Según los resultados de una investigación realizada por expertos de la Universidad de Washington, el aumento de las temperaturas como consecuencia del calentamiento global, puede provocar un incremento del contenido de arsénico en el arroz. Los investigadores comentan que una mayor temperatura afectaría al suelo exacerbando el problema del arroz contaminado con arsénico.
Recordemos que en los últimos años se han realizado varios análisis en el arroz y alimentos derivados que se comercializan, determinando que su contenido en arsénico inorgánico era muy elevado, de ahí que se realizarán recomendaciones como no abusar del consumo de alimentos con base de arroz, y especialmente, poblaciones de riesgo como los niños, pues son quienes más consecuencias pueden tener por la acumulación de arsénico orgánico en el organismo.
El arsénico es un elemento necesario para la vida, y su exceso o déficit pueden provocar problemas de salud, pero en el caso del arsénico inorgánico, el consumo de pequeñas dosis puede provocar su acumulación en el organismo causando diferentes problemas de salud crónicos e incluso cáncer, es más, un estudio de la Universidad de Manchester (Reino Unido) constataba que el arroz con alto contenido de arsénico inorgánico podía provocar daños genéticos en los seres humanos.
En la investigación, los expertos trabajaron con un suelo cuyos niveles de arsénico eran relativamente bajos, pero descubrieron que una temperatura más cálida, provocaba el aumento de la concentración de arsénico en los granos de arroz, justo a unos niveles donde se pueden empezar a tener problemas de salud. Los investigadores creen que si estos resultados obtenidos en un campo de ensayo, son representativos de lo que se podría esperar del arroz cultivado en otras partes del mundo, se puede decir que el cambio climático podría exacerbar el problema del arroz contaminado con arsénico.
En el ensayo se utilizó tierra de un campo de pruebas con cámaras de crecimiento controlado de la Universidad de California en Davis. Se procedió al cultivo de arroz en cuatro condiciones de temperatura, 25° C, 28° C, 30’5° C y 33° C. El análisis de la planta y los granos de arroz determinó que el nivel de arsénico aumentaba paralelamente al incremento de las temperaturas utilizando la misma tierra. Se observó un mayor incremento del arsénico en el tallo y en las hojas, en el caso de los granos de arroz, la temperatura más elevada provocó que las plantas estuvieran más estresadas y no produjeran granos. En este sentido, merece la pena recordar que un estudio presentado este año mostraba que muchos cultivos sufrirán una notable caída del rendimiento debido al efecto de los eventos climáticos.
Con las otras temperaturas la concentración de arsénico en los granos de arroz se incrementó más del triple entre el cultivo con menor temperatura y el tercero con mayor temperatura. Lo que no se da a conocer en la investigación es la concentración de arsénico registrada, es de suponer que estos datos proporcionarán cuando el estudio se presente en la reunión de la American Geophysical Union que se celebrará el próximo día 10 de diciembre.
Hay que recordar que en Europa se establecieron en el año 2016 nuevos límites máximos de la ingesta de arsénico inorgánico, entre 0’2 mg y 0’3 mg por kilo de arroz y por kilo de alimentos con base de arroz, y para los alimentos destinados a la población infantil, una tasa que se reduce a 0’1 mg por kilo de producto. Por ello, será interesante conocer los datos relativos al incremento del contenido de arsénico en el arroz de este estudio.
El arsénico es una toxina para las plantas del arroz, por eso cuentan con mecanismos que las protege de este elemento, como la activación de una proteína que captura el arsénico en tejidos y células específicas de las plantas. Los investigadores analizaron los niveles de expresión de esta proteína en las plantas del estudio y constataron que en temperaturas más elevadas, no existían diferencias en comparación con las plantas que crecían a temperaturas relativamente más bajas. Esto hace pensar que quizá la concentración de arsénico en la tierra utilizada en la investigación era tan baja, que no provocó la activación de este sistema de protección.
El estudio que podéis consultar en este artículo de la Universidad de Washington es interesante, sus resultados se suman a la lista de evidencias de las consecuencias que tendrá el aumento de las temperaturas y los niveles de CO2 en los cultivos, menor rendimiento, mayor concentración de elementos tóxicos, menor contenido nutricional, etc.
Foto 2 | Ramon Casha
