los nuevos avances en investigación biológica y médica, ha realizado un análisis de los productos vegetales concebidos como alternativa a la carne, de sus cuestiones éticas, sus consecuencias para la salud, el medio ambiente y el bienestar animal, así como de su papel en el sistema alimentario. Según sus conclusiones, algunos productos no son tan saludables como se presentan, ya que son alimentos altamente procesados que pueden contener la misma cantidad de calorías, grasas saturadas y un elevado nivel de sodio.
Recordemos que en 2018, una investigación realizada por Action on Salt, organización formada por investigadores y nutricionistas que tiene como objetivo que la ingesta de sal de los adultos no supere los seis gramos diarios, concluía que las “carnes vegetales” contenían niveles de sal muy elevados, superando en algunos casos el contenido medio de sal en el agua de mar. Según las comparativas, las hamburguesas vegetarianas contenían de promedio 0’89 gramos de sal, mientras que las elaboradas con carne tradicional contenían 0’75 gramos de sal, de todo ello hablábamos aquí.
El Consejo Nuffield comenta que para muchas personas, comer un producto vegetal que imita las cualidades organolépticas de la carne, resulta interesante, muchos optan por este tipo de productos con buenas intenciones, como reducir el sacrificio de animales para la alimentación, las emisiones de gases de efecto invernadero, proteger el medio ambiente y preservar los recursos naturales, facilitar la transición de alimentos cárnicos a alimentos vegetales, por salud, etc. Los expertos consideran que es necesario contar con más evidencias que determinen si realmente estos alimentos alternativos a la carne son realmente más sostenibles y saludables que la carne tradicional.
Dado que las personas están cada vez más comprometidas con el bienestar animal, las implicaciones medioambientales y la salud en relación a la elección de los alimentos que incluyen en su dieta, se está produciendo un incremento del consumo de estos productos alimenticios vegetales creados como sustitutos de la carne, algo que podría tener consecuencias para el medio ambiente y la salud. Los expertos explican que las alternativas a la carne, son sólo una de las fórmulas o vías para tratar de reducir el impacto de la ganadería intensiva, eliminando la necesidad de sacrificar animales para obtener carne.
Pero deben considerarse paralelamente otras soluciones para poder alcanzar la sostenibilidad alimentaria, por ejemplo, iniciativas educativas que tengan la finalidad de reducir el consumo y el desperdicio de carne en todo el sistema alimentario, aumentar el consumo de dietas basadas en alimentos vegetales mínimamente procesados, utilizar proteínas alternativas como las que ofrecen los insectos, sea como alimento para el ganado o para consumo humano, poner en marcha sistemas agrícolas más sostenibles, redistribuir equitativamente los recursos alimentarios para todas las personas del mundo, etc.
Los expertos explican que los esfuerzos para reducir el consumo de carne hasta la fecha, han resultado en cambios relativamente pequeños realizados en los hábitos alimentarios, en vez de cambiar el comportamiento alimentario de las personas, algunos fabricantes de productos alternativos han optado por hacer frente a los efectos adversos de la producción de carne cambiando el modo en el que se produce la carne o los productos similares, se puede citar como ejemplo la carne de cultivo celular.
Los investigadores comentan que las actuales alternativas a la carne pueden proporcionar opciones más sostenibles y saludables que la carne convencional, pero se necesita mucha más evidencia para evaluar su verdadero impacto a largo plazo. Existe la posibilidad de que los consumidores no estén preocupados por saber si realmente estas alternativas son más saludables, integrándolas en el contexto de una dieta supuestamente saludable y equilibrada, por ello, es necesaria una mayor transparencia en el marketing y en el etiquetado, para que los consumidores no se confundan, que un producto se elabore con ingredientes vegetales, no implica que sea más saludable.
Los términos utilizados por los fabricantes para describir las alternativas a la carne que promueven sus beneficios ambientales y de bienestar animal, como «limpio», «verde» o «libre de sacrificio», puede provocar que los consumidores pasen por alto las implicaciones para la salud que puedan tener estos productos. El Consejo Nuffield realiza una advertencia, aunque este tipo de productos pueden contener más fibra y menos colesterol, pueden estar cargadas de grasas y calorías de cuestionable valor nutricional. Hablando de alimentos como la hamburguesa Beyond Burger de la empresa Beyond Meat, comenta que se trata de un alimento altamente procesado, con niveles de calorías y grasas saturadas similares a los de las hamburguesas de carne de vacuno, pero con la particularidad de que tienen un mayor contenido en sodio y hierro.
Los miembros del consejo recomiendan realizar un exhaustivo seguimiento en los próximos años, ya que a medida que los productos vegetales se parezcan más a la carne y llegue al mercado de la carne de cultivo, el potencial de estos productos para interrumpir la producción de carne tradicional podría ser toda una revolución que no hay que dejar que se desmadre. El Consejo Nuffield sobre Bioética del Reino Unido inició la investigación sobre este tema en 2018, analizando los desafíos éticos, sociales y políticos de la producción de carne, y cómo la investigación y los avances científicos en el desarrollo de alternativas a la carne, pueden satisfacer la creciente demanda de los consumidores. Desde entonces, es un tema que se sigue de cerca para conocer con detalle todas las consecuencias que puede tener.
A través de este artículo (Pdf) podréis conocer más detalles sobre la investigación del Nuffield Council on Bioethics.